China, ¿nuevo líder mundial contra el cambio climático? (y II)
La retirada de EEUU y el liderazgo de China
Las condiciones del Acuerdo de París eran claras para su adopción y, por vez primera, atacaba directamente a la economía y los sistemas financieros. Por ello, la salida del Acuerdo de París de EEUU y su anuncio por parte del presidente Donald Trump el 1 de junio del presente año no ha supuesto una gran sorpresa para los Estados firmantes del Acuerdo. El presidente Trump cumplía así con las promesas de campaña en pro de los intereses económicos de su nación, sobre todo, a través de la activación de la minería del carbón.
Sin embargo, la decisión de EEUU no sólo ha supuesto un revés para las políticas de protección del medio ambiente a nivel internacional. El presidente Trump ha firmado una orden ejecutiva –la denominada “Orden Ejecutiva de Independencia Energética”– para desmantelar la política medioambiental más significativa de su antecesor Barack Obama, que recortaba las emisiones de gases contaminantes por el sector del carbón en el que ahora el presidente estadounidense pretende centrar sus prioridades.
Es evidente que países en una situación parecida a EEUU, segundo país con mayor emisión de CO2 del planeta, han decidido centrar sus políticas medioambientales en la progresiva reducción de las mismas abandonando progresivamente el carbón para la obtención de energía eléctrica y considerando otras formas de energía más sostenible, como las energías renovables.
Ese es el caso de China, país líder en emisiones globales de CO2 que, sin embargo, también ha progresado alcanzando tres de sus cuatro objetivos climáticos para 2020, siendo estos la reducción de emisiones de CO2 por unidad de PIB entre un 40 y un 45% por debajo de los niveles de 2005, la participación de los combustibles no fósiles en el consumo de energía primaria en torno al 15%, el aumento del volumen de stock forestal en 1,3 mil millones de metros cúbicos y el aumento de la cobertura forestal en 40 millones de hectáreas con respecto a 2005, lo que supone un área dos veces mayor que Uganda. Así, el informe conocido como Informe de Bienal de Actualización, más conocido como BUR (Biennial Update Report), de la CNMUCC, ha recogido estos progresos del gigante asiático, motivo por el cual desde la Unión Europea se le ha tendido la mano a China por su compromiso en la lucha contra el cambio climático.
Actualmente, la República Popular China ha ratificado el Acuerdo de París, acercándose más a las exigencias de la CMNUCC y alejándose, por tanto, de la ruptura que ha encabezado el presidente Trump con las políticas internacionales en la lucha contra el cambio climático.
La Unión Europea, tras la salida de EEUU, ha formalizado el liderazgo de China con un acuerdo bilateral para tratar de salvar el Acuerdo de París, constatando que la acción climática es hoy más importante que nunca. Sin embargo, cabe formular una pregunta vital ante esta debacle política y diplomática: ¿no es irónico que el país más contaminante del mundo encabece e incluso lidere la lucha contra el cambio climático cuando ha sido multado en múltiples ocasiones por sus emisiones excesivas?
Es cierto que los progresos del gigante asiático han sido considerables pero, aun así, la ilusión de China como segundo plato ante una Convención internacional sorprendida por la marcha de una potencia mundial planea sobre el cuadro recién pintado que es el panorama internacional en la lucha contra el cambio climático.