El coronavirus hunde la economía mundial y China ve tímidos avances

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Madrid. La pandemia del coronavirus hunde la economía mundial a velocidad de vértigo, los mercados bursátiles viven una tragedia brutal que no saben cómo erradicar, Europa necesita ayuda urgente, sobre todo Italia y España, y más cuando la recesión económica que se avecina puede ser peor que un virus que China, que parece que empieza a controlarlo, señala a su origen a Estados Unidos.

Para Pekín, la pandemia llegó a la ciudad china de Wuhan a través de los Juegos Mundiales Militares, celebrados en octubre del pasado año, unos juegos, en los que participaron 9.603 deportistas militares, de 104 países, con 27 pruebas y 316 eventos, y donde varios estadounidenses fueron hospitalizados por «una extraña neumonía», de ahí que Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, acusara a Estados Unidos de haber esparcido el virus en Wuhan, el epicentro del brote en China.

Esta teoría conspirativa aparece cuando el senador estadounidense Tom Cotton comentó sobre sus sospechas que el virus se originó en el laboratorio Wuhan P4, una instalación bioquímica de alta seguridad relacionada a la Academia China de Ciencias, pero los comentarios de Zhao se originan cuando el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Roberto O’Brien, afirma que un encubrimiento inicial del virus en China “le costó a la comunidad internacional dos meses”, lo que agravó el brote en el mundo.

De todas formas, sea lo que sea, ahora la realidad es que más de 150 países luchan contra este enemigo invisible, incluido EEUU, pero seguro que una vez derrotada la pandemia y todo al menos económicamente haya vuelto a la normalidad, la pelea entre China y Estados Unidos seguirá su curso, aunque lo importante sería saber el origen de un virus que ha destrozado medio mundo.

Lo que si es cierto, tal como lo ha dicho el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, que las medidas de contención para frenar la pandemia de coronavirus están llevando a las economías europeas a tiempos de guerra, hundiendo la esperanza que había para el segundo semestre del año que apuntaban a una reactivación económica tras pasar lo peor de la “guerra comercial” entre EEUU y China.

El coronavirus ha desencadenado una transformación brutal de los hábitos de los ciudadanos en más de 150 países, afectados por una pandemia que a España ya le ha noqueado de tal forma que nunca supimos valorar con profundidad lo que estaba ocurriendo en China, Corea del Sur e incluso Italia, pero lo mismo que le ocurrió al “gigante asiático”, que llegó tarde y ocultó al principio la realidad, al Ejecutivo español también le ha ocurrido lo mismo por reaccionar con medidas que tenían que haberse hecho antes, y más cuando presumimos de tener la mejor sanidad pública del mundo, pero el número infectados y de muertos no cesa.

Es obvio que las soluciones sanitarias son prioritarias, pero no es posible olvidar a la economía en un mundo global que estaba saliendo de la “guerra comercial” y ahora con el coronavirus las matemáticas van a tener que diseñar nuevos escenarios para evitar despidos, ajustes de empresas, reformas de toda clase como aquí en España, donde un millón de personas se pueden quedar sin trabajo si no se adoptan ya medidas urgentes, así como en otros muchos más países. Pero repentinamente España es arrastrada por la pandemia, cuyo virus debe pelear con una deuda pública que roza el 100 por cien del PIB y con altas cifras de paro, una realidad totalmente preocupante e inesperada. 

Estamos viendo la realidad económica de lo que ocurre en España, antes, desde la distancia y sin “comernos el coco”, veíamos, mejor dicho, pasábamos por alto la enorme crisis que la pandemia ejercía su poder en China, Corea del Sur e Italia, y, según transcurrían los días, nos preguntábamos “esto no pinta bien”, pero no valorábamos que podría ocurrir lo mismo. 

El coronavirus es tan cruel y cobarde que actúa invisiblemente, pero que ha originado una de las mayores crisis sanitarias y económicas a nivel mundial sin precedentes y que sirve también para ubicar realidades nuevas y escenarios distintos, pero hemos visto y esto es lo que hay, que China, sea o no origen del virus, es la que produce, exporta al mundo, es decir, guste o no, China es prácticamente con sus modelos políticos o económicos el mandamás de la economía mundial.

Y a lo mejor ahora que empieza a controlar su pandemia, se palpa una leve recuperación, dice el Gobierno chino, cuando el coronavirus ha modificado la geopolítica mundial, China tal vez sea la salvadora del mundo ante un virus tan global y catastrófico que castiga sin piedad la salud y la economía de todos.

Pero siendo realistas, la economía china ahora mismo empieza a ver el daño enorme que ha provocado el coronavirus, es decir, la inactividad durante todo este largo proceso del virus ha mermado mucho su producción industrial que se refleja en todos sus órdenes.

El coronavirus COVID-19 deja ya más de 170.000 casos de contagio en más de 150 países del mundo, la mayoría (poco más de 81.000) en China, donde se han registrado 3.217 muertes por esta causa, mientras la cifra de fallecimientos en el mundo se eleva a los 5.000, siendo Italia con 27.980 casos y 2.160 decesos, el segundo país mundial más afectado, y España, el segundo de Europa y el cuarto del mundo, con 9.191 casos confirmados, 309 fallecidos y 530 pacientes dados de alta.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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