La OTAN reafirma su unidad y refuerza su apoyo a Ucrania mientras China está a la expectativa

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Madrid. La OTAN nunca había estado tan activa desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, decidiera por su cuenta invadir Ucrania y crear la mayor tensión bélica desde la Segunda Guerra Mundial, una realidad que no deja indiferente a China, que se opone a cualquier estrategia de la Alianza Atlántica en la región de Asia-Pacífico, pues Pekín se incomoda viendo cómo los integrantes del AP4, los países socios de la OTAN en la zona (Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda) siguen incrementado su vinculación con el organismo militar para frenar la hegemonía china en la región y que ha convertido el Asia-Pacífico en un foco de enorme trascendencia para la estabilidad mundial.

La reciente cumbre de esta semana de la OTAN en Vilna (Lituania) ha servido para reforzar el apoyo a Ucrania y ratificar la unidad de sus miembros frente a Rusia con el compromiso firme de seguir apoyando a Ucrania, una cumbre que ratificó también que Turquía levantara el veto a Suecia para su ingreso en la Organización y con el deseo unánime y sin fisuras de que la OTAN y Ucrania seguirán cada vez más unidas pese a que Kiev desea entrar ya en la Alianza Atlántica, lo que no será descartable aunque haya que esperar más tiempo, pero el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le dejó claro al líder ucraniano, Volodímir Zelenski, que la espera para su ingreso no será un asunto baladí.

E incluso hay expertos que consideran que una relación de la OTAN como la que mantiene Israel a Ucrania de momento no le dañaría para que pudiera entrar en un futuro no lejano en la Alianza Atlántica. Israel no es miembro de la OTAN ni tiene un tratado de defensa formal con EEUU pero sí son durante décadas aliados y mantienen una cooperación bilateral en materia de defensa y además Israel es el mayor receptor de ayuda exterior estadounidense desde la IIGM. Pero claro, en medio de una guerra, la incorporación de Ucrania a la OTAN no se va a producir de momento, pero eso sí un potencial acuerdo de seguridad que proporcionaría armas y tecnologías avanzadas si lo tendrá Kiev. La guerra continúa y su fin no es inmediato.

El apoyo a Zelenski y el desbloqueo de Turquía a Suecia debilitarán aún más a Putin. Pese a las amenazas nucleares y de los peligros de una Tercera Guerra Mundial, Rusia sabe que alargar la guerra con Ucrania no le está favoreciendo pese a que China siga con su ambigüedad en el conflicto ucraniano, y por ahora ninguna de las dos partes puede decir que va a ganar esta guerra, pero con una OTAN dispuesta a impedir que Moscú se salga con la suya.

Hay que destacar que en 2022, sólo siete de los 30 miembros de la OTAN -hoy son 31 y pronto serán 32- cumplieron el compromiso adoptado en 2014 de destinar un 2 % del PIB a Defensa, pero se espera que poco a poco más lo vayan logrando, aunque España es uno de los más rezagados en este aspecto, con un 1,26 % del PIB en 2023, solo por encima de Bélgica y Luxemburgo.

Eso sí, hay que tener en cuenta hechos ya ocurridos como los de Afganistán y la guerra de Ucrania y quién sabe si Taiwán, un asunto muy distinto dado que Taipéi no tiene relaciones diplomáticas formales con ningún miembro de la OTAN pero sí estrechos lazos militares y de seguridad con EEUU, principal suministrador de armas y el mayor miembro de la Alianza Atlántica. Taiwán sigue prometiendo defenderse si es atacada por China y afirma que sólo el pueblo taiwanés puede decidir su futuro.

De ahí la importancia ya no solo para la OTAN sino para estos países de la AP4 del Asia-Pacífico de cómo sería una invasión china sobre Taiwán y la reacción de estos países. Esta cumbre de Vilna de esta semana ha coincidido con último lanzamiento de un misil balístico por parte de Corea del Norte, un proyectil aparentemente continental, sembrando aún más la inseguridad y la incertidumbre en la región, en la que China tiene cada vez más influencia, en especial en el mar de China Meridional, pero que también ha servido para que tanto Japón como Australia o Corea del Sur además de la propia organización militar mostraran sus quejas a Pyongyang.

Taiwán es cada vez un asunto más tenso. China no va a ceder nada de nada en su pretensión de incorporar a los taiwaneses a la «Gran China». Y no es la primera vez ni será la última que Joe Biden considere que Taiwán se convierta en una nueva Ucrania, de ahí que haya intensificado sus planes para contener a China mediante la revitalización de la OTAN y el fortalecimiento de alianzas en la región de Asia-Pacífico con el objetivo de fortalecer una seguridad colectiva ante los desafíos regionales.

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, tiene claro la necesidad de fortalecer la colaboración con los países de la OTAN y vigilar el programa de armas de destrucción masiva de Corea del Norte, una circunstancia que también analiza Japón, cuyo país en breve abrirá una oficina de la Alianza Atlántica en suelo nipón que acaba de firmar con el organismo militar un programa de Asociación Personalizado (ITPP, de sus siglas en inglés) centrado en seguridad espacial y contrarrestar la desinformación.

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebra en Yakarta (Indonesia) a lo largo de este fin de semana una serie de reuniones con principales socios, entre ellos China, Rusia e India, una asociación que integran 630 millones de personas, siendo el tercer mercado más poblado del mundo, donde la economía y el comercio no quieren verse salpicados por la inestabilidad que origina la guerra de Ucrania y también teniendo en cuenta que las exportaciones chinas bajaron un 12,4 % en junio, la mayor caída desde marzo de 2020, pero chinos y estadounidenses quieren que sus respectivas economías y el comercio no sufran. Sus jefes respectivos tendrán sus reuniones particulares como las de Josep Borrell, representante de la Unión Europea (UE).

En definitiva, una cumbre que llega en un momento crucial de las relaciones internacionales, en medio de una guerra que no concluye y con distintas estrategias geopolíticas que pueden derivar en conclusiones diversas cuando a la cita acuden representantes de naciones fuera de la ASEAN como el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, el jefe de la diplomacia de la UE, o el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang, entre otros.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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