Corea del Norte desafía a Donald Trump al lanzar un misil de medio alcance

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Madrid. Corea del Norte llevaba un cierto tiempo sin ser noticia en la comunidad internacional pese al inmenso protagonismo que ejerce el presidente Donald Trump, pero Kim Jong-un no está dispuesto a cederle el liderazgo mediático y más cuando Pyongyang  viene ganando todas “guerras mediáticas”, por lo que este misil Rodong, de medio alcance, que ha lanzado, es una prueba más que ni el magnate norteamericano ni nadie va a detener su política nuclear, la cual permite al régimen comunista sobrevivir con cierta firmeza.

Tampoco ha debido gustar mucho a Pyongyang, tras el encuentro entre el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y Donald Trump, cuando el presidente estadounidense ha prometido reforzar la alianza militar entre Tokio y Washington, lo que interpreta Corea del Norte como un “peligro” a su seguridad, la cual está lejos de que tanto nipones como americanos vayan a entrar en territorio norcoreano para invadir el país.

La realidad ha sido que el régimen norcoreano ha visto “tocado” su protagonismo mediático y no quiere que nadie se lo debilite, pero es que a pesar de sus importantes avances en materia nuclear, Corea del Norte ni va a atacar a nadie y tampoco va a invadir a su vecina del Sur, dado que en una confrontación militar-nuclear Pyongyang tienes todas las de perder y el régimen comunista caería en cuestión de días, lo que nadie desea.

Eso sí, China sigue estando en medio de toda esta situación, como lo ha estado siempre, pero ahora con Donald Trump en la Casa Blanca Corea del Norte se puede radicalizar más si las relaciones entre Pekín y Washington se deterioran, dado que el “gigante asiático” es el único país que puede influir en el régimen norcoreano y además el despliegue del sistema antimisiles estadounidenses THAAD en Corea del Sur será otra causa más para que Pyongyang considere que su desarrollo nuclear es su mejor arma para defenderse del “enemigo exterior”.

El ensayo norcoreano es una forma de exteriorizar la fuerza Pyongyang al nuevo presidente estadounidense que ha venido manifestando que “frenará” los planes nucleares de Corea del Norte, pero la tensión en esta parte del nordeste asiático con la llegada de Trump a la Presidencia de EEUU irá en aumento si las relaciones entre chinos y estadounidense se complican, que también pueden salpicar las buenas relaciones comerciales entre Pekín y Seúl por las diferencias que puedan existir en el tema norcoreano y sobre todo por la instalación  de los THAAD.

Trump, que ha venido acusando a China de no hacer lo suficiente contra Corea del Norte, además de criticar su política comercial, parece que ahora, tras recibir buenos consejos y dando un giro a su concepto previo sobre Pekín, ha comenzado a suavizar sus ataques al “gigante asiático” tras la conversación telefónica que tuvo con el presidente chino, Xi Jinping, en la que le ofreció una mayor cooperación para bien de todos.

Corea del Norte ha lanzado su primer proyectil desde la toma de posesión, el pasado 20 de enero, del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mandando un claro mensaje que “mientras haya peligro de invadir el país” Pyongyang seguirá con su política nuclear que, según investigaciones surcoreanas, podría tener hasta 45 bombas atómicas en 2020 debido a su importante reserva de uranio enriquecido y plutonio con un ritmo de desarrollo de armas cada vez más acelerado. El propio líder Kim Jong-un ya afirmó en su mensaje de Año Nuevo que los misiles experimentales de alcance intercontinental norcoreanos estaban en la «fase final de su desarrollo”.

La base área de Banghyon, al oeste del país en la provincia de Pyongan Norte ha sido una vez más escenario de este lanzamiento, que al parecer se trata de un misil de medio alcance “Rodong”, ya que solo voló unos 500 kilómetros y luego cayó en el Mar del Este (Mar de Japón).

Fuentes militares surcoreanas indicaron previamente que podría haberse tratado de un misil Musudan, que tiene un alcance los 5.000 kilómetros y por lo tanto puede llegar hasta las bases norteamericanas instaladas en Okinawa, en Japón, o en la isla estadounidense de Guam, pero después esta posibilidad se desvaneció al considerar que sería un misil del tipo Rodong, que tiene un radio de acción máximo de 1.500 kilómetros, lo que le permite cubrir toda la Península coreana y a Japón.

De momento, ni las sanciones impuestas por la ONU por su programa nuclear y de tecnología de misiles, cuyo Ejército ya ha lanzado sólo en  2016 un total de 20 misiles balísticos, tanto de medio o como corto alcance, han impedido que Corea del Norte paralice su política nuclear, la cual sigue reforzándose cada vez y ahora aprovecha la crisis interna en Corea del Sur a la espera de que el Tribunal Supremo apruebe la recusación contra la presidenta Park Geun-hye dando luz verde al adelanto electoral, cuyos comicios están previstos para diciembre próximo.

La única vía posible para poner fin al programa nuclear norcoreano sigue pasando en la convocatoria de las  conversaciones a seis bandas (Rusia, EEUU, China, Japón y las dos Coreas), encaminadas a detener su programa nuclear a cambio de reconocimiento diplomático, petróleo para suplir su falta de energía y ayuda humanitaria, pero sería entonces necesario que Pekín empujará más a Pyongyang para que acudiera a estas conversaciones, suspendidas desde 2008.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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