Reunión de familias coreanas separadas, un drama humano aún sin solución

Reencuentro entre familiares de las dos Coreas
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Madrid. Una nueva reunión de familias separadas coreanas entre los días 20 y 26 de octubre reactualiza una vez más el drama humano y devastador para resolver definitivamente la actual situación de las familias separadas tras la división de la península coreana en 1948 y, en especial, a causa de la guerra coreana (1950-53), donde este nuevo encuentro sirve para poner a flote sentimientos, penas, lágrimas, sufrimientos y un calvario de todos aquellos que quedaron atrapados por la división del país y cuyas heridas siguen sin cicatrizarse.

Más de 400 integrantes de 96 familias de Corea del Norte y Corea del Sur ya se encuentran en el complejo turístico del monte norcoreano Kumgang, donde se reúnen por primera vez en más de 60 años, cuyos protagonistas son 389 surcoreanos y 141 norcoreanos que mantuvieron un encuentro colectivo de dos horas, cuyo acto es el comienzo de la primera de las dos rondas de reuniones que tendrán lugar hasta el próximo 26 de octubre y con una serie de restricciones en sus encuentros como es no hablar de política, donde aún la península coreana sigue sin un acuerdo de paz definitivo y sólo prevalece un armisticio.

El tema de las familias separadas es uno de los asuntos humanitarios más urgentes a resolver, ya que los miembros que sobreviven tienen más de 80 años de edad, sin olvidar que la mitad de los cerca de 129.700 solicitantes del reencuentro familiar, ya ha fallecido y actualmente aún hay unos 66.000 surcoreanos en la lista de espera para ver a sus familiares.

Todo ello hace que con el incremento de los miembros fallecidos de las familias separadas, el número de personas en busca de relaciones entre padres e hijos o entre esposos es cada vez menor y ya el objetivo radica en la búsqueda de hermanos o parientes más cercanos.

En estos días entre los participantes de la reunión de estas familias separadas se encuentra Kwon Oh-hee, una surcoreana de 97 años de edad, que espera reencontrarse con Ri Han-sik, su hijastro de 80 años de edad, mientras que otras dos mujeres surcoreanas, Yeom Ji-rye, de 88 años, y Kim Sun-tak, de 77, se han dirigido a Corea del Norte en ambulancias debido a que se encuentran enfermas, lo que no las ha detenido para encontrarse con sus familiares en Corea del Norte.

Pero el drama durará toda una semana con abrazos, recuerdos y emociones no contenidas y con intercambios de fotografías y regalos como se han podido contemplar en todos los medios, donde se ha visto a Lee Heung-jong, norcoreano de 88 años, que recibió en silla de ruedas a su hermana Lee Heung-ok, de 80, que le llamó «oppa» (hermano mayor en coreano) y esto le conmovió hasta el punto de comenzar a temblar sus labios.

Son tantos los casos de las numerosas situaciones que se dan con estos encuentros que convierte aún en más dramático una realidad dolorosa para estos familiares como el del norcoreano Chae Hoon-sik y la surcoreana Lee Ok-yeon, ambos de 88 años, que esta misma semana se han vuelto a encontrar por primera vez desde que en agosto de 1950 él recibiera la orden de abandonar su hogar y prepararse para el combate.

Luego tras la guerra entre las dos Coreas, Lee nunca abandonó la casa familiar que Chae había construido en la localidad de Moongyeong (al sureste de Corea del Sur) y ha vivido allí hasta ahora con el hijo de ambos, agarrada a la esperanza de que su marido regresaría algún día.
O el anciano que estalló en lágrimas cuando la surcoreana Lee Jung-sok, de 68 años, se presentó como su hija a la que había perdido en plena confusión durante el conflicto armado de 1950-53 y de la que no sabía nada desde entonces. Dramas humanos que desde hace tiempo deberían haber terminado y que están totalmente reñidos con el mundo global  del siglo XXI.

Normalmente los medios extranjeros no tienen permitido cubrir el evento de estas reuniones de familias separadas y además estos encuentros son presenciados por funcionarios y medios -ya designados- e incluyen sólo dos horas de tiempo en privado antes de culminar.

Desgraciadamente las familias separadas desde la guerra no tienen forma de comunicarse e incluso suelen desconocer si sus parientes del otro lado de la frontera aún viven.

Desde la primera reunión histórica intercoreana, en junio de 2000, entre los ya fallecidos, el líder norcoreano, Kim Jong-il, padre de Kim Jong-un, y el entonces presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung, las dos Coreas han mantenido 19 rondas de encuentros familiares cara a cara y siete rondas de videoconferencias y hasta el momento, tan solo un total de 18.800 miembros de las familias separadas de ambos lados, han tenido la oportunidad de participar en los reencuentros en persona.

La reunión de esta semana, el primero desde febrero de 2014, es el resultado del acuerdo alcanzado en agosto por las dos Coreas para mitigar las tensiones militares y reanudar las reuniones de las familias separadas por la Guerra de Corea de 1950-53 y supone el vigésimo encuentro de familias divididas desde 1985, aunque la mayoría de ellos tuvieron lugar la pasada década.

No es la primera vez que las imágenes devastadoras de familiares separadas cuando se han producido estos encuentros han dado la vuelta al mundo y nadie entiende como este drama humano no se ha arreglado ya, pero lo más triste es que cada vez quedan menos, ya que han ido falleciendo muchos y otros por cuestiones de hartazgo, cansancio y dolor interno decidieron poner punto final a los preparativos, estrategias y demás consignas para posibles nuevos encuentros dada la inmensa congoja que produce todas estas iniciativas sabiendo las dificultades que siempre pone Corea del Norte.

Corea del Norte, que acaba de celebrar un impresionante desfile militar con motivo del 70 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores  y con la idea de abrirse al mundo, tiene a lo largo de esta semana la gran oportunidad del encuentro de familias separadas para demostrar a la comunidad internacional que desea cambiar, mejorar e integrarse en un mundo más real que favorezca el desarrollo económico del país, además de regresar a las conversaciones a seis bandas (EEUU, China, Japón, Rusia y las dos Coreas) para el desmantelamiento de su programa nuclear, clave en el presente y futuro del régimen norcoreano.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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