Un año después, Afganistán sigue aún peor, con una violencia brutal y una indiferencia total de Occidente y EEUU

Afganos corren alrededor de un avión de EEUU en el aeropuerto de Kabul. | TOLO
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Madrid. ASIAnortheast.com ha publicado seis análisis sobre la situación de Afganistán al cumplirse el primer aniversario de la toma del poder de los talibanes con una serie de argumentaciones de toda clase que han servido para poner de actualidad la barbarie de un régimen feudal que ni Occidente ni Estados Unidos pueden tolerar y donde ahora manda China con la aquiescencia de Rusia y el porvenir del país es absolutamente cero.

La guerra de Ucrania y la tensión en Taiwán no favorecen para que Afganistán ocupe la prioridad de la comunidad internacional. Los talibanes siguen con sus políticas de violación de derechos humanos y con una serie de restricciones a las mujeres afganas, desde la imposición del burka hasta permanecer en casa y otras trabas como su acceso al trabajo.

Amnistía Internacional (AI) ha acusado a los talibanes de haber roto sus promesas tras desmantelar y aniquilar el enorme recorrido de los últimos 20 años de avances en materia de derechos humanos y en especial en favor de la mujer.

Los talibanes han detenido y torturado a un sinnúmero de mujeres por participar en «protestas pacíficas para exigir sus derechos, en medio de restricciones crecientes que les han despojado de sus libertades». Un retroceso monumental y una patética ilusión de todos aquellos que pensaban que los talibanes iban a cambiar en todo. Ahora son China e Irán sus mejores aliados, por lo que las posibilidades políticas de cambio se reducen a nada.

Un gobierno, el talibán, sin reconocimiento internacional. Un gobierno que censura todo, feudal, que persigue y tortura todo aquello que no sea del estricto mandamiento de los talibanes.

El olvido de millones de afganos, que durante dos décadas vivieron bajo la esperanza, prácticamente ficticia, de EEUU y Occidente, se acrecentó con la toma del poder de los talibanes y ni siquiera matando EEUU con un dron en Afganistán al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, ha compensado tanta pérdida con el entierro de una ilusión de un pueblo joven que lentamente contempla con impotencia la muerte de unos proyectos y sueños que, mientras estén los talibanes en el poder, nunca volverán. Triste realidad la de EEUU con la salida definitiva, el 31 de agosto de 2021, de sus tropas, lo que supuso duras críticas de la Unión Europea (UE) y de sus aliados occidentales.

Ahora, con la vuelta de nuevo al Emirato Islámico afgano que tantos quebraderos de cabeza ha originado dentro y fuera del país, Occidente y EEUU tienen que parar la barbarie que allí se vive, y ojalá Ucrania y Taiwán despierten al mundo para que Afganistán deje de vivir feudalmente.

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