INVASIÓN DE UCRANIA | Rusia y China, de antiguos enemigos a fieles aliados (II)

Plaza del Maidán, en Kiev (Ucrania). | Juan Antonio Segal, Flickr
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Madrid. Mientras Rusia sigue su escalada militar contra Ucrania y amenazando a todo aquel que se oponga en su camino, pues lo acaba de hacer con Suecia y Finlandia con represalias si se incorporan a la OTAN, el presidente ruso, Vladimir Putin, ya ha logrado que el organismo atlántico se rearme, cuyos miembros han mostrado demasiada pasividad, lo que ha servido a Rusia para llevar adelante su invasión, la cual ni siquiera ha valido el socorro del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidiendo la ayuda de la OTAN, y recibiendo como respuesta que no puede intervenir militarmente por no ser miembro ese país del organismo, un cinismo brutal dado que la OTAN bombardeó a la antigua Yugoslavia en la guerra de los Balcanes y ninguno de los países pertenecía a esa alianza militar.

Es cierto que el artículo 5 del Tratado de Washington, que alumbró a la OTAN, detalla el «derecho de legítima defensa individual o colectiva» de los miembros de la Alianza, pero hay expertos que recuerdan que se intervino en Kosovo y en Libia sin que estos países, al igual que ahora Ucrania, formaran parte de esta organización militar. Si con una agresión «salvaje» a un país tercero como ocurre con Ucrania, la OTAN mira a otra parte, el organismo no tiene sentido de existir. La violencia y las violaciones de los derechos de los pueblos hay que respetarlos.

Zelenski dice que el plan de Putin «ha descarrilado» pero advierte: «El destino de Ucrania está en juego». Rusia acosa a Ucrania, y su capital, Kiev, resiste. Esa es la principal novedad mientras se redactan estas líneas. El presidente ucraniano se queja de que los «han dejado solos». Basta ya de más contemplaciones, pero, eso sí, la guerra mediática la está ganando Ucrania por goleada, pues los planes de Putin de que todo sería un paseo, ha quedado demostrado que no es así, y al margen de la victoria final del Ejército ruso, algo similar ocurriría con Taiwán, y más cuando armamentísticamente son muy fuertes.

En el nuevo orden mundial que se quiere construir desde Ucrania, con rusos y chinos como protagonistas, las guerras híbridas y las cibernéticas tomarán un gran impulso. Mientras tanto, Occidente se debilita, lo que quiere Putin, la OTAN no se decide y China trabaja intensamente para que su posición en la comunidad internacional no se mal interprete, pero está claro que sus objetivos en relación a Taiwán no van a mermarse por esta invasión a Ucrania, y todo le servirá para ir cocinando en su momento decisiones que tengan menos repercusión que las que está teniendo Putin en el mundo.

Es indigerible para los chinos o para el presidente chino, Xi Jinping, que una gran parte del mundo vea lo que están haciendo con Rusia y Putin, pues lo están llamando de todo, asesino o dictador o totalitario, y con miles de miles de manifestaciones y protestas por todo el planeta contra la invasión rusa. La imagen de China quedaría muy tocada si emulara a Putin con Taiwán cuando el gigante asiático quiere ser la primera potencia económica mundial y ofrecer su ayuda a los cinco continentes.

China sabe que en una hipotética invasión en Taiwán, que por ahora no se va a producir, la isla militarmente está mucho mejor preparada que Ucrania, aunque, eso sí, es un pequeño territorio y a la larga el gigante asiático se haría con su control pero nunca será fácil, salvo que Estados Unidos se duerma o no intervenga en su defensa o que el mundo occidental se muestre pasivo quejándose, sin hacer nada más eficaz como ahora con Ucrania. China y Taiwán llegarán a un entendimiento seguro, mientras que la crisis de Ucrania no saldrá gratis a nadie y abrirá un enorme camino sin fin hasta encontrar la solución que a ambas partes les interese, pero nunca una invasión.

La estrategia de defensa de la isla se ha centrado siempre en lo que llaman la «defensa asimétrica»: resistir al enemigo en la orilla opuesta, atacarlo en el mar, destruirlo en el área litoral y aniquilarlo en la cabeza de playa. Pero su pequeño ejército no podría hacer frente a los más de millón y medio de efectivos de China. Taiwán tiene a EEUU como su gran aliado político y proveedor de armas (en 2021, la Administración de Joe Biden aprobó una primera venta de 750 millones de dólares en armas. Donald Trump ya aprobó 5.100 millones de dólares en ventas en 2020. La industria del armamento mueve muchos millones de dólares en EEUU.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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