Ponencia sobre la Unificación de las dos Coreas de Santiago Castillo, director de AsiaNortheast.com, en la ONU
Ginebra (Suiza). El pasado 31 de octubre se celebró en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra una conferencia sobre “La Paz, Diálogo y Unificación en la península coreana”, donde expuse como periodista invitado mi punto de vista en la ponencia: “Perspectivas de una gran Corea unificada”, que desarrollé en los siguientes términos.
Perspectivas de una gran Corea unificada
Unificación
Una Corea unificada se convertiría en el año 2040 en la segunda economía mundial, pero para ello antes el régimen norcoreano de Kim Jong-un tendría que llevar a cabo una serie de reformas económicas y políticas sin los cuales la añorada unión sería imposible y más cuando China, el país que más puede influir en Corea del Norte, tiene que dar su visto bueno para que la reunificación de las dos Coreas, divididas desde 1945, se convierta en una realidad.
Manejar cifras sobre una hipotética unificación son bastantes complicadas, pero el nivel de vida de la sociedad surcoreana se mermaría, dado que el dinero que pudiera proporcionar Corea del Sur sería insuficiente, lo que posteriormente obligaría a crear un impuesto o fondo especial para esa unificación, que, según fuentes del Ministerio de Unificación de Corea del Sur, con fecha de 2012, rondarían en unos 55 billones de dólares como mínimo.
Es vital que Corea del Norte alcance a al menos unos 3.000 dólares de renta per cápita para así elevar su nivel de vida que dé un mayor desarrollo a la sociedad norcoreana, con tímidos avances políticos-sociales, además de conseguir una confianza inexistente en todos los campos que favorezcan a un desarrollo económico más equilibrado para todo el país.
Como dato ilustrativo, mientras Corea del Sur tiene unos 30.000 dólares de renta per cápita, Corea del Norte no sobrepasa los 1.300, es una diferencia abismal que requiere por parte del régimen de Kim Jong-un un cambio en su modelo económico empezando por la desnuclearización que venga compensado con grandes inversiones de todo tipo y con fuertes inyecciones económicas en el país, pero con importantes dosis de recuperar la confianza que prácticamente no existe.
No obstante, hay que destacar que si se produjera esa unificación el trabajo entre las dos partes sería monumental, pues pese a que se habla el mismo idioma, actualmente en Corea del Norte hay secuelas por la falta de cánones que cuiden la lengua y luego obviamente desde el punto de vista social y psicológico el país está muy lejos de lo que actualmente es la realidad mundial. Sin confianza, sin apertura y sin desnuclearizarse es difícil avanzar en diálogos directos para poner fin al anacronismo de la división de las dos Coreas.
Política: Apertura
Corea del Norte es un país que no ha conocido nada de lo que es la democracia, es la única dinastía comunista hereditaria del mundo y su supervivencia también depende del propio régimen, de ahí que Pyongyang no sólo haga cambios internos sino que se abra al exterior con todo tipo de reformas para que la comunidad internacional le dé una credibilidad basada en la confianza. Es importante que acepte sin condiciones las negociaciones a seis bandas (China, EEUU, Rusia, Japón y las dos Coreas), suspendidas desde 2008, para desnuclearizar la península coreana y ver así como se puede ayudar económicamente a Corea del Norte.
Pyongyang para romper su aislamiento en el mundo necesita modificar su actual política doméstica y exterior, buscar cierta estabilidad y más reconocimiento internacional, pero para ello deben cambiar muchos aspectos de su modelo político para ganarse la credibilidad internacional y en especial la de China.
El régimen norcoreano sabe la evolución política habida en Birmania (actual Myanmar) o en Camboya (buenas referencias para Pyongyang) y cada vez le será más difícil tener a la población pasando limitaciones alimentarias o controlar ya no sólo Internet, donde no más de un millón tiene acceso, sino las propias redes sociales o incluso las emisoras de radio de onda corta que poco a poco van penetrando en el país que facilitan otras informaciones que gran parte de sus 24 millones de habitantes no conocen o como muchos ciudadanos norcoreanos se arriesgan con todo tipo de artimañas para sintonizar canales de la televisión de Corea del Sur.
China, Corea del Sur y ahora la nueva ofensiva diplomática norcoreana tienen que ser las armas principales del régimen de Kim Jong-un para pensar que nunca es tarde para volver a empezar, pues el reciente viaje en septiembre pasado de Kang Song-ju, viceministro de Asuntos Exteriores, por varios países europeos, para romper el aislamiento internacional de Pyongyang o el reciente diálogo entre Japón y Corea del Norte para tratar el grave asunto de los secuestrados nipones entre 1977 y 1983 pueden contribuir a mejorar la imagen del régimen comunista.
Además, la intervención, el pasado 27 de septiembre, del ministro de Asuntos Exteriores norcoreano, Ri Su-yong, en la Asamblea General de la ONU, por primera vez en 15 años, pese a estar sometido a diferentes sanciones por parte de las Naciones Unidas, fue otro punto de inflexión sobre el aperturismo de Pyongyang.
Kaesong
La evolución de la ayuda de Corea del Sur a Corea del Norte siempre ha estado abierta. En el complejo industrial de Kaesong unos 53.000 norcoreanos con 123 empresas del Sur y con beneficios económicos de más de 400 millones de dólares configura el actual funcionamiento de Kaesong, ubicado en Corea del Norte con capital surcoreano, pero que podría obtener más beneficios si el régimen de Kim Jong-un dejara que se internacionalizara más para que así fuera más competitivo y diera más trabajo y hubiera más movimientos, pero ello crea desconfianza a Pyongyang si deja que se internacionalice este rincón de economía especial por temores infundados a contaminar de información a esa parte repleta de norcoreanos. Este complejo puede ser el motor de un laboratorio de un gran cambio económico en toda Corea del Norte.
Precisamente ya una empresa alemana puede ser la primera firma extranjera en operar en el complejo intercoreano de Kaesong, y ello supone un avance importante de cara a internacionalizar el único proyecto conjunto activo entre Norte y Sur. El apetito de inversiones internacionales puede ser imparable, pero sin la colaboración de Corea del Norte no sería posible.
Política: Interna
La forma actual de cómo se encuentra dividida la población en tres castas como son los leales, vacilantes y hostiles, que son hereditarias conducen a una arbitrariedad total. El uso del culto a personalidad basado en el Songbun, Songun y el Juche chocan absolutamente con una apertura que dé con el camino hacia el entendimiento y la confianza. Corea del Norte tiene que abrirse más y eliminar esta política del sistema social que impera en el país, que choca con el desarrollo y la confianza exterior. Y es vital reducir su PIB dedicado a las Fuerzas Armadas cuando el país tiene otras necesidades.
Nuclear: Cancelación del programa nuclear
Corea del Sur siempre ha mostrado una predisposición sin fisuras en el diálogo y en el contacto con Corea del Norte, en especial para acabar con el anacronismo que se vive en la península coreana y sobre todo para decirle a Kim Jong-un que con su programa nuclear no se adelanta nada, lo que también ha reiterado en bastantes ocasiones Pekín que considera las negociaciones a seis bandas como la mejor manera de acabar con el programa nuclear norcoreano.
Kim Jong-un ve como China critica su programa nuclear, de ahí que Pyongyang también haya mostrado su disposición a sentarse sin condiciones en la mesa de conversaciones a seis bandas para acabar con el asunto nuclear norcoreano. La supervivencia del régimen y de la dinastía de los Kim también depende de las autoridades norcoreanas, así como de una posible reunificación de toda Corea.
Pero realmente puede ocurrir que estas negociaciones a seis bandas llegue un momento que queden obsoletas dado el tiempo transcurrido y la nula eficacia habida en los últimos años, un aspecto que también utiliza Pyongyang cuando dice que desea volver a estas conversaciones cuando antes hay que preparar un largo proceso que ahora no existe ante el largo parálisis en los contactos, de ahí la profunda necesidad de cambiar e insistir más a Corea del Norte para que sepa que sin la desnuclearización no puede progresar ningún acuerdo.
China y encuentro entre las dos Coreas
China es el país que más puede influir en Corea del Norte, al que proporciona anualmente, entre otras ayudas, arroz, petróleo y carbón, y le facilita el 90 por ciento del combustible, que consume el país, pero es que además Corea del Sur, al que con frecuencia provoca, ha concedido recientemente 2,5 millones de euros en concepto de ayuda humanitaria –la primera vez en cuatro años- lo que fue interpretado como una buena señal para ese encuentro anunciado por Pyongyang sirva para lograr la confianza definitiva que dé la solución a los problemas entre las dos Coreas.
El anuncio en septiembre pasado de un nuevo encuentro para noviembre entre las dos Coreas, tras un año lleno de altibajos, sólo compensado con la reunión en febrero pasado de los familiares separados tras la “guerra coreana” (1950-53), fue un punto de arranque para ver hasta dónde puede llegar el diálogo pero que a última hora no se rompa. Y todo ello pese al lanzamiento de misiles, el intercambio de disparos entre las dos Coreas en las aguas de la isla surcoreana de Yeonpyeong o los incidentes de los activistas surcoreanos lanzando globos contra Corea el Norte, aunque el régimen norcoreano hoy mismo haya rechazado retomar esas conversaciones al acusar al Sur de propaganda por activistas contra el régimen de Kim Jong-un.
Pero aún así hay que mantener estas posibles conversaciones. El líder norcoreano ya recibió una clara advertencia de China cuando su presidente Xi Jinping visitó en julio pasado Corea del Sur antes que Corea del Norte. China está cansada de la política del joven “mariscal” Kim Jong-un. Y sobre todo cuando los lazos entre China y Corea del Sur son cada vez más importantes, cuyos intercambios económicos superan los 200.000 millones de euros.
Conclusión
Cuando Taiwán y Corea del Sur llegaron a los 10.000 dólares de renta pér cápita les llegó la democracia y su progreso económico fue imparable hasta hoy día.
En definitiva, una Corea unificada, que se convertiría en la segunda economía mundial en el periodo 2040-2050, tras los estudios efectuados por distintos organismos económicos mundiales, es imposible para lograr una sola Corea si antes no se da la confianza necesaria entre las dos partes, se produce una apertura del régimen norcoreano y se desnucleariza, pero desde el punto de vista político y económico esa hipotética reunificación no se haría nunca como se hizo la de las dos Alemanias, sin olvidar que tanto el este como el oeste germano no tienen que ver nada con el actual norte y sur de la península coreana.
Desde el punto de vista político-social-económico ahora es la mejor oportunidad para que la ayuda a Corea del Norte, la “comprensión” al régimen de Kim Jong-un y la necesidad de que Pyongyang de forma pragmática cambie con la ayuda de los gobiernos y de la ONU sea definitivo para su desarrollo y el establecimiento de una paz entre las dos Coreas que conduzca a la reunificación de toda la península coreana.
Las dos Coreas se mantienen técnicamente enfrentadas desde la Guerra de Corea (1950-53), que finalizó con un armisticio nunca reemplazado hasta hoy por un tratado de paz.
Santiago Castillo, periodista, escritor, director de asianortheast y experto en la zona