Kim y Trump hablarán del fin de la guerra intercoreana y de los misiles de largo alcance ICBM

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Madrid. La declaración del fin de la guerra intercoreana (1950-53) para la posterior firma de un tratado de paz y la renuncia de los misiles norcoreanos de largo alcance ICBM, clave para avanzar en la desnuclearización de la península coreana, formarán parte, entre otros, de los puntos esenciales de la segunda cumbre que Kim Jong-un y Donald Trump celebrarán, en Hanói, los próximos días 27 y 28 de febrero.

La confianza hacia el régimen norcoreano, pese a las distintas dudas interpretativas y a los diferentes puntos de vista sobre la eficacia nuclear de Pyongyang, no debe reducirse y es necesario crear el escenario adecuado para estabilizar las relaciones entre las dos coreas y avanzar en hechos concretos en la desnuclearización de la península coreana.

Esta segunda cumbre, tan histórica como la primera del pasado 12 de junio en Singapur, debe concluir con la aplicación de proyectos vitales entre Seúl y Pyongyang para la economía norcoreana, lo que evidencia que también en Hanói se tratará el levantamiento de las sanciones al régimen de Kim Jong-un para poder actuar en las distintas operaciones que refuercen la nueva realidad de la zona.

Unas sanciones internacionales por sus pruebas nucleares que evidentemente no dependen sólo de Estados Unidos, dado que son impuestas por la ONU, pero resulta bastante “inverosímil” que Corea del Norte regrese a su política de 2017 ya que lo desarrollado hasta ahora es irreversible para lograr una paz definitiva y una desnuclearización total en la zona.

Es obvio que Trump puede influir y mucho en el paulatino levantamiento de las sanciones aunque no dependa directamente del presidente estadounidense, pero hay que rebajarlas para que se encauce una nueva etapa que no tiene marcha atrás, incluidas las de la Unión Europea (UE), sobre todo teniendo en cuenta las enormes dificultades por las que atraviesan algunas Legaciones norcoreanas en Europa, donde tienen paralizado gran parte de sus movimientos económicos con un bloqueo a cualquier operación.

Las soluciones a corto y largo plazo son vitales para mantener ese entendimiento entre las partes y crear así una mayor infraestructura de diálogo.

El líder Kim Jong-un está dispuesto a cambiar la península coreana desde su división en 1948 y el régimen sabe de la importancia de lograr avances para también liquidar el armisticio existente entre Seúl y Pyongyang tras finalizar la guerra civil (1950-53) y preparar los argumentos necesarios que se darán en la cumbre de Hanói sobre una declaración del fin del conflicto militar para posteriormente a lo largo de 2019 firmar un definitivo tratado de paz.

La cumbre de Hanói probablemente tratará de reabrir las actividades del Monte Kumgang, ubicado en la costa este de Corea del Norte, suspendidas en 2008 cuando una turista surcoreana murió por disparos de un soldado norcoreano, al parecer, según Pyongyang, por entrar en un área fuera de los límites, pero cuya reapertura, no sujeta a las actuales sanciones internacionales, puede suponer una importante entrada de turistas extranjeros.

El parque nacional del Monte Kumgang está rodeado de dos grandes acantilados precipitados, cataratas, valles y piscinas naturales, es decir, un lugar idílico para aquellos entusiasmas de parajes espectaculares y de realizar actividades al aire libre que puede ser actualmente el mejor escaparate para Corea del Norte.

Esta posible reapertura del Kumgang puede ser muy beneficiosa para Corea del Sur, que además de sus fuertes inversiones, las visitas de ciudadanos surcoreanos, cerca de dos millones al año, han dado muchas divisas al régimen y al mismo tiempo puede ser el primer paso para la infraestructura turística que desde hace años Corea del Norte quiere montar en el país.

Es obvio que la parte más importante de la cumbre de Hanói a finales de febrero será el asunto nuclear. Estados Unidos pedirá a Corea del Norte la renuncia de los misiles de largo alcance ICBM y el cierre de la Central Nuclear de Yongbyon, a unos 80 kilómetros de Pyongyang, considerado por los expertos como el principal emplazamiento nuclear de tipo bélico y el más completo centro de investigación e importante fuente de plutonio para abastecer a su programa de desarrollo de armas nucleares.

Precisamente Corea del Norte rehusó en septiembre pasado exhibir sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM) en el desfile militar celebrado en Pyongyang con ocasión del 70 aniversario del país para no entorpecer el proceso político iniciado por Kim Jong-un  a lo largo de 2018. Estos supuestos misiles ICBM, capaces de alcanzar el territorio de EEUU, preocupan a la Administración republicana de Trump.

Nadie duda de los enormes progresos que ha hecho el régimen norcoreano en su desarrollo nuclear y pese al parecer haber probado la bomba de Hidrógeno, se desconoce, según expertos, que disponga de la tecnología necesaria para miniaturizarla y cargar así con ojivas nucleares sus ICBM, pero lo que quiere Washington es que Pyongyang renuncie al Misil  Balístico Intercontinental ICBM, el Hwasong-15, que puede llegar a EEUU al tener un alcance de entre 8.500 a 13.000 kilómetros.

En definitiva, pese a las dudas existentes en el asunto nuclear norcoreano, el proceso hacia una normalización parece irreversible, ya que Kim Jong-un anunció la suspensión de las pruebas nucleares y de misiles balísticos a partir del 21 de abril pasado, así como el cierre del sitio de ensayos atómicos Punggye-ri, en el marco del proceso de normalización de las relaciones con Corea del Sur y EEUU.

Vietnam ha sido elegido para esta segunda cumbre, un país que mantiene buenas relaciones con Corea del Sur y además también las mantiene con Corea del Norte y Estados Unidos.

La elección de su capital, Hanói, no es casualidad, pero si todo se desarrolla con normalidad en el proceso actual de desnuclearización, Corea del Norte podría seguir el modelo vietnamita que la daría estabilidad política y económica. Y ya sólo falta que Kim Jong-un anuncie su visita a Seúl y con ello el cambio será total en la península coreana.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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