EEUU, Japón y Corea del Sur se reúnen para disipar dudas en las dos citas de Kim Jong-un
Nadie duda con la rapidez en que se han producidos el anuncio de las dos cumbres desde que Corea del Norte decidiera participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, donde primero se concretó el acuerdo entre las dos Coreas y poco después la cita histórica entre Kim Jong-un y Donald Trump, con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, como artífice principal de esta nueva situación política que ha despertado interés, incertidumbre y esperanza, lo que ha originad que en esta semana se reúnan los cancilleres de EEUU, Corea del Sur y Japón para eliminar cualquier desconfianza que pueda hacer fracasar estas dos reuniones, que serán claves para la península coreana.
Japón teme que posibles acuerdos con Corea del Norte originen “dudas” sobre un desmantelamiento de los ICBM (misiles intercontinentales) en suelo japonés, aunque, según fuentes niponas, no de los misiles de medio y corto alcance, aunque difícil será que Washington lleve a cabo este temor de Tokio, pero sí sería interesante que si Pyongyang decidiese suspender cautelarmente su programa nuclear para ver cuál sería reacción de Estados Unidos cuando está armando a Corea del Sur y a Japón por el temor de un ataque nuclear norcoreano. De momento, China, que apoyó las duras sanciones de la ONU a Pyongyang y socio principal del régimen de Kim, apoya estos encuentros y obviamente su beneplácito es vital para el éxito de los mismo, pues Pekín, cansada de tanto “follón” nuclear en la zona, ya detuvo el año pasado las importaciones de materias primas tan relevantes como el carbón, su principal fuente de divisas del régimen comunista. Al mismo tiempo, esta misma semana, delegados surcoreanos que mediaron para que Kim Jong-un y Donald Trump se citen en mayo, se reúnen con el presidente chino, Xi Jingping, y el primer ministro nipón, Shinzo Abe, en Pekín y Tokio, respectivamente, para encauzar un hecho, histórico para la península coreana.