D. humanos, castas y culto a la personalidad obstáculos para un gran cambio en Corea del Norte
Madrid. El reciente informe de la ONU que documenta masivas violaciones de los derechos humanos, que llegan al grado de crímenes contra la humanidad, además de un sistema de castas que condiciona las vidas de los norcoreanos y el fuerte culto a la personalidad de sus dirigentes vivos y muertos, hacen inviable un mínimo cambio en la estructura política-económica de Corea del Norte para salir de la grave crisis que padece.
El duro informe de la ONU, que aporta pruebas suficientes para llevar el caso a la Corte Penal Internacional (CPI), ha servido para certificar que el régimen comunista de Kim Jong-un es autor de auténticas violaciones de los más elementales derechos humanos, donde declaraciones aisladas de su protagonistas, fotografías de satélite o artículos de diversas ONG prueban la dureza de sus acciones con torturas, abortos provocados, hambrunas por doquier, asesinatos y todo tipo de vejaciones sobre aquellos que no comulguen con las ideas que rigen de forma dramática el destino del país.
Tanto la Policía como el Ejército y el aparato judicial, bajo el control del Partido de los Trabajadores y de su líder, “el brillante camarada”, Kim Jong-un, actúan con una eficacia represiva inexistente en el mundo actual y que recuerda a los tiempos del nazismo de Adof Hitler con violencia, malos tratos, detenciones arbitrarias y prolongadas, torturas, ejecuciones sumarias, exterminio, esclavitud, desapariciones, entre otras, llevadas a cabo en los campos de detención (campos de concentración) de presos políticos en Kwanliso (noreste del país, cerca de la frontera con Rusia y China) con capacidad para unos 50.000 prisioneros, aunque el informe de la ONU detalla que en la actualidad hay entre 80.000 y 120.000 presos políticos retenidos en cuatro grandes campos de trabajo.
Corea del Norte sufrió en la década de los noventa una “profundísima” hambruna de la que aún no se ha recuperado y que costó la vida a cerca de un millón de personas entre 1996-2000, una hambruna que se paliaba comiendo cortezas de árboles, césped y raíces, y en el mejor de los casos, de ratas y serpientes, pero no hay que olvidar que el régimen comunista siempre ha dado prioridad al gasto en armamentos -16 por ciento del PIB lo dedica a las Fuerzas Armadas, 1,2 millones de soldados- y a su programa nuclear, incluso en situaciones de grave penuria alimenticia para la mayoría de sus 24 millones de ciudadanos.
Este informe llama también la atención sobre la situación de mujeres y niñas víctima de tráfico y explotadas sexualmente en el extranjero y muchas de ellas asumen el riesgo de huir, en especial a China, a pesar de las altas probabilidades de que sean repatriadas a su país, donde son sometidas a torturas, detenciones arbitrarias prolongadas, e incluso violencia sexual, mientras las mujeres repatriadas embarazadas son obligadas a abortar y si tienen hijos, éstos son asesinados, resalta el informe, que ha sido ratificado en estas denuncias por unos 240 testimonios directos de víctimas y testigos, entre ellos 80 supervivientes de estos campos de concentración como el Kwanliso.
Y China, pues China puede hacer mucho. Actualmente Corea del Norte no es un país signatario del Estatuto de Roma, instrumento constitutivo del citado CPI, y entonces este tribunal no puede llevar a cabo una investigación sin el respaldo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU y para que esto sea posible es necesario que no haya ningún veto en este organismo, pero Pekín, de momento, se opone a que haya esta Comisión de Investigación contra el régimen norcoreano por crímenes contra la humanidad. China proporciona a Corea del Norte el 90 por ciento del combustible que consume y es vital para el presente y futuro del régimen norcoreano.
En cuanto a las castas, el país tiene una estructura piramidal peligrosa que obstruye cualquier posibilidad de avance y desarrollo en el país. Las castas determinan el destino de cada ciudadano, según opiniones y credo, entre otros, pero como dice el informe de la ONU, las castas están basadas en función a la lealtad al régimen. Es decir, condiciona aspectos como dónde vivir, las oportunidades de recibir alimento, educación, encontrar un trabajo o sencillamente gozar de una vida digna, incluso sobrevivir. Todo radica en una clara violación de la libertad de movimiento y residencia, teniendo en cuenta la discriminación por motivos políticos y religiosos.
De esta forma, la población se encuentra dividida en tres castas: leales, vacilantes y hostiles y son hereditarias, las cuales se establecen tan sólo por los antecedentes políticos familiares con una aplicación de absoluta arbitrariedad que van contra los derechos humanos.
Corea del Norte acaba de revisar sus principios fundacionales y uno de ellos dice: “Nosotros debemos honrar al gran líder camarada Kim Il-sung con toda nuestra lealtad”, mientras otro señala: “Debemos honrar al gran líder camarada Kim Il-sung y al general Kim Jong-il con nuestra lealtad, es decir, esta revisión de los principios fundacionales del Partido de los Trabajadores están encaminados a legitimar la sucesión dinástica del actual líder, Kim Jong-un, y su familia.
El joven y actual líder Kim Jong-un no puede hipotecar el futuro del país en estos nuevos principios que omiten la verdadera crisis económica del país y las verdaderas razones de su política nuclear, un régimen basado en el culto a la personalidad, que sigue usando el “Songbun” que señala a los niños norcoreanos desde su más tierna infancia y por la que las autoridades del país clasifican a sus 24 millones de habitantes y luego está el “Songun”, establecido por Kim Jong-il, que da prioridad a los intereses militares, mientras el “Juche” es la esencia de la nueva política de Corea del Norte como una nueva orientación de los jefes, de su destino y de su futuro destacando que el socialismo y comunismo también han desaparecido de estos principios al ser sustituidos precisamente por el “Juche”. O sea, la total adhesión del pueblo a sus dirigentes.
Con la reactualización de “Juche”, la autosuficiencia, el hombre guiado por el líder, el que interpreta la voluntad del pueblo, constituye, junto a otros principios fundacionales, un verdadero obstáculo para iniciar políticas de desarrollo económico con esta estructura de las castas.
En suma, todo es un potente aparato propagandístico y de adoctrinamiento que garantiza la obediencia ciega al líder e incita al odio nacionalista hacia otros Estados y sus nacionales, especialmente hacia Corea del Sur, pero con un daño psicológico irrecuperable de consecuencia imprevisibles.
El culto a la personalidad está omnipresente en todos los rincones del país, incluso para reforzarlo un nuevo pin con la imagen del actual líder norcoreano, Kim Jong-un, comenzó a verse este verano pasado, que unido a los de Kim Il-sung (fallecido en 1994) y Kim Jong-il (fallecido en 2011), ya son comunes en las solapas de los ciudadanos norcoreanos con la sospecha de quien no lo lleve pueda ser “juzgado” como no leal al régimen. Incluso en la reciente reunión de familias separadas había coreanos del Norte que llevaban las insignias de sus líderes, sin olvidar que la parte norcoreana designa a dedo a los familiares que deben reunirse con los del Sur, que son elegidos por sorteo.
Así, los días 15 de abril y 16 de febrero se celebran por todo lo alto los cumpleaños de padre e hijo, ya fallecidos, como un acto de obediencia y respeto que la sociedad norcoreana acata con enorme disciplina, sobre todo cuando no ha conocido más que a la dinastía Kim como máximos dirigentes de Corea del Norte.
En la Colina Mansudae de la capital norcoreana de Pyongyang se ha erigido el «Gran Monumento Kim Il-sung» en honor al denominado «Gran Líder», y cuya estatua, según dicen más alto que un edificio de 20 pisos, está rodeada por más de 200 esculturas que representan a personas luchando contra la ocupación japonesa y luego está la estatua dedicada a su hijo, Kim Jong-il, pero más pequeña.
Pero este lugar es sagrado y obligatorio la reverencia y tanto padre como hijo para seguir con el tributo del culto a la personalidad se encuentran embalsamados y así será más difícil olvidarles, pero todos los funcionarios llevan sus pin respectivos en honor a los Kim. Y ahora veremos la artillería que ya prepara el joven Kim Jong-un para también en el futuro pasar a la inmortalidad.
Corea del Norte sabe que su política de enfrentamientos y tensiones han empobrecido aún más al país y no puede dar la espalda a la realidad que hoy día impera en el mundo y no tiene otro opción que abrirse y cambiar como lo han hecho Birmania (actual Myanmar) y Camboya.
La conclusión final es que Corea del Norte tiene que desnuclearizarse y las conversaciones a seis bandas (China, EEUU, Rusia, Japón y las dos Coreas), suspendidas desde 2008, es la única referencia posible para sacar a Corea del Norte de su actual y grave situación que vive el país con objetivos de mínimos cambios para mejorar el nivel de vida de la población con toda serie de reformas, además de aperturas dentro y fuera del país.
Santiago Castillo, periodista y escritor, experto en asuntos del Nordeste asiático
7 Respuestas
[…] de no injerencia en asuntos internos de otros países y Pekín se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba a Rusia en la crisis ucraniana e incluso esta pasada semana rusos y chinos vetaron en […]
[…] de no injerencia en asuntos internos de otros países y Pekín se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba a Rusia en la crisis ucraniana e incluso esta pasada semana rusos y chinos vetaron en […]
[…] régimen sabe la evolución política habida en Birmania (actual Myanmar) o en Camboya (buenas referencias para Pyongyang) y cada vez le será más difícil […]
[…] y ganarse la confianza del régimen en una sociedad que sigue basándose en las castas y en el culto a la personalidad, en una educación en la que sólo existe el “juche” como único pensamiento y con unos […]
[…] y ganarse la confianza del régimen en una sociedad que sigue basándose en las castas y en el culto a la personalidad, en una educación en la que sólo existe el “juche” como único pensamiento y con unos […]
[…] El culto a la personalidad glorifica a los líderes norcoreanos fallecidos, actos y festejos que simbolizan la idiosincrasia de la sociedad, donde el espíritu de la autosuficiencia basada en el “juche” marca la esencia de todo un pueblo con total adhesión a sus dirigentes. Tanto Kim Il-sung como Kim Jong-il siguen vivos en el pensamiento norcoreano, ya no sólo en sus pins sino en la obligación de todos los hogares de tener sus propios retratos como referencias incuestionables de que representan al más allá simbolizando la fuerza y que el quehacer de la vida diaria del país. […]
[…] no hay enemigos que quieran derribar a Kim Jong-un, hay que eliminar la política educacional de castas y en definitiva el culto a la personalidad, donde aún Kim Il-sung, (abuelo) y Kim Jong-il (padre), […]