Tiananmen: 30 años después todo sigue igual

Plaza de Tiananmen
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Madrid. Un año más y todo sigue igual al cumplirse el 30 aniversario de la matanza de Tiananmen, cuyo episodio trágico continúa sin superarse mientras no se aclaren las responsabilidades que dieron lugar a uno de los sucesos más tristes acaecidos en la China moderna.

Lo ocurrido en la mítica plaza pequinesa de Tiananmen sigue siendo el gran tabú para el régimen chino pese a los 30 años transcurridos. Un episodio que conmocionó a la comunidad internacional y cuyos familiares siguen reclamando justicia, en unos hechos, que, según distintas fuentes, hubo varios centenares de muertos.

Hong-Kong siempre ha recordado los sucesos de Tiananmen con actos multitudinarios y este año de nuevo no han pasado desapercibidos, donde decenas de miles de personas, unas 200.000, según distintas fuentes, pese a la intensa lluvia, la antigua colonia británica celebró la “emocionante” vigilia anual para recordar su 30 aniversario en un claro desafío a Pekín, al ser la mayor protesta contra el régimen chino que se lleva a cabo dentro de su territorio.

Psicológica y socialmente es necesario enterrar para siempre aquellos hechos que se produjeron entre el 3 y 4 de junio de 1989, cuando unidades blindadas y de infantería del Ejército chino entraron en la Plaza de Tiananmen y zonas adyacentes para desalojar a los ciudadanos, inicialmente estudiantes pero también trabajadores y profesores, que desde abril  llevaban protestando en la histórica plaza.

El tiempo sigue pasando pero el trágico desenlace de Tiananmen, en junio de 1989, tuvo importantes y duraderas consecuencias que lejos de desvanecerse, y ya con 30 años de aquel episodio, la realidad sigue siendo que este suceso no sólo no está superado en la sociedad china sino que todos los años por estas fechas su recordatorio impide un “borrón y cuenta nueva”.

Los enormes cambios que ha efectuado China en estos últimos 30 años deberían servir para que desde el punto de vista social se encontrara un consenso político que definitivamente enterrara unos hechos sin resolver históricamente y con muchas dudas para que cada nuevo aniversario tuviera una celebración de más armonía y claridad en pro del pueblo chino.

Está claro que “nunca el pasado va a arreglar el futuro” y desde esta premisa filosófica el presente de Tiananmen se soluciona con una definitiva puesta en escena de la realidad de aquellos días que cambiaron parte de la historia de China, de ahí la importancia de enterrar para siempre las dudas sobre unos acontecimientos que todos los años dejan huella y que serviría para evitar recordatorios y especulaciones sobre aquellos días trágicos.

Es obvio que el gobierno chino quiere que todos olviden este trágico episodio en la historia del “gigante asiático”, pero pese a una gran mayoría de jóvenes que ignora completamente la existencia de las protestas de 1989, hay muchos chinos que han oído sobre ellas y desconocen las luchas internas en el Partido Comunista Chino (PCCh) que originaron las protestas y posterior represión.

Como señala Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, para permanecer en la «locomotora de la historia», Deng Xiaoping y el PCCh decidieron entonces cortar de raíz cualquier forma de experimentación política de signo liberal. En la práctica, esto significó que las “peculiaridades chinas” dejaron de ser un mero recurso retórico ideado para simplemente adjetivar un “socialismo” al que se daba poco crédito. Fueron derivando en la construcción de una línea argumental más sostenida y capaz de nutrir la opción de una vía propia al desarrollo llamada a establecer las bases de una nueva legitimidad, diferenciada tanto del hecho revolucionario como de una gestión avalada por la simple mejora general del nivel de vida. Esa controvertida genialidad política, amparada en una originalidad cultural e histórica incontestable, vive ahora un momento de total apogeo.

China sigue un ciclo económicamente imparable. Los 700 dólares de renta per capita de 1989 se han convertido en los más de 10.000 actuales, es decir, un éxito enorme que proporciona al  PCCh una alta legitimidad, reflejada en los sondeos internacionales. De hecho, en 2018, el 84 por ciento de los chinos aprueban la actuación de su Gobierno, según reflejó Edeman Trust Barometer Global Report.

China afronta sus diferencias con Taiwán, sus propios litigios en el mar de la China Meridional  su guerra comercial con EEUU y también la creciente preocupación ante la posibilidad de reforzar un mayor control sobre Hong Kong, que pasó a la soberanía china en 1997, que está originando distintas protestas entre los sectores más demócratas de la antigua colonia británica.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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