El kimchi, un plato vegetal tradicional coreano, inicia sus preparativos con escasez de coles

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Madrid. Los meses de noviembre y diciembre marcan tradicionalmente los preparativos para hacer el kimchi, el plato vegetal adobado más tradicional de Corea, un mangar de coles que lo consume un 95 por ciento de los surcoreanos, quienes muchos lo almacenan en frigoríficos específicos para regular su fermentación y evitar que contamine otros productos como la leche.

El kimchi, repollo picante y fermentado, que se sirve desde relleno de hamburguesas hasta de aderezo de pizzas, es un plato hecho a base de col china fermentada, cuya escasez de este ingrediente básico en el plato popular coreano ha hecho que suban los precios, lo cual puede obligar a Seúl a importarlo de China, aunque no correrá peligro alguno para seguir consumiéndose.

El propio Ministerio de Agricultura surcoreano señaló recientemente que la cosecha de coles cayó en los primeros nueve meses del presente año hasta las 151.000 toneladas, o sea, un 40 por ciento menos que el año anterior, cuando para estas fechas ya se habían recogido 252.000 toneladas, pero la inquietud ha venido a raíz de un clima extremo desde hace meses con bajas temperaturas en la primavera pasada y luego un calor excesivo que unido a tifones o inundaciones, entre otros factores, han convertido a este repollo en un alimento con serios problemas de supervivencia.

Todo ello supuso que el mercado reaccionara con una alta subida de los precios de hasta el 60 por ciento, lo que ha originado una “enorme” preocupación entre los consumidores de un plato popular y asequible cuya elaboración se ha convertido en todo un ritual que marca la idiosincrasia de una sociedad que lleva comiendo kimchi desde la época de los Tres Reinos (57 a.C-668 de.C) y que, al mismo tiempo, agrupa todos sus quehaceres en una elaboración que reafirma la identidad coreana y contribuye a fortalecer la cooperación familiar por el espíritu colectivo en sus preparativos.

El kimchi es bajo en calorías y rico en vitaminas y a la vez se ha convertido en una dieta indispensable en el país, donde se consumen más de dos millones de toneladas al año. En el fondo, no hay comida alguna que no esté acompañada de este histórico repollo picante que sigue marcando la vida gastronómica de los coreanos.

El kimchi es un plato coreano de col fermentada famoso en todo el mundo con un alto valor nutritivo desde hace más de 3.000 años, del cual también está demostrado que ayuda a prevenir el cáncer al contener ajo y jengibre, y aunque aporta pocas calorías, también tiene mucha fibra y vitaminas. En Corea se consume como el pan en España, cuyo producto se come a todas horas, todos los días. Y través de Internet se puede comprar kimchi en España de manera sencilla, aunque en cualquier restaurante coreano también se puede degustar. 

El kimchi es también una gran fuente de fibra. Sin rival en su favor, apariencia y textura, es una fuente de nutrientes y proteínas, tanto vegetales como animales y un claro componente nutritivo incluido en la comida. Hoy en día se han desarrollado nuevos métodos en su preparación según los cambios estacionales y el estilo de vida. 

O sea, uno de los platos básicos en Corea del Sur y con mil maneras de servirlo, desde estofados hasta ensaladas y cuya elaboración emplea la técnica de la fermentación con nabo, pepino, col china, sal y, luego, salsa con ajo, jengibre o chiles.

Al éxito del filme surcoreano “Parásitos”, último ganador del Óscar a la mejor película, Corea del Sur ha sabido personalizar su propia cultura dentro y fuera de sus fronteras con el kimchi y al mismo tiempo con el éxito interminable de el K-Pop o las series de televisión, pero, en definitiva, este plato hoy día en cada región o en cada familia tiene su clase de kimchi único con muchas variedades que también han viajado por todo el mundo, lo que supone una riqueza gastronómica especifica en la evolución cultural de la República de Corea, que presume con orgullo de una col famosa a nivel mundial. 

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