Marcelo Muñoz: «Es muy lamentable que España no se haya adherido a la Nueva Ruta de la Seda»

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Madrid. España y China, dos países de larga historia y de grandes culturas. Unas relaciones diplomáticas que han tenido su desarrollo desde el 9 de marzo de 1973, cuando los dos países decidieron abrir un camino que nunca se ha cerrado y ahora en su 50 aniversario certifican el buen momento que en su día se vio también consolidado con la visita a España del presidente chino, Xi Jinping, a Madrid, en 2018, la tercera de un presidente de China a España.

Marcelo Muñoz, presidente emérito de Cátedra China y decano de los empresarios españoles en China, a donde llegó en 1978 y ha continuado en relación con este país y desde entonces tanto en el plano comercial, como en el tecnológico y el político, no ha dejado de estar en permanente relación con China, cuyas impresiones, observaciones y análisis ha impregnado en su último libro, bajo el título ‘China ha vuelto para quedarse’. En esta entrevista para ASIAnortheast.com enumera su punto de vista sobre el gigante asiático y sus vinculaciones con España.

Pregunta.- Políticamente, cómo ve el futuro de China. Y Económicamente, ¿aún puede ser la mayor potencia mundial?

Respuesta.- China, según cálculos aproximados, será la primera potencia económica mundial en PIB hacia 2030, pero no lo será como potencia tecnológica sino varios decenios más tarde. En cuanto a potencia política, ya está siendo reconocida como tal, en general, en Asia, África y Latinoamérica. Occidente, es decir la Unión Europea y Estados Unidos, se resisten a ese reconocimiento e intentan «contener a China», o «recelan» mucho de ella.

-Occidente ha criticado la ambigüedad de China en la guerra de Ucrania con su apoyo a Rusia y culpando a la OTAN en su afán por extender su influencia en esa zona. ¿Cuál es su opinión en esta guerra?

-China no ha sido ambigua en esta guerra: defiende reiteradamente la integridad de las fronteras y la soberanía de los países, rechaza la agresión y la confrontación y no apoya a Rusia en esa guerra de agresión. Pero no está de acuerdo con la estrategia de Estados Unidos y la Unión Europea de carrera armamentística y sanciones, sino que reclama diálogo, como lo ha expresado en su reciente programa de negociación para la paz. Aunque los medios occidentales, en general, silencian esta estrategia china e insisten machaconamente en que China va a apoyar la agresión de Rusia: China lo niega rotundamente porque estaría contra toda su geoestrategia.

-Cómo valoras el llamamiento de Xi para que China lidere la reforma del sistema de gobernanza mundial.

-Si me permites matizar la pregunta, la palabra más exacta no sería «liderar», sino contribuir, desde posiciones multipolares, a adaptar el sistema actual de gobernanza global liderado hegemónicamente por Occidente, a la realidad multipolar de este mundo hacia el siglo XXI.

-Esta Guerra Fría entre China y Estados Unidos tiene muchos frentes, siendo la tecnología uno de ellos. ¿Vender chips estadounidenses a Pekín supondría realmente tanto riesgo para la seguridad de Washington? 

-Bueno, esta guerra fría es, más bien, de Estados Unidos contra China. Y la guerra tecnológica es una de sus expresiones. Si defendemos la economía de mercado, todo lo que sea poner trabas políticas al mercado libre de mercancías, sean microchips o carne de cerdo, va contra el libre mercado que defendemos. Si es un riesgo para Estados Unidos comprar microchips a China, también sería un riesgo para China el comprárselos a Estados Unidos o sus aliados.

-¿Cómo ve las relaciones EEUU-China?

-En este momento son unas relaciones muy crispadas por la estrategia de Estados Unidos de «contener» a China, de intentar imponer limitaciones a su desarrollo tecnológico o a su libre comercio global.

-En cuanto a España, se cumplen 50 años de relaciones. ¿Cómo valora esta estas relaciones entre los dos países?

-Esta pregunta da para toda una conferencia. Desde mi experiencia de venir realizando operaciones comerciales con China durante 45 de esos 50 años, mi diagnóstico sería que nos queda mucho camino por recorrer, tanto desde el punto de vista de la potencialidad de nuestra oferta, como desde la complementariedad de nuestras dos economías, aun tenido en cuenta nuestra diferente dimensión.

-España será el principal socio europeo de China en 2023, cómo lo valora. El comercio bilateral llegó el pasado año a los 35.072 millones de dólares, con un crecimiento interanual del 29,7%, fecha de 2021. Las relaciones diplomáticas entre China y España, establecidas en 1973, siguen avanzando con estabilidad. 

-¡Ojalá fuera España el principal socio europeo de China en 2023! Pero, sinceramente, creo que estamos muy lejos de ello. Sí, en cifras absolutas, hemos crecido, pero con dos reductores muy señalados: el comercio exterior chino ha crecido más deprisa que el nuestro con China y nuestra balanza comercial sigue muy desequilibrada: importamos, con cifras de 2022, seis veces más de lo que exportamos. Nuestras relaciones diplomáticas y políticas son muy positivas, pero no acertamos en traducirlas en un incremento sustantivo de nuestras exportaciones.

-Hay un intercambio cultural también muy profundo. Instituto Cervantes en China, Instituto Confucio en España. Cómo lo valora desde el punto de vista cultural y más con universitarios chinos en España.

-Es evidente que el Instituto Cervantes está realizando una labor cultural muy positiva. Pero creo que haría falta una política mucho más proactiva por parte del Gobierno: No aprovechamos el capital de contar con el idioma nativo más importante del mundo: de los 1.300.000 universitarios chinos que estudian fuera de China, poco más de 12.000 lo hacen en España.

-El jamón ibérico puede ser un buen embajador de Europa en China. La Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI) presentó recientemente la campaña «Jamones Ibéricos de España, embajadores de Europa en el mundo», en Pekín, con el objetivo de expandir el consumo del producto en el mercado del país asiático y sin olvidar que las exportaciones de carne a China se encuentran en un buen momento, pues China ocupa un lugar preferente para los ganaderos españoles, en especial el porcino.

-Evidentemente es un buen «embajador». Pero nuestra capacidad de oferta es muy limitada para un mercado como el chino. Mejor embajador creo que es nuestro aceite de oliva, siendo España el mayor productor mundial, o nuestros vinos, siendo España el tercer exportador mundial de vino.

-¿Y es España un aliado de China y puente con América Latina?

-Sí, ese comercio triangular es atractivo, pero un poco mítico. Siendo realistas, China se basta a sí misma, en general, para negociar con América latina.

-¿La Nueva Ruta de la Seda cómo se encuentra, y España qué puede hacer?

-Es muy lamentable que España no esté entre los 142 países que se han adherido a este programa. Y mucho más lamentable que España no se haya sumado al proyecto -dentro del macro proyecto Nueva Ruta de la Seda- de crear un el campo de Algeciras un centro mundial de distribución de productos a Europa y África, y, más, teniendo en cuenta el proyecto de túnel bajo el estrecho de Gibraltar. ¿Por qué no lo hemos apoyado hasta ahora? No es fácilmente entendible ni aceptable.

-Y el turismo chino en España. Ahora menos por la pandemia, pero cada vez viajan más chinos a España. 

-El año anterior a la pandemia viajaron al mundo 140 millones de turistas chinos de poder adquisitivo medio alto: A España llegaron apenas un millón. En 2023 se prevé que pueden salir de China 170 millones, ¿Cuántos vamos a atraer a España, país potencia turística mundial? ¿Qué planes de desarrollo para esto estamos elaborando?

-Del libro ‘China ha vuelto para quedarse’, que distribuye Amazon, qué destacarías principalmente.

-En realidad, todo lo que vengo exponiendo en esta conversación se recoge con más cifras y detalle en el libro. Y, si lo resumiera todo en una frase, diría que siendo ya China la segunda potencia mundial con vocación de primera, Occidente debería bajarse de su pedestal de superioridad hegemónica excluyente y empezar a dialogar con China, en pie de igualdad, para abordar juntos todos los grandes problemas pendientes para el próximo siglo, empezando por la infame agresión rusa a Ucrania, imposible de parar sin la cooperación entre las tres grandes potencias para imponer vías de negociación.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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