La tenista Naomi Osaka conquista el US Open como activista del Black Lives Matter en Japón

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Madrid. La tenista japonesa Naomi Osaka se ha hecho este fin de semana con su segundo título en el US Open, tras haber logrado el primero en 2018, al haber derrotado a la bielorrusa Victoria Azarenka con el resultado de 1-6, 6-3, 6-3, una victoria que nada más conseguida sirvió a la actual número tres mundial para enviar un mensaje sobre el abuso racial: «El punto es hacer que la gente empiece a hablar».

Antes de hacerse con el último torneo Grand Slam de la temporada, Osaka se había alzado asimismo victoriosa en el Open de Australia de 2019. Pero una lesión en los tendones del muslo izquierdo le había impedido jugar la final en Cincinnati hace solo dos semanas, dándole el premio entonces a Azarenka.

Ahora, la bielorrusa parecía tenerlo todo controlado en un primer set que le hacía clara ganadora, pero Osaka, que salió a jugar con el muslo vendado, supo reponerse y retomar el partido.

Más allá de ser la joven promesa del tenis femenino japonés con tan solo 22 años, Osaka, que es hija de padre haitiano y madre japonesa, se ha mostrado abiertamente a favor del movimiento Black Lives Matter, por lo que ha llevado puesta una mascarilla distinta en cada partido, cada una de ellas con el nombre de alguna víctima de la violencia racial en Estados Unidos.

La que portaba durante el partido de la victoria reflejaba el nombre de Tamir Rice, afroamericano de 12 años asesinado a balazos por la policía de Cleveland en 2014. Antes ya fueron Breonna Taylor, Elijah McClain, Ahmaud Arbery, Trayvon Martin, George Floyd y Philando Castile.

Si bien la prensa nipona e incluso uno de los nombres que suenan para suceder al último primer ministro Shinzo Abe, Fumio Kishida, han mostrado mensajes generales de apoyo al activismo de la tenista, han surgido a su vez voces en contra, como las de sus patrocinadores, que consideran que debe centrarse más en la actividad deportista.

No ha sido hasta tiempos recientes cuando la sociedad japonesa como conjunto ha empezado a concienciarse sobre los problemas raciales y a dejar de verlo como un problema exclusivo de Estados Unidos y Europa.

Con el asesinato de George Floyd y las protestas consecuentes en todo el mundo, el canal de televisión NHK lanzó un reportaje explicando la situación a los ciudadanos, donde mostraban dibujos estereotipados y caricaturescos de la comunidad afroamericana.

El profesor Baye McNeil, de origen afroamericano y residente en Japón desde hace años, protestó contra el reportaje y recibió disculpas y una invitación por parte de la cadena para que pudiese informar él mismo sobre el asunto.

A razón de estas circunstancias, varios jóvenes nipones ocuparon las calles reclamando por los derechos de las personas de estas etnias, pasando a ser asimismo una cuestión japonesa. 

Los japoneses, que han estado aislados del mundo durante dos siglos hasta la apertura «forzosa» a Occidente en 1868, se siguen considerando una sociedad muy homogénea, lo que se va quedando cada vez más atrás con el aumento de descendientes de japoneses con otros grupos sociales, conocidos localmente como hafu.

Los hafu, que sufren discriminación al no ser «suficientemente japoneses», son difíciles de contabilizar en Japón, si bien se cree que actualmente son cerca del tres por ciento de los nacimientos totales en el país. El gobierno no diferencia a un japonés de un medio-japonés. Es, simplemente, japonés.

No solo Osaka, pues la candidata a Miss Universo por Japón en 2015, Ariana Miyamoto, hija de madre japonesa y de padre afroamericano, dijo haber sufrido acoso desde niña por esta circunstancia, recibiendo insultos como kuronbo (el equivalente en japonés al insulto racial estadounidense por excelencia).

Ciudadanos como McNeil creen que es una cuestión de ignorancia y que la predisposición general es buena, pero que todavía queda un largo camino para concienciar a la sociedad japonesa sobre un problema que afecta a todo el mundo.

La propia Osaka ha sido el objetivo de ataques racistas en las redes sociales e incluso su piel fue blanqueada durante una campaña publicitaria. A pesar de los esfuerzos de algunos de sus patrocinadores, parece que su voz, al igual que su carrera deportiva, está lejos de achicarse.

Ana Alonso Giménez

Licenciada en Historia (especialidad en antropología), directora de Fantasy Cloud S.L y colaboradora en varios blogs que versan sobre Japón

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