El boicot diplomático de EEUU a los JJOO de Invierno de Pekín: causas y perspectiva histórica

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Washington. Estados Unidos anunció el 7 de diciembre que ninguna delegación gubernamental asistirá a los Juegos Olímpicos de Invierno que se disputarán en China entre el 4 y el 20 de febrero. Por ahora se han sumado al boicot Canadá, Australia y el Reino Unido. Eso sí, los deportistas de esos cuatro países competirán en Pekín.

La Casa Blanca justifica la medida por las presuntas violaciones de los derechos humanos en general y concretamente los crímenes cometidos por las autoridades chinas contra un millón de uigures de religión musulmán en la provincia china de Xinjiang. En una votación casi unánime (428 a 1) la Cámara de Representantes del Congreso ha prohibido cualquier importación procedente de Xinjiang. Dicho proyecto de ley será refrendado por el Senado y firmado por el presidente.

El liderazgo tanto del partido Demócrata como del Republicano en el Congreso y el Comité Olímpico de EEUU han elogiado la medida y destacado que animarán a los deportistas de EEUU. ONGs y grupos relacionados con los derechos de los uigures y tibetanos habían ejercido una fuerte presión sobre la Casa Blanca. Todos ellos han aplaudido el boicot político y animado a los demás países a seguir el ejemplo de Washington.

Según Sophie Richardson, directora de Human Rights Watch en China, se trata de un «paso decisivo para desafiar los crímenes contra la humanidad perpetrados contra los uigures y otros pueblos de origen túrquico». Un portavoz de la Campaña Internacional para Tíbet ha declarado que «el resto del mundo debe seguir el ejemplo de EEUU y el Comité Olímpico Internacional debe asumir su responsabilidad por su horrible decisión de otorgar los juegos a Pekín».

Desde 2018 Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el Proyecto Derechos Humanos uigures han documentado decenas de casos de encarcelamiento y trabajo forzado de uigures. China, que niega las acusaciones sobre Xinjiang, ha recriminado los boicots diplomáticos y avisado sobre represalias graves. En 2028 se celebrarán los Juegos Olímpicos en Los Ángeles.

Declaración del COI

Por su parte, un portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI) ha manifestado que «la presencia de cargos gubernamentales y diplomáticos es una decisión estrictamente política de cada país que el COI, en su neutralidad política, completamente respeta. Al mismo tiempo, el anuncio (de EEUU) deja claro que los Juegos Olímpicos y la participación de los atletas está por encima de la política, circunstancia que apoyamos».

Tampoco sorprende la ausencia de comitiva gubernamental australiana. El deterioro de la relación entre China y Australia desde 2020 ha sido profundo, motivado por confrontaciones comerciales, sobre inversiones, la COVID-19 y derechos humanos. Desde hace meses no hay comunicación alguna a nivel político entre ambas potencias. China impuso en julio aranceles de hasta el 85 % a la exportaciones australianas de cebada y vino y restringió las de carbón, madera y langostas después que Canberra exigiera una investigación independiente sobre el origen del virus SARS-Cov-2 que ha provocado la pandemia.

Esperar que EEUU mandara una representación política a Pekín era poco realista. Desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca todos los encuentros bilaterales entre políticos de alto nivel de las primeras dos economías mundiales han fracasado. No se ha alcanzado un acuerdo en ninguno del amplio abanico de contenciosos políticos, militares y económicos entre Washington y Pekín.

La visita presencial a China de más alto nivel durante 2021 la protagonizó en julio Wendy Sherman, viceministra de Asuntos Exteriores. Pero fue recibida en Tianjin, no en la capital. Tanto en Tianjin como en la cumbre de Anchorage (Alaska) de marzo los representantes chinos leyeron la cartilla a sus homólogos de EEUU. Dejaron claro que perciben a EEUU como una potencia en declive y que tratarán a sus representantes diplomáticos con dureza en la escena internacional. En este contexto, la asistencia de una delegación gubernamental de EEUU era impensable e incluso hubiera podido ser contraproducente al despertar la esperanza de conclusión de algún acuerdo.

Precedentes amplios de boicots diplomáticos o totales a los JJOO

Guerras y enfrentamientos geopolíticos han afectado a numerosas ediciones. Las de 1916, 1940 y 1944 evidentemente se suspendieron debido a las dos guerras mundiales. Alemania y Japón fueron excluidas de las de 1948 por su papel en la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo sucedió con Sudáfrica durante la era de apartheid (1964-1992) y en 2020 con Rusia por su escándalo de dopaje.

En el siglo XX hay también bastantes precedentes de boicots totales, no meramente diplomáticos. A la edición de 1956 celebrada en Australia no acudieron deportistas de la República Popular de China, Egipto, Irak, Líbano, los Países Bajos, España y Suiza. Los países árabes se ausentaron debido a la guerra de Suez, mientras que los tres estados europeos protestaban el aplastamiento de la revolución pacífica en Hungría por la URSS. Pekín no estuvo por la participación de Taiwán. China no volvió a competir en unos juegos olímpicos hasta 1984.

En 1979 la URSS invadió Afganistán. Siguiendo el liderazgo de EEUU, el Reino Unido, Alemania Occidental, Canadá, Israel, China y hasta 65 países no tomaron parte en los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, aunque algunos accedieron a que sus atletas concursaran bajo la bandera olímpica. Se amenazó a los deportistas estadounidenses que deseaban asistir con la retirada de su pasaporte. Únicamente 80 estados estuvieron presentes en Moscú. Pero la URSS ganó 195 medallas, un récord olímpico aún vigente. La URSS y otros 13 países comunistas (pero no China) se vengaron por el boicot de 1980 en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. Acudieron 140 países, y en este caso EEUU obtuvo 83 medallas de oro.

Berlín 1936, ¿escaparate o humillación para Hitler?

El ejemplo de mayor confrontación entre política y deporte se produjo en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Habían sido otorgados a Alemania en 1931, antes de la llegada al poder de Adolf Hitler. En 1934 Hitler había ya impuesto su dictadura totalitaria, encarcelado y asesinado a opositores políticos y empezado su campaña contra los judíos.

Fue EEUU el país donde se generó la mayor polémica acerca de la participación de sus deportistas. El presidente de la Unión Atlética Amateur de EEUU (AAU), los gobernadores de Nueva York y Massachusetts, numerosos grupos católicos, periódicos, universidades y una parte del Comité Olímpico de EEUU (AOC) exigían un boicot total. El presidente Franklin Roosevelt se mantuvo al margen y dejó la decisión en manos de la AAU, que votó por 58 a 55 acudir a Berlín.

Influyó decisivamente la actuación polémica del magnate de la construcción Avery Brundage, presidente del AOC y posteriormente del COI entre 1952 y 1972. Se desplazó a Alemania en 1934 y negoció que no se discriminara contra los judíos y afroamericanos del equipo de EEUU. Asimismo, se frenaron provisionalmente las actuaciones públicas antisemitas. Hitler deseaba demostrar la superioridad de la raza aria. Fue humillado por el atleta afroamericano Jesse Owens, que ganó cuatro medallas de oro. Un aviso para otros dictadores.

Alexandre Muns

Dr. Alexandre Muns Rubiol Professor, OBS & EAE Business School y exasesor del presidente del Banco Mundial

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