Corea del Norte se equivoca al abandonar la Oficina de enlace con Corea del Sur

Reunión de las dos Coreas en Kaesong
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Madrid. Corea del Norte ha decidido retirarse de la Oficina de enlace con Corea del Sur que está establecida al norte de la frontera militarizada entre los dos países, una decisión equivocada que supone un duro golpe para los esfuerzos que viene haciendo el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, por poner fin a las tensiones y hostilidades entre ambas Coreas y que llega en un momento crucial tras el fracaso de la cumbre entre Kim y Trump en Hanói.

Corea del Sur ha lamentado la decisión y ha reclamado su vuelta a la Oficina de enlace para poder seguir trabajando y de hecho ya Pyongyang previamente había cancelado la celebración de cada una de las reuniones de los viernes programadas tras la cumbre de Hanói, que concluyó sin acuerdo el pasado 28 de febrero.

Obviamente sería una temeridad si Corea del Norte rompiera el diálogo con Estados Unidos, ya que imposibilitaría poner fin a la moratoria sobre pruebas de armas que ha mantenido durante casi 16 meses y al mismo tiempo frenaría el lento levantamiento de las sanciones que pesan sobre el régimen norcoreano.

De momento, la única esperanza existente para no volver a tiempos pasados radica en que las dos Coreas mantienen aún abiertos importantes canales de comunicación, pero para los expertos, la retirada norcoreana de esta Oficina de enlace es una muy mala señal para el buen  clima que se vive en los últimos meses en la península coreana.

Las dos Coreas, que aún siguen técnicamente en guerra, inauguraron esta oficina en septiembre pasado a raíz de todo lo acordado en la primera de las tres históricas cumbres que Kim Jong-un y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, mantuvieron a lo largo de 2018.

La Oficina de enlace está ubicada en la localidad fronteriza norcoreana de Kaesong, la cual tenía un enorme valor simbólico, ya que permitía que por primera vez desde el fin de la Guerra de Corea, en 1953, representantes de las dos Coreas trabajaran y pernoctaran bajo el mismo techo y con ello crear una infraestructura que económicamente beneficia al Norte.

El fracaso de la cumbre de Hanói ha impedido el levantamiento parcial de las sanciones que permitiera reiniciar los proyectos de cooperación económica intercoreana, y con un programa extenso sobre el desmantelamiento del programa nuclear norcoreano, pero la economía actual con sus sanciones está haciendo mucho daño al país y necesita acuerdos que lleven a una solución que no será posible si el régimen de Kim Jong-un endurece su postura política tras la cita con Donald Trump.

Después del fracaso de la reunión entre EEUU y Corea del Norte, Pyongyang ha tomado una decisión repentina o inimaginable como es retirar a personas que trabajan en la Oficina de enlace intercoreana que comparte con Seúl. Es verdad que Pyongyang se encuentra en muchos apuros económicos, pero no encuentra alguna salida para recuperar el poder económico.

Todo parece indicar que Pyongyang quiere que Corea del Sur presione a EEUU para sacar alguna decisión estadounidense, como por ejemplo, levantar las sanciones de la ONU, dadas las dificultades por las que atraviesa Corea del Norte y además su vecino del Sur es prácticamente su único garante para seguir en la senda del diálogo con Washington en medio de una comunidad internacional que todavía sigue desconfiada del régimen norcoreano.

Esta nueva situación de abandonar la Oficina de enlace con Corea del Sur puede empujar a Corea del Norte a acercarse más a Rusia, además de China, pero estos dos países también saben que el levantamiento de las sanciones, aunque sea parcial, va implícito en un ambiente de calma y sosiego entre norcoreanos y estadounidenses, pero tensar la cuerda no favorece a nadie, de ahí que el presidente Moo Jae-in trabaje contra reloj para evitar lo peor y salvar en la medida que sea posible los contactos entre Pyongyang y Washington.

Incluso Estados Unidos ha anunciado sanciones contra dos navieras chinas y su flota de doce buques por ayudar a Corea del Norte y así evitar las sanciones que se le habían impuesto al llevar a cabo operaciones de abastecimiento en alta mar.

Por otra parte, las especulaciones sobre el asalto a la Embajada de Corea del Norte en Madrid han sido numerosas, pero la certeza de que haya un movimiento opositor bajo el nombre de Cheollima Civil Defense (CCD), responsable del ataque a la Legación norcoreana en la capital española, el primero que se tiene constancia de su existencia, hace pensar a los expertos que “estemos ante una nueva situación dentro del país”, pero realmente se antoja difícil que por ahora se produzca alguna inestabilidad política.

En definitiva, el asalto a la Embajada norcoreana puede disparar todo tipo de rumores, pero todo ello debe ser una buena referencia de la necesaria realidad de que Corea del Norte no tiene que desviarse de todo lo hecho en los últimos 15 meses y continuar por el sendero del entendimiento con EEUU, pues dentro del país a nivel sociológico, económico y psicológico hay otro mundo que puede florecer en cualquier momento, lo que obliga al régimen a llevar a cabo lo antes posible las reformas económicas previstas.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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