Taiwán y el inmenso poder de Xi Jinping marcan la Asamblea Nacional de China
Madrid. El presidente Xi Jinping, el hombre más poderoso del gigante asiático, tiene claro que Taiwán debe incorporarse a la República Popular China cuanto antes mejor, o la sumo en 2049, centenario de la fundación del país, de ahí que la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo) que se celebra en Pekín haya decidido aumentar su gasto de Defensa en un 7,2 % e imponerse contra la independencia de Taiwán, lo que eleva su enfrentamiento hegemónico contra Estados Unidos, que seguirá suministrando armas a Taipéi al pronosticar que los chinos invadirán a la «isla rebelde» en 2027.
Ucrania sigue defendiéndose con ahínco frente a la invasión rusa, pero la guerra ucraniana no pasa desapercibida para China, dado que el conflicto bélico es un escenario perfecto para Pekín en su minucioso estudio estratégico en el caso de que invada Taiwán. Una guerra que económicamente tampoco ha favorecido a los intereses económicos chinos ni de la comunidad mundial, con un alza de precios y escasez de materias primas, pero estamos ante la incertidumbre de que Pekín decida enviar armas a Rusia, lo que daría un vuelco total a la guerra ucraniana. Una realidad difícil pero no imposible, y que dañaría aún más a la geopolítica internacional, ya que también serviría para un adelanto a la invasión de Taiwán.
Lo que es obvio es que los paralelismos en el conflicto Rusia y Ucrania y China y Taiwán no son ajenos a nadie, de ahí que Pekín, pese a la incomodidad y a su posición ambigua en la guerra ucraniana, se lo piense dos veces antes de llevar a cabo una invasión que no le saldría gratis. Y la pregunta es: ¿Puede producirse un nuevo conflicto bélico?
EEUU asegura que China está organizando su Ejército para invadir Taiwán en 2027 y lo justifica con el envío esta misma semana de 25 aviones de combate F-16 y tres buques de guerra a las inmediaciones y territorios de la isla taiwanesa, mientras Taipéi ha desplegado sus tropas, barcos y sistemas de monitoreo para estar lista ante un hipotético ataque chino, incluso el Gobierno taiwanés se ha visto obligado a prolongar a un año el servicio militar cuando antes era de cuatro meses, además de reforzar últimamente la compra de aviones y armas a EEUU.
No obstante, pese a la intimidación china en la zona de Taiwán, Pekín no va a invadir de momento a la isla, aunque lo que sí es cierto es que cada vez abre un periodo más inquietante y tenso con Estados Unidos, listo para tomar cualquier decisión que pueda impedir una nueva guerra en esta zona, que traería graves consecuencias económicas y militares nada convincentes para las partes ni para la comunidad internacional.
Xi Jinping tiene ya el control más férreo de todos los rincones de la sociedad china y ha logrado con su tercer mandato la acción de ejecutar una reorganización de puestos al frente de las instituciones más importantes del país. La reunión de la ANP concluirá el 13 de marzo próximo en medio de fuertes medidas de seguridad.
La Asamblea Nacional Popular es la reunión del Parlamento chino y es el organismo estatal más poderoso, según la Constitución china, y en la que 2.977 delegados de todo el país se encuentran estos días en Pekín, en un evento político que sirve principalmente para elegir a los nuevos cargos que la cúpula política ya haya decidido y con un Xi Jinping que consagrará su inmenso poder y su tercer mandato como presidente de la República Popular China.