Los JJOO de Tokio, ante el peligro de una cancelación definitiva

Aros olímpicos en Tokio, Japón. | Tokyo-Good
Comparte esta noticia:

Madrid. La incertidumbre, las dudas y la posible cancelación de los Juegos Olímpicos de Tokio siguen caracterizando un evento deportivo que no acaba de aclararse pese al enorme interés en su celebración por parte del Gobierno japonés y del propio comité organizador. La pandemia del coronavirus, cuya letalidad está siendo combatida pero sin frenar aún su propagación en medio mundo, hace que la celebración de los JJOO pueda posteriormente originar una cascada de contagios que pondría en peligro la recuperación lenta que están produciendo las vacunas a nivel mundial. 

No obstante, las autoridades niponas, junto al Comité Olímpico Internacional (COI), siguen insistiendo en la idea de su celebración, aunque, eso sí, sin espectadores extranjeros. De celebrarse, servirían para que una parte de deportistas digan adiós a su actividad, pues son muchos quienes han decidido retirarse tras los JJOO de Tokio, una decisión que no pudieron llevar a cabo el pasado verano con la cancelación del evento deportivo y quienes han intensificado sus preparativos convencidos que en este verano habrá Juegos Olímpicos.

Obviamente se buscan garantías dentro y fuera de los recintos deportivos para un acontecimiento, previsto del 23 de julio al 8 de agosto, que quiere ver su apertura, una vez cancelados el pasado año por la pandemia, cuyos brotes no cesan y las vacunan van lentas, al menos en Europa e, incluso, en Japón. O sea, las nuevas restricciones sanitarias no sólo son obligatorias en Tokio y otras ciudades niponas, sino que los países participantes quieren que, finalizados los JJOO, la normalidad sea lo vital, lo que se antoja complicado si no bajan los contagios.

Japón ya ha ampliado a cuatro prefecturas más las restricciones anti-COVID-19, con lo que serán ya una decena de regiones niponas, entre ellas Tokio, las afectadas por estas medidas ante el repunte. 

Tanto los ensayos olímpicos como el recorrido de la antorcha ya están funcionando, pero hay una parte de la población japonesa que se opone a la celebración de los Juegos debido a los riesgos, dado que en opinión de expertos un evento como los JJOO todavía no es muy seguro desde el punto de vista sanitario a causa, obviamente, de la COVID-19.

Los organizadores como el COI están convencidos que habrá Juegos este verano, e incluso la decisión de Corea del Norte de no participar debido a la pandemia no ha tenido el efecto de influir para que otros países siguieran los pasos del comité olímpico norcoreano, un hecho valorado positivamente por el comité olímpico japonés que ha servido para evitar una cascada de anulaciones a nivel internacional.

Las estrictas normas para los 11.100 atletas que residirán en la Villa Olímpica incluyen que no se les permitirán acceder a ella hasta cinco días antes de su primera competición y deberán abandonarla, como muy tarde, dos días después de la última competición en la que hayan participado, además de mantener las distancias y evitar todo tipo de contacto físico.

Incluso se ha tomado la decisión de poner a su disposición nada menos que 150.000 preservativos. Es decir, distancia o disciplina olímpica para practicar sexo.

Está claro que los JJOO tienen mucho dinero por medio. Una segunda cancelación traería graves consecuencias económicas, cuyo presupuesto inicial, incrementado en 2.800 millones de dólares para hacer frente al aplazamiento del pasado año, supondría pérdidas de 42.600 millones de dólares y una contracción del 0,2 por ciento del PIB nipón, según señala la asesoría financiera Bloomberg, que añade que una celebración olímpica con la mitad de espectadores (locales) permitiría que la economía japonesa sumara hasta 4,3 puntos porcentuales.

Las próximas semanas serán determinantes al igual que lo será la evolución de la pandemia y la efectividad de sus vacunas, aunque los atletas y demás participantes estarán vacunados, pero la celebración del evento deportivo puede marcar un antes y un después en relación a cómo vaya funcionando el número de contagios.

De esta forma, tendríamos la esperanza de que, tras la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio, el mundo pueda sonreír un poco ante el hecho que la COVID-19 la estamos derrotando entre todos para que la economía dé sus primeros pasos de estabilidad, vital para la supervivencia. La pandemia ya lleva 139 millones de casos y cerca de tres millones de muertos por todo el mundo.

Los JJOO modernos cumplen 125 años. El 6 de abril de 1896 se inauguraron en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la modernidad. Han pasado 125 años desde entonces, y los Juegos han sobrevivido a dos Guerras Mundiales, y ahora toca que también sobrevivan a esta pandemia que tanto daño, inmenso, brutal, está haciendo a todo el planeta. El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, lo ha reiterado en varias ocasiones, dado que la celebración de los JJOO «sería una prueba de la victoria de la humanidad contra la COVID-19».

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *