La Unión Europea debe levantar las sanciones a Corea del Norte

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Madrid. Corea del Norte vive una situación política impensable hace algo más de un año, cuyo líder, Kim Jong-un, no para en promocionar el país a costa de una estrategia inalterable con el vital objetivo de desarrollar su economía y poco a poco desnuclearizarse para ganarse a la comunidad internacional y ahora la UE tiene una clara ocasión de apoyar a Pyongyang y reducir paulatinamente sus sanciones dado el actual panorama que ha creado el régimen.

El levantamiento de sanciones no significa que se haga de forma absoluta, pero si es cierto que no sólo la Unión Europea (UE) sino los países y organismos implicados en el “castigo” a Corea del Norte por su programa nuclear tienen ahora una oportunidad de estrategia política de ir apoyando las nuevas directrices de Pyongyang, pese al escepticismo que aún generan, pero no hay marcha atrás y además el régimen comunista está dispuesto a provocar en el país el mayor cambio habido desde su creación como Estado en 1948.

La paciencia confuciana nunca ha sido ajena a la eficacia, pues saber esperar y actuar es innato en la tradición filosófica y hay que comprender que la nueva realidad política en la península coreana tiene desde el punto de vista nuclear sus tiempos y su propios parámetros y como muestra de todo ello es bueno conocer que al menos diez años son necesarios para el  desmantelamiento completo del programa nuclear norcoreano, además de un coste económico en torno a los 20.000 millones de dólares, coste que obviamente no va a pagar Corea del Norte, pero el proceso es irreversible e improbable que Pyongyang retome la vía nuclear.

Eso sí, no hay un momento que se siga dudando y es coherente teniendo en cuenta todos los precedentes habidos en los últimos años sobre si Corea del Norte definitivamente se va a desnuclearizar.

Pero, por un lado, esta misma semana Pyongyang ha advertido que reactivará sus políticas de desarrollo nuclear si Estados Unidos no levanta las sanciones económicas impuestas contra su régimen como parte del paquete de medidas recíprocas que Pyongyang lleva demandando desde que han dado comienzo las negociaciones sobre la desnuclearización de la península coreana.

Y, por otro, Corea del Norte podría estar haciendo preparativos para una visita de inspectores internacionales cuyo objeto sería verificar el cierre de su centro de pruebas nucleares, según fuentes de la Inteligencia surcoreana, lo que evidencia una realidad que nadie duda y que conduce a un nuevo panorama político en la zona muy lejos de episodios nucleares de tensión como los de antes.

Por todo ello, la UE debería levantar poco a poco las sanciones, ofrecerle detalles, pues la actitud norcoreana en el tema nuclear no tiene otra salida, gestos que den seguridad y confianza, es decir, la UE debe sumergirse más en Corea del Norte y facilitar un buen ambiente, compensar la nueva política de Kim, quien reduciendo su alto PIB a gastos militares proporcionará mayor bienestar a la ciudadanía que también redundará en recortar gastos militares en la zona fronteriza con Corea del Sur.

A mediados del siglo XX Corea del Norte era uno de los países más industrializados de Asia, pero hoy día, tras años con su política nuclear y de enfrentamientos, el régimen ya ha comprobado que la supervivencia del régimen no pasa por un mayor desarrollo nuclear, sino con un mayor desarrollo económico, tal como hizo en su momento la propia Vietnam.

La UE debe dar confianza y debe ser el garante de los acuerdo con Corea del Norte, pero hasta ahora, el tema norcoreano está muy lejos del continente europeo, y debería implicarse más, sobre todo cuando ya no es un Estado amenazante, no chantajea, por lo que debe haber una mayor colaboración entre ambas partes.

En suma, implicarse más, reforzar las esferas económicas, ayudas humanitarias, técnicas y muy importante más pronto que tarde efectuar un mayor reconocimiento diplomático abriendo una delegación en Pyongyang, y así se adelantaría a todos y con ello arrastraría al resto de países a analizar las sanciones, que solo castigan al pueblo, y contribuiría a generar una confianza esencial.

De momento, no es probable que Corea del Norte retome la vía de nuclearización, ya que la situación es irreversible. Puesto que Corea del Norte ha tomado las medidas iniciales, tales como la destrucción del túnel para ensayo nuclear en Dongchang-ri y el sitio para ensayo de los misiles, es necesario incentivar medidas económicas y políticas por parte de la comunidad internacional y de la propia UE.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, su mejor aliado, trata de que Kim Jong-un visite Seúl, lo que sería aún más histórico que la cita del líder norcoreano con Donald Trum, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, sigue interesado en verse con Kim, cada vez hay más rumores a un segundo encuentro entre Pyongyang y Washington, y el más interesado tal vez sea la Casa Blanca que ha depositado todo su éxito en política internacional con el régimen norcoreano.

Rusia y China quieren que se levanten las sanciones, mientras el presidente de China, Xi Jinping, no descarta visitar Pyongyang, y lo mismo podría hacer Kim Jong-un visitando Moscú para celebrar una cumbre con Vladimir Putin, lo que demuestra que esta nueva realidad política en Corea del Norte no tiene freno.

Una política exterior diferente refrendada esta misma semana con la visita a la capital norcoreana del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien seguro le habrá explicado a Kim Jong-un cómo operan en la isla caribeña marcas chinas, japonesas y europeas, aunque la política sigue estando en segundo lugar, como ocurrirá en Corea del Norte, pero no se descarta que políticamente en ambos países y con mejoras económicas se puedan producir mínimos avances políticos, pero lo que está seguro es que los dos pueblos necesitan mejorar la calidad de vida de sus respectivas sociedades.

En definitiva, ahora Kim Jong-un basa su nueva situación en tres importante prioridades, vitales en su nueva política norcoreana: la primera, desarrollo económico, segunda, el levantamiento de las sanciones y la tercera lograr la confianza que durante años el régimen nunca ha tenidos en la comunidad internacional.

Y añadiría una cuarta, primordial, esencial que radica en que Kim consolide su poder y tal vez después, y con el levantamiento de las sanciones y un mayor reconocimiento de la comunidad internacional tendrán que venir mayores libertades y mejoras en los derechos humanos, en una sociedad que durante 70 años ha vivido ajena a todo lo que ocurre fuera de sus fronteras.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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