Joe Biden afronta su Presidencia con China y Rusia como sus principales adversarios
Madrid. La importancia de la nueva Presidencia de Joe Biden va a marcar escenarios distintos pero tampoco con profundos cambios en la política internacional, aunque, eso sí, el nuevo inquilino de la Casa Blanca no va a permitir la dejadez de Donald Trump en política exterior, lo que dio más consistencia en su protagonismo mundial a países como China, que junto a Rusia serán las dos naciones que Washington vigilará con más precisión que su predecesor.
La consolidación económica de China convierte al gigante asiático en el principal competidor a nivel mundial de Estados Unidos, mientras Rusia puede traer más quebraderos de cabeza a Biden, partidario de presionar más a Moscú, e incluso si Washington mejora sus relaciones con Pekín, el presidente ruso, Vladímir Putin, tendría algunas dificultades en su política exterior.
Por ahora, contra Rusia siguen prevaleciendo las sanciones comerciales y embargos y de momento no hay indicios de que EEUU vaya a revisar las sanciones vigentes a Moscú, unido a los actuales problemas como la ciberseguridad, Ucrania u Oriente Medio, entre otros, pero lo que sí es obvio es que Biden será más activo que Trump en política exterior, incluso no guardará el silencio de Trump en Bielorrusia e incluso tampoco se callaría como hizo el todavía presidente estadounidense sobre el envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalni.
China económicamente será el gran competidor de EEUU, al margen de los problemas con litigios en los mares de China Meridional y Oriental, pero cómo contrarrestar la influencia china en la comunidad internacional no será fácil para el nuevo presidente de EEUU, que potenciará a sus aliados de la OTAN y de la Unión Europea (UE), dado que las políticas de Trump debilitaron a ambos organismos y dieron más fuerza a otras naciones como Rusia.
La OTAN siempre mostró su preocupación a Trump sobre las situaciones actuales que se dan en el Pacífico, Australia y Nueva Zelanda, con importantes roces con China, y tampoco quedan fuera de cierta inquietud Japón y Corea del Sur, los dos mejores aliados de EEUU y con importantes bases en sus respectivos territorios, pero realmente el asunto económico marcará parte de la nueva agenda de Biden.
Además, la UE ya ha pedido a Biden una estrategia comercial completa conjunta contra China, sobre todo cuando Pekín ha firmado en noviembre el mayor acuerdo comercial de la historia, que supone más de 2.200 millones de personas y representan el 30 por ciento del PIB mundial, conocido como la Asociación Regional Comprensiva y Económica (RCEP), donde el gigante asiático es el principal signatario y que por primera vez tanto Pekín como Tokio y Seúl participan en un mismo acuerdo de libre comercio.
Para los analistas, con Biden en la presidencia de EEUU, el mundo puede tener una menor tensión internacional, aunque no exenta de dificultades, pues con un demócrata en la Casa Blanca el asunto de los derechos humanos no será una cuestión baladí en su mandato, y más sabiendo cómo actúan políticamente en sus respectivos países Pekín y Moscú.
Esta misma semana EEUU ha impuesto sanciones a 14 altos cargos de la Asamblea Nacional Popular de China (ANP, Legislativo), en medio de la campaña de presión sobre Pekín por la promulgación de la Ley de Seguridad Nacional que afecta directamente a Hong Kong. No obstante, Pekín ya ha manifestado sus intenciones de que los dos países “trabajen nuevamente de manera conjunta para eliminar todo tipo de barreras que entorpezcan la reconstrucción de una relación basada en el diálogo y la cooperación”. Una buena iniciativa de Pekín para rebajar la tensión internacional, cuyos orígenes radican en Donald Trump.
Está claro que nada será como antes en la política exterior de Estados Unidos. Biden en más de una ocasión ha manifestado su deseo que Europa dependa del gas americano en vez del ruso, pues quiere que haya una menor dependencia mundial de hidrocarburos, que son la espina dorsal de los ingresos rusos, aunque este interés se antoja bastante complicado.
Pero Biden no abandonará su lucha contra el coronavirus, cuya pandemia ha convertido a EEUU en el peor país del mundo en fallecimientos (cerca de 284.000 muertos y casi 15 millones de positivos por COVID-19), como tampoco dejará de lado la economía o la política doméstica en aras de lograr mayores cotas de igualdad.
China se hará con el control del comercio mundial y Rusia tratará de no verse más afectada por las sanciones con la llegada de Biden a la Presidencia de Estados Unidos.
Y mientras el mundo sigue en su pelea por controlar la pandemia y recuperar la estabilidad económica, las 25 principales compañías armamentísticas del planeta aumentaron sus ventas un 8,5 por ciento en 2019 con respecto al año anterior, hasta 301.000 millones de euros, según señala el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), lo que ubica la sinrazón del desequilibrio de este mundo global.