Taiwán está cercada por las maniobras militares y diplomáticas de China, pero por ahora no habrá invasión

Banderas de Taiwán y China. | Supreme Dragon, Wikimedia
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Madrid. No es ni será la última vez que China presiona a Taiwán para incorporarla a su anhelado sueño de convertir en realidad la «Gran China» en 2049, fecha histórica del centenario de la fundación de la República Popular China, e incluso si puede lo hará antes, de ahí que las actuales maniobras militares y su ofensiva diplomática no cedan ni van a ceder, aunque Taipéi y Estados Unidos no van a quedarse con los brazos cruzados pese a la enorme tensión en el estrecho de Formosa, pero una invasión china por ahora no se va a producir.

Mientras China lleva a cabo sus maniobras militares con fuego real en torno a Taiwán como represalia a la reunión organizada la pasada semana en California (EEUU) entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Kevin McCarthy, EEUU despliega su destructor de misiles guiados USS Milius, que navegó cerca de las islas Spratly, en el mar de China Meridional, en disputa con varios países del sudeste asiático y que Pekín señala que entró ilegalmente en esas aguas, en un momento que coincide con los ejercicios del Ejército chino en plena escalada de tensiones en los alrededores de Taiwán.

La diplomacia china trabaja sin parar desde hace tiempo. China sabe que ganarse la confianza de la comunidad internacional no es un asunto baladí. El Derecho Internacional que han abogado recientemente Xi Jinping y Emmanuel Macron para solucionar la guerra de Ucrania no tiene un consenso total a nivel mundial, dado que Pekín y su plan de paz no reconoce a Rusia como país invasor, pero si Xi quiere ganarse a Occidente antes debe sentarse con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y escucharle, y en cuanto a Taiwán, pese a que cada vez hay más tensiones, un conflicto bélico para recuperarla tendría consecuencias muy graves para todos, en especial a nivel económico, y más viendo lo que está ocurriendo en Ucrania.

Al igual que Macron, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le pidió a Xi más implicación en la paz de Ucrania y al mismo tiempo consideró que el uso de la fuerza en Taiwán es inaceptable, la isla que reclama China, cuya estabilidad es crucial, pero viendo los derroteros en la evolución de la invasión rusa, ya más de un año, con daños bestiales a todos los niveles, Pekín sabe que si hace lo mismo que su buen aliado Vladimir Putin invadiendo Taipéi las consecuencias serán demoledoras a todos los niveles. Ucrania y Taiwán eran los focos de tensiones 2022 y siguen marcando las pautas de 2023.

El nuevo orden mundial que todos quieren construir está lejos de construirse. La unilateralidad que pretenden China, Rusia e Irán y sus aliados choca con la visión del mundo que tienen EEUU, la Unión Europea (UE) y sus aliados, donde obviamente Japón tiene mucho que decir. La globalización está sufriendo los estertores de una crisis política mundial pero al menos por ahora el multilateralismo debe proteger la cooperación de países en beneficio de una economía global que no se vea salpicada por nuevos conflictos. El axioma de un nuevo mundo bipolar o un mundo multipolar cada vez es más patente, y lo mismo pasa con ese objetivo de revisar el actual sistema internacional con el que rusos y chinos no están conformes.

De momento, parece complicado alejar a China de Rusia. La nueva política exterior china busca más consensos, incluso acercarse más a Japón, que junto con EEUU reafirman su compromiso en la defensa de Taiwán. Tokio tiene el objetivo de lograr en cinco años el 2 por ciento del PIB en inversión militar, pero Pekín ahora ve mejor su cambio de postura sobre la soberanía de las islas Kuriles, al pasar del apoyo hacia la neutralidad. Es un territorio en litigio disputado entre Japón y Rusia. Un litigio que busca compensaciones en su pugna por lograr que Taiwán termine en la China continental, y Tokio por recuperar las islas en manos rusas y así, quién sabe, si los gobiernos nipones aflojan su postura política sobre la isla taiwanesa con el cambio geopolítico chino a favor de Japón.

China va a seguir en su objetivo de hegemonizar su liderazgo mundial ante un Estados Unidos que políticamente cada vez coincide menos con Pekín, aunque la economía a ambos países no les interesa que se vea salpicada por la guerra de Ucrania, que afecta y sigue afectando a la comunidad internacional, y ahora tampoco quieren un nuevo conflicto en Taiwán, pese a las tensiones existentes por las maniobras militares chinas en las cercanías de la isla, que pudiera dañar a las dos primeras potencias mundiales en sus relaciones comerciales.

China sigue con sus maniobras militares y diplomáticamente ahogando a Taiwán, que ya sólo mantiene relaciones con 13 países tras la ruptura del establecimiento entre Honduras en favor de Pekín el pasado 26 de marzo. Desde la llegada de Tsai Ing-wen a la Presidencia del país, en 2016, la isla perdió 9 aliados, cinco de los cuales se encontraban en América Latina. Uno por uno, Panamá, El Salvador, República Dominicana y Nicaragua revocaron su reconocimiento de Taiwán después de décadas de apoyo. Taipéi denuncia que China está haciendo todo lo posible para que Paraguay rompa sus lazos con Taipéi ante los comicios generales en el país el próximo 30 de abril.

Pekín considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron en la isla en 1949 tras perder la guerra civil contra el ejército de Mao Zedong. Taiwán ya es uno de los mayores conflictos entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería, según expertos, su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China, que pese a acorralarla por ahora no la va a invadir.

En definitiva, mientras China ha finalizado sus maniobras militares en los alrededor de Taiwán con una simulación del bloqueo de la isla, manteniendo a Taipéi en alerta máxima, Rusia, fiel aliado de Pekín, considera que los chinos tienen derecho a responder con maniobras militares a las «provocaciones» en torno a Taiwán, que fue sometida con un total de 59 aviones y once buques militares en las cercanías de la isla. Dos mundos distintos.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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