La ASEAN y la APEC determinan la economía global con diferencias entre EEUU y China
Madrid. Las recientes cumbres de la APEC y ASEAN, celebradas en Manila y Kuala Lumpur, esta semana, han notificado el protagonismo de China, que pese a su desaceleración económica, ahora su PIB no llega al 7 por ciento, pero sigue siendo vital para el desarrollo de la economía global, y a la vez han marcado las diferencias entre Pekín y EEUU en el asunto de las disputas de la islas del mar de China Meridional y otros socios de ambos organismos como es Japón, que tiene sus litigios con Pekín en el mar de China Oriental.
Mientras China pide a los países de la ASEAN su integración económica y proteger la estabilidad regional, el “gigante asiático” defiende su derecho a construir instalaciones de uso militar en las islas en disputa en el mar de China Meridional, mientras que el presidente de EEUU, Barack Obama, ha pedido detener la reclamación de tierra, nuevas construcciones y la militarización de la zona para preservar la estabilidad en la región abogando por garantizar la libertad de navegación.
Tanto en las citas de la ASEAN, fundada en 1967, como en la de la APEC, nacida en 1989, ha quedado patente las diferencias entre China y EEUU en el litigio de las islas del mar de China Meridional, donde Pekín considera una provocación el paso de un buque de guerra estadounidense por la zona por unas maniobras marítimas, mientras para Washington todo es libertad de navegación, así como las críticas del presidente ruso, Vladímir Putin, al Acuerdo Asociación Transpacífico (TPP), auspiciado EEUU, por la falta de transparencia en su negociación.
Previamente a la reunión de la APEC en Manila, el presidente de EEUU, Barack Obama, visitó una fragata filipina que sembró tensión poco ante de la cita cuando este país mantiene sus disputas con China sobre las islas Spratly, pero que Washington con su actitud quiso mostrar su apoyo a sus aliados en la zona, la cual también se ve salpicada por los problemas que mantienen Tokio y Pekín sobre la soberanía de las islas Senkaku/Diaoyu en el mar de China Oriental.
Hay que resaltar que Brunei, Filipinas, Malasia y Vietnam, sin olvidar a Taiwán, reclaman total o parcialmente su soberanía sobre las islas Spratly, mientras que Hanoi y Pekín se disputan el control de las Paracel (Paracelso), ambos archipiélagos asentados sobre reservas de petróleo y gas natural.
La reunión de ambos organismos esta pasada semana estaba centrado en asuntos económicos regionales con ramificaciones en la economía global, pero los temas políticos relacionados con los conflictos marítimos no podían quedar en el tintero y más cuando EEUU intenta evitar que China se haga cada vez más “dueña” de la zona con su cada vez mayor influencia económica y militar.
Lo que está claro que la reciente incursión del buque de guerra estadounidense USS Lassen, escoltado por aviones de vigilancia, a menos de doce millas náuticas de las islas Spratly, originó grandes recelos entre los países que reclaman su soberanía, lo que ha provocado la entrada en escena de la Corte Permanente de Arbitraje (CPA), del Tribunal internacional de La Haya, solicitada por Filipinas, pero con la firme oposición de China y Taiwán.
Es importante que estas diferencias habidas en ambas reuniones no afecten a los resultados entre chinos, japoneses y surcoreanos para la creación de una Zona de Libre Comercio (TLC) sobre productos, servicios e inversión que ayudará a impulsar la integración económica regional, que servirá para impulsar el desarrollo y prosperidad de la región, donde el Producto Interior Bruto (PIB) y el volumen de comercio exterior de estos tres países representan más del 20 por ciento del total mundial.
El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) lo conforma China y 21 países más, (incluidos Japón, Rusia y EEUU) y concentra el 60 por ciento del PIB mundial y la mitad del comercio del planeta, mientras la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) mueve un PIB de 2.500 billones de dólares con un promedio de crecimiento del 5,3 por ciento durante el periodo 2006-2013 y cuenta con diez miembros (Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam) y acuden también Japón, Corea del Sur y China que forman el foro denominado “ASEAN más Tres”, además de EEUU como país aliado.
Pero pese a las diferencias en los conflictos marítimos, el comercio bilateral entre China y los países de la ASEAN (622 millones de habitantes) está previsto que ascienda a 500.000 millones de dólares al finalizar 2015 y a un billón de dólares en 2020, cifras que por ahora resultan difíciles de lograr por parte de Estados Unidos en esa zona.
El objetivo para los próximo diez años radica en que la ASEAN, ya declarada en esta cumbre como un mercado único, profundice en la liberalización e integración de sus economías para mantener el grupo en la senda de un crecimiento que podría llegar al 7 por ciento del PIB para el conjunto de todos estos países, según dijo el primer ministro de Malasia, Najib Razak.
Y en cuanto al TPP, Barack Obama, defendió en la cumbre de la ASEAN el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), por sus beneficios geopolíticos, en seguridad y derechos humanos, y como herramienta contra la corrupción, aunque admitió que hará falta tiempo para introducir las reformas previstas en el TPP, uno organismo que nació para contrarrestar la influencia económica de China, que representa el 40 por ciento del PIB mundial de sus socios, que, además de EEUU, lo componen Singapur, Brunei, Malasia, Vietnam, Nueva Zelanda, Chile, Australia, Perú, México, Canadá y Japón.