Shinzo Abe, tras ganar las elecciones, refuerza su poder económico y político para llevar a cabo su programa

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Madrid. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ganó las elecciones pero los ciudadanos le dan un toque de advertencia con la alta abstención, aunque será suficiente para que su Abenomics pueda ejecutarlo y continuar así con su programa económico para sacar a la tercera economía del mundo de sus 15 años de paralización económica.

Abe, pese a ganar las elecciones y tener carta blanca para completar su amplio programa, sabe que su victoria ha quedado algo mermada por la baja participación en las elecciones, un 52 por ciento, según datos oficiales, cifra inferior a los comicios de 2012, donde ya hubo un 59,3 por ciento de abstención, pero el primer ministro quiere poner en práctica todas sus medidas, incluida el regreso a la energía nuclear encendiendo en 2015 los reactores de las centrales nucleares del país, paradas desde el accidente de Fukushima en 2011.

La formación de Abe, el Partido Liberal Demócrata (PLD), y su socio de coalición, el budista Komeito, obtuvieron en las elecciones 291 y 35 escaños, respectivamente, lo que les permite renovar su mayoría en la Cámara Baja, que consta de 475 asientos y así controlar los 17 comités parlamentarios y tendrá manos libres para concluir su proyecto político y económico con el objetivo de sacar al país de la recesión.

Entre sus metas están la de una reforma profunda del sector agrario, el cual aporta sólo el 0,8 por ciento del PIB nipón y se ha convertido en uno de los sectores de mayor presión del país, además de la importancia de hacer reformas en el sistema de sanidad o resolver las negociaciones para la formación del área de Libre Comercio Alianza Transpacífica (TPP), un objetivo que está a medias dado que este proyecto depende mucho de EEUU, su principal promotor, pero existen dificultades en el Congreso estadounidense para su ejecución final.

Pero el Abenomics sigue teniendo ciertas dificultades para aplicar sus reformas estructurales, pues aún hay ciertas resistencias dentro del gubernamental PDL para apoyar al cien por cien las directrices del Gobierno y más cuando la disciplina de sus diputados no ha sido unánime.

Ahora tratará de imponer su Abenomics, además de llevar a cabo su política exterior de tinte nacionalista que ha creado inquietud a China y a Corea del Sur, países con los que sus relaciones se han visto salpicadas por las disputas territoriales.

El reelegido primer ministro quiere reforzar su patriotismo con la reforma de la Constitución que permita a las tropas niponas actuar fuera de sus fronteras en casos determinados, un interés reforzado para así, dice el Ejecutivo nipón, evitar los misiles norcoreanos y estar preparado ante la creciente amenaza militar china.

Abe, tras estas elecciones, se ve reforzado, además de lo económico, en lo político y con ello fortalecerá su propia imagen para que no se vea mermada tratando de mejorar sus relaciones con China, que le disputa la soberanía de las islas Senkaku (japonés) y Diaoyu (chino) en el mar de China Oriental y la territorialidad de las islas Dokdo (coreano) y Takeshima (japonés), controladas de facto por Seúl y reclamadas por Tokio.

China, tras el triunfo de Shinzo Abe en las legislativas, le ha recordado a Japón que debe aprender de la historia y trabajar por mantener la paz regional a raíz de los actos conmemorativos en memoria de la matanza de Nankín (a 300 kilómetros de Shanghái), tras la invasión japonesa (1937-38).

Además, tanto China como Corea del Sur han mostrado en repetidas ocasiones su malestar con Abe cuando éste ha realizado ofrendas al polémico santuario de Yasukuni en Tokio, al que consideran un símbolo del imperialismo japonés.

Lo que está claro que la entrada en recesión de la economía japonesa por cuarta vez desde 2008 dio origen a la convocatoria de estas elecciones legislativas anticipadas y ahora con este triunfo de Abe lo que pretende el primer ministro es revalidar su política económica y las medidas antipopulares de la subida del IVA, cuyo incremento se ha aplazado hasta abril de 2017.

El reelegido primer ministro tiene que garantizar el estado de bienestar en una sociedad que tiene en el envejecimiento de la población uno de sus mayores problemas.

Shinzo Abe, de 60 años, un político hábil y constante, ha logrado por segunda en vez en dos años el apoyo en las urnas de los japoneses, lo que le permitirá en profundizar en su ambicioso programa económico y unas políticas de marcado carácter nacionalista, como es, entre otras, su reforma de la Constitución pacifista.

 Santiago Castillo, periodista, escritor, director de Asianortheast y experto en la zona

 

 

 

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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4 Respuestas

  1. 20 marzo, 2015

    […] tiempo con querer ser cada más protagonista desde el punto de vista militar, en especial desde que Shinzo Abe es primer ministro y cuyo Ejecutivo aprobó el pasado año una reinterpretación de la […]

  2. 8 abril, 2015

    […] En definitiva, es una buena noticia que China se inmiscuya más en el nuevo proceso de globalización mundial, pero Washington y Pekín seguirán luchando por liderar el libre comercio del océano Pacífico tal como se comprobó durante la pasada cumbre de Cooperación Económica de Asia y Pacífico (APEC), celebrada en noviembre pasado, donde el “gigante asiático” desea impulsar un área de libre comercio en la región frente a EEUU que abandera su propia Alianza Transpacífica (TPP). […]

  3. 22 abril, 2015

    […] ha contribuido al encuentro entre el presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro nipón, Shinzo Abe, para avanzar en el entendimiento en relación a las disputas territoriales, pero ambos líderes […]

  4. 27 abril, 2015

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