Putin y Kim Jong-un fortalecen su amistad (I): Rusia y Corea del Norte firman un «acuerdo de defensa mutua»

Kim Jong-un y Vladimir Putin, en septiembre de 2023. | Kremlin.ru, Wikimedia
Comparte esta noticia:

Madrid. La visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Corea del Norte ha tenido varios puntos referenciales. Por un lado, Rusia trata de romper su aislamiento internacional tras su invasión a Ucrania, pero a la vez facilita un reforzamiento al líder norcoreano, Kim Jong-un, cuyo régimen necesita una mayor seguridad dentro y fuera del país. Y por otro, Moscú se asegura más armas, firma un «acuerdo de defensa mutua» y proporciona a Pyongyang divisas, combustible, alimentos y tecnología rusa para su desarrollo nuclear y de misiles balísticos y satélites espías norcoreanos.

Putin fue recibido con todos los honores a pie de pista por Kim en una cumbre histórica en la que el presidente ruso visitó Corea del Norte por primera vez en 24 años, aunque el líder norcoreano ya se encontró con el presidente ruso en Vladivostok, cerca de la frontera norcoreana, en una cita en septiembre de 2023, en la que se empezó a escenificar el armamento a Rusia a cambio de comida y divisas, país que hace unos años perdonó a Pyongyang el 90 por ciento de la deuda norcoreana, que ascendía a unos 11.000 millones de dólares.

Rusia y Corea del Norte viven un buen momento. Pyongyang sigue reforzando sus vínculos con China y Moscú ante la creciente cooperación en materia de seguridad entre Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, una visita, de unas 24 horas, repleta de solemnidad en la mítica plaza de Kim Il-sung, abuelo de Kim Jong-un y fundador del país, en la que miles de norcoreanos vitorearon a Putin y levantaron ramos de flores y banderas en un ejercicio coreografiado de adulación, mientras que una orquesta militar tocó los himnos nacionales de las dos naciones.

Moscú quiere suministro armamentístico norcoreano y Pyongyang necesita «de casi todo» para mejorar la vida de sus 26 millones de ciudadanos. Armas a cambio de bienestar social. Corea del Norte necesita divisas para afrontar las sancione internacionales por su programa nuclear y el envío de trabajadores norcoreanos a Rusia no fue un asunto nada baladí en esta cumbre, pero desde 2017 el Consejo de Seguridad de la ONU prohibió a Corea del Norte enviar trabajadores al extranjero y ordenó a todos los países que los repatriaran antes de finales de 2019, pero ahora con Moscú y Pyongyang enfrentados a EEUU esa orden habría qué ver su eficacia y violar la norma no saldría gratis. E incluso, tal vez, China no estaría dispuesta a violarla.

Sin embargo, esta nueva ofensiva rusa-norcoreana puede inquietar a China al priorizar Pyongyang más hacia Moscú, señalan expertos, y hasta podría celebrarse una cumbre entre el presidente chino, Xi Jinping y Kim Jong-un, aunque ya hubo una en junio de 2019, poco después del fracaso del encuentro entre el líder norcoreano y Donald Trump. De hecho, ya Xi recibe mucha presión occidental por su apoyo a Rusia en su conflicto con Ucrania, pero Pekín insiste que rusos y norcoreanos «tienen la legítima necesidad de intercambios, cooperación y desarrollo de sus relaciones como vecinos cercanos y amistosos».

La cumbre rusa-norcoreana va a suponer una alta cooperación militar entre ambas partes con una posible proliferación de tecnología avanzada rusa a Corea del Norte. No obstante, para los analistas la cláusula de asistencia de defensa mutua es una respuesta al mayor acercamiento militar entre Washington, Seúl y Tokio de los últimos años, incluyendo la colaboración de Japón y Corea del Sur con la OTAN, y creen que tendrá también el efecto de empujar a estos tres socios y a otros países afines a blindarse aún más frente al eje ruso-norcoreano. En definitiva, la cumbre de Putin y Kim va a traer una mayor polarización política y militar en la zona y al mismo tiempo otro escenario de pugna hegemónica entre China y EEUU.

Lo que está claro es que Putin libra una guerra de enorme desgaste y se ve obligado a depender no sólo del suministro militar norcoreano sino también afronta una escasez de mano de obra a causa de la invasión rusa en Ucrania y necesita trabajadores. Una visita a Corea del Norte en la que no faltó Kim Yo-jong, hermana del líder Kim Jong-un, futura heredera para seguir impulsando la dinastía de los Kim, que se vio arropada por el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien ya estuvo en Pyongyang a finales del año pasado, y el ministro de Defensa, Andrei Belousov.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *