China celebra el 70 aniversario de la revolución que marcó el nacimiento de la República Popular China

Desfile por el 70 aniversario de la República Popular China. | RTVE
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Madrid. El día 1 de octubre es clave para la historia de China, ya que es día de fiesta nacional que conmemora la proclamación de la República Popular China en 1949, fecha en la que Mao Zedong dio su famoso discurso en Pekín.

Este evento marcó el fin de la guerra civil que vivía China desde 1927 entre los nacionalistas del Kuomintang de Chiang Kai-shek y los comunistas del Partido Comunista de China encabezados por Mao Zedong, los cuales obtuvieron la victoria y fundaron la República Popular China tras el fracaso de las negociaciones entre ambas partes.

La parte vencida en el conflicto se exilió en Taiwán donde se refugiaron y formaron la República de China, reclamando su condición de gobierno legítimo. Tras varios años de tensiones entre Taiwán y la República Popular de China se han relajado las presiones invitando a una mayor cooperación entre ambas partes.

A principios del siglo XX China sufría un profundo atraso económico, afectado por diversas invasiones y sometimientos. Por ello Mao quería mejorar la situación económica, política y social, para acabar con las desigualdades que padecía el país.

En estos 70 años, la República Popular de China ha ido cambiando hasta ser lo que ha conseguido a día de hoy. Siendo el país más poblado del mundo, donde se habla la lengua con más hablantes nativos del mundo, el mandarín, ahora es la segunda economía mundial, reuniendo el 16% del PIB global.

En la celebración de este año se ha querido exaltar diversos eventos importantes que han sucedido en estos años de historia del país, como el envío de una sonda a cara oculta de la luna, el telescopio más potente del mundo y la celebración de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.

No obstante, hay dos tipos de actos conmemorativos de su proclamación. Desde China se ha preparado una gran fiesta, con todo medido al detalle, un colosal desfile militar, considerado el mayor de la historia de China, en el que han participado 15.000 militares y otro desfile civil al que acudieron unas 280.000 personas.

También se han impuesto medidas en las fábricas cercanas al evento para reducir la contaminación en el aire y garantizar el azul del cielo. Se cerraron locales y comercios hasta el fin de los festejos y se incrementó el control sobre Internet y la de policía en las calles.

Todos estos preparativos no son sólo para la celebración. Este evento coincide con el actual episodio de protestas en Hong Kong, por lo que la seguridad y el control son primordiales para evitar posibles conflictos.

Mientras que en Hong Kong se cancelaron los espectáculos previstos de fuegos artificiales y luces LED para evitar las movilizaciones. Sólo se han realizado celebraciones a puerta cerrada y ha sido más bien en recuerdo de los muertos de la revolución.

Los manifestantes pretendían usar este evento para demostrar su oposición. Desde movilizaciones que comenzaron el pasado sábado hasta una “jornada de luto” y una marcha de protesta el mismo día 1 de octubre para mostrar una imagen contraria a la patriótica del gobierno chino.

Sin embargo, este acontecimiento puede ser usado a su vez por el gobierno chino como contramedida hacia los manifestantes. Exaltando el patriotismo para evitar que se contagie el resto de China, por lo que se han aprobado guías para reforzar «la educación patriótica en una nueva era».

Ni Hong Kong era lo que era en 1997, que representaba un 27 por ciento de su PIB -ahora un 3 por ciento- y ni China es la que actualmente es, es decir, la segunda economía mundial, pero la realidad que se avecina es que Pekín irá imponiendo sus tesis a lo largo de estos años y antes de que llegue el 2047 ya habrá aumentado en la isla la emigración china, tal como ha ocurrido en Xinjiang (noroeste), donde ya los uigures no son mayoría o en el propio Tíbet, donde la presencia de los chinos de la étnica han está cada vez más presente en la sociedad tibetana.

Además de la situación problemática con Hong Kong, China se enfrenta estos días a una guerra comercial contra Estados Unidos. Las dos potencias más ricas del mundo están compitiendo por la hegemonía usando como arma el comercio internacional.

A pesar de ello, este mes está previsto que se reúnan en Washington dos negociadores por primera vez tras la subida de aranceles. Aunque las tensiones permanecen en el mercado de divisas, parece que ambas partes están dispuestas a llegar a un acuerdo en cuanto a la imposición de aranceles y el veto a ciertos productos.

La economía china está cambiando y se ha informado de una desaceleración, poniendo al país en una posición peor que en 2015 y con un aumento del precio de la carne, un indicador del grado de bienestar del país.

Por ello, China también tiene que cuidar su imagen exterior, elaborando una imagen de “potencia pacífica” para así beneficiarse a nivel estratégico con su presencia en Europa, África y América Latina.

Durante estos 70 años tanto China como el propio Partido Comunista de China al poder han sufrido una evolución. Una mayor apertura del país y el aumento del consumo han sido claves para el crecimiento que se ha producido en los últimos años hasta llegar a ser la potencia global que es hoy.

En suma, es de importancia analizar los desafíos tanto externos como internos a los que se enfrenta el país para prever un futuro próspero para China a semejanza de los pasados 70 años que estos días se celebran.

Pilar Calatayud Hernández

Graduada en Lenguas Modernas y sus Literaturas, Máster en La UE y el Mediterráneo en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Estudiante del idioma y la cultura coreana e investigadora de temas relacionados con la península.

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