El G20 y el nuevo escenario mundial con EEUU, Rusia, China y Europa como protagonistas

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Madrid. La cumbre del G20, celebrada en Hamburgo, ha evidenciado una nueva panorámica del tablero mundial en el que EEUU se excluye por la política de su presidente, Donald Trump, donde sus medidas comerciales proteccionistas chocan con Europa, se opone a acuerdos sobre el cambio climático, luego se compromete con el Reino Unido, que negocia actualmente el Brexit, a una alianza comercial con la UE, y al mismo tiempo la crisis norcoreana, con China como principal baluarte, y su encuentro oficial con Vladimir Putin empujan a Trump a una política que ha originado cambios en las relaciones internacionales y a su aislamiento.

Putin le dijo a Trump que la interferencia rusa en las elecciones de Estados Unidos de noviembre no era cierta y le aseguró que no intervino en ese proceso electoral, pero en este primer encuentro de ambos quedo patente que cada uno va por libre actuando según sus propios intereses estratégicos, políticos y económicos.

Según Putin,  Trump se mostró de acuerdo con que Rusia no tuvo nada que ver en los intentos de afectar al resultado de las elecciones del pasado noviembre, pero desde EEUU aseguran que Rusia filtró informaciones durante la campaña presidencial con el objetivo de influir en la candidata demócrata, Hillary Clinton, mientras se investiga la posibilidad de que operativos de la campaña de Trump se coordinaran con representantes del Kremlin.

Luego Trump tampoco aclaró en su viaje a Europa si finalmente reactivará la negociación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), aunque Japón se reúne esta semana con once países de este organismo en Tokio para discutir el futuro del pacto de libre comercio sin la participación de Estados Unidos.

Trump desde que llegó a la Casa Blanca ha marcado su propio terreno con una política comercial proteccionista que han enfrentado a todos, y ahora ahonda aún más su propio aislamiento con sólo EEUU en contra de los 19 países restantes del G20 que han arropado el  Acuerdo de París, aunque en la lucha contra el terrorismo yihadista hubo unanimidad total en la cooperación para cortar las vías de financiación y mejorar la seguridad.

Por otra parte, en el asunto norcoreano Donald Trump presiona a China para que haga más contra el régimen de Pyongyang, pero de ahí a una posible apuesta militar de EEUU contra  Corea del Norte es por ahora bastante lejana, aunque las provocaciones de Kim Jong-un y su cada vez más sofisticado desarrollo nuclear pueden en cualquier momento hacer estallar un conflicto que nadie desea.

China asegura que cumple con las sanciones impuestas a Corea del Norte por sus programas nucleares y de misiles, pero advierte a Estados Unidos de que no puede usar este tema como una forma de sancionar a empresas o a ciudadanos chinos y además tanto Moscú como Pekín, contrarios a la instalación de los misiles estadounidenses THAAD, se oponen al cambio del régimen norcoreano.

Al mismo tiempo, tampoco, pese a que Estados Unidos militarmente es superior a China, no se va a producir una “guerra” entre chinos y estadounidenses y eso que los buques de Trump navegan por aguas del mar Meridional con las protestas de Pekín en una zona de disputa marítima en la que Washington tiene bastantes aliados, entre ellos Vietnam.

Mientras Corea del Norte critica a Estados Unidos por sus ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, al considerarlos ensayos para invadir el país, con una serie de bombarderos estratégicos de largo alcance, Seúl ha pedido reanudar el diálogo con el régimen comunista al considerar que las actuales sanciones no son suficientes para asegurar la paz en la península coreana, pero en esta cumbre del G20 sus miembros han coincidido en poner fin a las armas nucleares en la zona.

No obstante,  Donald Trump, agradeció al presidente chino, Xi Jinping, «las cosas que ha hecho ante el problema que supone Corea del Norte”, «un problema ante al que hay que hacer algo». “China y Estados Unidos pueden alcanzar conclusiones exitosas en la crisis con el régimen norcoreano”, aunque reconoció que “no espera progresos inmediatos ya que se tardará un tiempo en limitar el programa nuclear norcoreano”, cuyo régimen calificó de “provocación” el  envío de dos bombarderos estadounidenses a la península coreana para realizar maniobras y que «podrían causar el estallido de una guerra nuclear».

Por su parte, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, aprovecho su participación en el G20 para entrevistarse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, ya lo había hecho con Trump, para llegar a acuerdos sobre cómo desnuclearizar a Corea del Norte, pero con Moon en la Presidencia del país las posibilidades de obtener más crédito hacia soluciones en la península coreana son mayores, pero siempre que Pyongyang esté dispuesta a colaborar renunciando en un plazo acordado a más ensayos nucleares y que los ejércitos de EEUU y de Corea del Sur también suspendan momentáneamente las maniobras que hacen en la zona, que “podrían causar el estallido de una guerra nuclear», según el Rodong Sinmun, el principal periódico norcoreano.

Lo que está claro que la cumbre del G-20 en Hamburgo finalizó con un Donald Trump tan empecinado en sus posiciones y aislado del resto de las mayores economías industriales y emergentes del mundo, donde su política proteccionista y su planteamiento sobre el cambio climático han dejado “tocado” a un presidente duramente criticado por la prensa estadounidense, dentro de un horizonte político con la crisis nuclear norcoreana sin resolver y con Pekín y Washington pugnando por liderar el mundo.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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