Japón expone en Madrid su preocupación por la militarización en el mar de China Meridional
Madrid. La cumbre de la ASEM, que acaba de celebrarse en Madrid, ha marcado el objetivo de consolidar el entendimiento entre Europa y Asia, dos continentes que se necesitan cada vez más como afirmó el responsable de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Josep Borrell, pero también ha marcado la preocupación de Japón por la militarización china en el mar de China Meridional y al mismo tiempo Tokio se opone a «cualquier acto de intimidación» en la zona.
Así lo recalcó el ministro nipón de Asuntos Exteriores, Toshimitsu Motegi, en su intervención durante la 14 reunión de ministros de Asuntos Exteriores del Foro de Cooperación Asia-Europa (ASEM) bajo el lema “Asia y Europa: juntas por un multilateralismo efectivo”, en una reunión en la que se dieron cita 53 países de la Unión Europea y Asia, y donde el canciller japonés insistió en la «desmilitarización de los territorios disputados» en esa zona, donde China, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán se disputan la soberanía de una serie de islas e islotes.
Desde el punto de vista político ha sido llamativa esta manifestación de Toshimitsu Motegi, cuando China y Japón mantienen una vieja disputa por otras islas, las Senkaku/Diaoyu, por lo que Tokio observa también con recelo lo que considera expansionismo de Pekín en otras partes de la región, con la construcción de islas artificiales con instalaciones militares en aguas consideradas internacionales y además con la queja constante de Estados Unidos.
China estableció una nueva Área de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) en el mar de China Oriental, el 1 de diciembre de 2013, que no pasó desapercibida entre sus vecinos, incluso EEUU, su máximo competidor en la zona, consideró esta nueva estrategia como una forma de extender Pekín sus dominios marítimos, que incluye a las disputadas islas Senkaku/Diaoyu, controladas por Tokio desde 1972 y cuya soberanía reclama Pekín.
El pasado septiembre, Japón denunció tres incursiones de naves chinas en aguas territoriales administradas por Japón, principalmente en el archipiélago de Senkaku, en el mar del Este, cuya soberanía es disputada por el país nipón, China y Taiwán.
Tampoco quedó al margen la situación de Corea del Norte, cuando el canciller nipón se refirió a Pyongyang del peligro que suponen los “lanzamientos de misiles”, pero realmente pese a que Tokio considera una amenaza para su seguridad y para toda la región, el régimen norcoreano no va a atacar a nadie, al menos por ahora, sobre todo cuando la desnuclearización y el levantamiento de sanciones son sus principales prioridades, aunque eso sí, la preocupación nipona no es baladí pero la realidad política es la que es y manda en la península coreana.
Por su parte, China, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, ha asegurado que Europa constituye una de las principales «prioridades diplomáticas» de Pekín. «Vemos Europa como un importante aliado en materia de cooperación y una de nuestras principales prioridades para nuestra agenda diplomática», resaltó Wang.
Además, destacó que los esfuerzos puestos en marcha por el Gobierno chino para depender menos de Estados Unidos ante las tensiones comerciales vividas durante el último año y valoró que la disputa comercial se acrecentaba, China ha tratado de impulsar sus relaciones con la Unión Europea, así como con Rusia y Japón.
El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó en la cumbre que la UE seguirá hablando de Derechos Humanos con China y con todos los países: «Está claro que cuando hablas de estas cosas entras en temas domésticos, pero los Derechos Humanos no son un tema doméstico, son un tema universal», puntualizó.
Borrell se expresó así al término de la reunión ministerial del Foro ASEM, donde dijo que se habían abordado todos los temas, «también los que enfadan» (China) y en concreto Hong Kong y Xinjiang, y afirmó que trabajarían juntos «para establecer una asociación que tenga en cuenta también los Derechos Humanos» en su encuentro con el canciller Wang Yi, que pidió «respeto al principio de no interferencia en los asuntos internos que está reflejado en la Carta de la ONU».
La ASEM representa el 55 por ciento del comercio mundial, un 60 por ciento de la población y el 75 por ciento del turismo mundial, tres aspectos claves en el mundo global actual, que cada dos años la organización celebra de forma alternativa su cumbre con el objetivo de priorizar el entendimiento, el desarrollo y la cooperación entre Europa y Asia.
La primera cumbre se celebró en Bangkok hace 23 años y desde entonces se han alternado estas reuniones en Asia y Europa con carácter bienal, siendo la última cumbre de 2018 en Bruselas y, ahora la de Madrid y la próxima de 2020 en Camboya.