China eleva su PIB al 6,8 por ciento y suma once trimestres consecutivos de incrementos

MADRID. La economía china no se frena y sigue su marcha ascendente, tras conocerse el dato del primer trimestre de este año, en el que la segunda potencia mundial creció un 6,8 por ciento, lo que supone encadenar once trimestres con una expansión de su Producto Interior Bruto (PIB) comprendida entre el 6,7 por ciento y el 6,9 por ciento, una estimación por encima del objetivo del 6,5 por ciento marcado por Pekín.
La economía china sigue teniendo un crecimiento económico por encima de lo previsto, siendo lo más positivo para China es que el consumo interno tira cada vez más de la economía y precisamente el crecimiento registrado entre enero y marzo es atribuible a esa disposición, al superar las variantes que tienen los motores tradicionales del país como son las inversiones, que aumentaron un 7,5 por ciento, y el comercio exterior, que se expandió un 9,4 por ciento, dijo el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas, Xing Zhihong.
Con los índices de confianza de los consumidores en un máximo histórico, las ventas al por menor crecieron un 9,8 por ciento en el primer trimestre, la producción industrial un 6,8 por ciento y la inversión el citado un 7,5 por ciento.
Hay que resaltar el buen momento de la inversión procedente de las empresas privadas, que se expandió a unos niveles no vistos desde el año 2015 y durante los últimos dos años han sido el Gobierno, a través del gasto público, y las empresas estatales los que han contrarrestado el flojo interés inversor en el sector privado, tal como señalan fuentes oficiales.
La nueva etapa de Xi Jinping se basa en reducir deuda, disminuir la contaminación atmosférica y erradicar la pobreza, unos cometidos esenciales para colocar a China lo más alto posible, de ahí la importancia del crecimiento de la economía china que sigue subiendo.
Por otra parte, se mantiene la incertidumbre de lo que ocurrirá en los próximos meses en relación a la guerra comercial entre China y EEUU, que inició Donald Trump y a la que ahora responde China, pero los aranceles que ambas superpotencias amenazan con aprobar podrían afectar a bienes por valor de 110.000 millones de dólares, un volumen realmente importante que poder dañar a los mercados.
La posibilidad de un alto conflicto comercial entre China y EEUU puede perjudicar los proyectos y previsiones de Pekín, dado que aún no se vislumbra un perjuicio considerable en el crecimiento económico chino, aunque es evidente que si Trump cumple sus promesas de ampliar los gravámenes a muchos otros productos y Pekín hace lo propio con las importaciones americanas, el efecto sería mucho más visible.
“Entiendo vuestra preocupación al respecto, pero las fricciones con Estados Unidos no afectarán a China ni cambiarán el buen momento de nuestra economía. Sabremos adaptarnos a las circunstancias”, puntualizó el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas, Xing Zhihong.