La visita de Xi a Seúl refuerza a Corea del Sur y debilita a Corea del Norte
Madrid. La reciente visita del presidente chino, Xi Jinping, la semana pasada, a Corea del Sur ha reforzado los vínculos entre los dos países y a la vez ha debilitado a Corea del Norte, que sigue empeñada en seguir siendo protagonista en el mundo con sus lanzamientos de misiles que sólo conducen a que su régimen esté cada vez más aislado de la comunidad internacional sin resolver los graves problemas económicos y nucleares que tiene pendientes.
Xi enfadó al líder norcoreano, Kim Jong-un, con esta visita histórica a su enemigo eterno, Corea del Sur, pero al mismo tiempo, China ha dejado claro que no puede seguir los “juegos nucleares” de Pyongyang cuando entre el “gigante asiático” y Seúl sus relaciones atraviesan unos de sus mejores momentos, pues China es el principal socio comercial surcoreano y los intercambios entre los dos países superan los 200.000 millones de euros anuales, una cifra que debe ir a más cuando se consolide el tratado de libre comercio, cuyas negociaciones siguen su curso tras dos años de preparativos.
China y Corea del Sur han fortalecido sus relaciones desde que los dos países las establecieron hace 22 años, unas relaciones que han servido para que Pekín marque sus pautas hacia Corea del Norte, cuya política nuclear ha creado incomodidad y problemas no sólo en la zona sino inquietud a la comunidad internacional, que sabe de la gran influencia que el “gigante asiático” tiene en el régimen norcoreano, el cual depende económicamente en gran medida de la República Popular de China.
Corea del Norte lanzó varios misiles de corto alcance y balísticos cuando el presidente Xi iba a visitar Corea del Sur y lo mismo acaba de hacer ahora cuando ha empezado la sexta ronda de diálogo económico estratégico entre China y Estados Unidos (9 y 10 de julio), su otro enemigo eterno, con el lanzamiento de otros dos misiles de corto alcance, es decir, parece que no quiere que Pekín consolide sus contactos con surcoreanos y estadounidenses, sobre todo cuando el régimen de Kim Jong-un sigue viviendo en un estado de guerra permanente, pues aquí aún perdura los últimos estertores de lo que fue la “guerra fría”.
China y Corea del Sur se ven unidos contra los deseos militaristas de Japón, que quiere cambiar su Constitución para permitir un papel más activo de sus Fuerzas Armadas en la zona creando con ello un gran malestar cuando tanto chinos como coreanos fueron invadidos por Japón en la primera mitad del siglo XX.
Xi Jinping planteó a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, la posibilidad de que ambos países conmemoren de forma conjunta en 2015 el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y la independencia de la península coreana de Japón, una propuesta que no molesta a Seúl, y más cuando tienen contenciosos marítimos con Tokio, sin embargo, una gran mayoría del pueblo surcoreano quiere que el “gigante asiático” haga más fuerza contra Corea del Norte dada su enorme influenza y le obligue a abandonar su programa nuclear, clave para un futuro entendimiento en aras de una reunificación de todo el país.
Precisamente los presidentes de China y Corea del Sur reafirmaron su compromiso conjunto para la desnuclearización de Corea del Norte en esta histórica visita de Xi Jinping a Seúl, lo que supone certificar el aislamiento cada vez mayor del régimen de Kim Jong-un.
La visita de Xi a Corea del Sur provocó el enfado de Pyongyang por no haber elegido al país comunista como su primer destino, lo que supone también que Pekín busca estrechar sus relaciones con Seúl y de esta forma verse más arropado en sus disputas territoriales-marítimas con Japón, así como con Vietnam o Filipinas y otros países del sureste asiático.
Esta visita histórica también certifica la importancia de las conversaciones a seis bandas (China, EEUU, Japón, Rusia y las dos Coreas) para la desnuclearización de Corea del Norte y retomar el proceso negociador que permanece estancado desde 2008.
Santiago Castillo, periodista, escritor, directo de AsiaNortheast y experto en la zona
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