El comercio del mundo según las Nuevas Rutas de la Seda
Madrid. Xi Jinping puso el broche final al II Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, celebrado recientemente en Pekín, con la promesa, compartida por todas las partes, de hacer un plan de infraestructura diversificado y financieramente responsable.
En la inauguración de la cumbre, el presidente chino ya había insistido en los conceptos de apertura, desarrollo verde e integridad moral, y apostó por no tolerar la corrupción y que todas las empresas participantes cumplan con las normas internacionales.
La Iniciativa, piedra angular de la política exterior de Xi, sigue extendiéndose con proyectos en desarrollo en Asia, Europa, África, Iberoamérica, el Pacífico Sur, el Ártico, con la participación de 126 países y 29 organizaciones internacionales que se han adherido al plan cuyo objetivo, si nos ceñimos a lo que dice Pekín, es impulsar la conectividad, el comercio internacional y los intercambios entre los pueblos.
La adhesión de Italia, el primero de los países del G7 en hacerlo, al plan el pasado mes de marzo fue sin duda un golpe de efecto a favor de la Iniciativa, como también ha llamado la atención que el presidente de la Confederación Helvética, Ueli Maurer, sea uno de los firmantes del comunicado final del Foro.
Además del apoyo político conseguido, Xi anunció que en esas jornadas se han firmado acuerdos por un valor de unos 57.000 millones de euros y que se han alcanzado 283 acuerdos de actuación. Sin embargo, aparte de los países que ven los potenciales beneficios económicos de la Iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda, los que se muestran críticos dudan que esta gigantesca red de proyectos sea viable.
Pese a las crecientes críticas a la Iniciativa por parte de EEUU y de algunos países europeos, el mensaje lanzado por el mandatario chino en la clausura en Pekín reveló que el plan de desarrollo comercial y de infraestructuras sigue adelante con más apoyos que los recabados en el primer foro celebrado en 2017.
El día de la clausura del Foro, los líderes de 37 países – ocho más que los 29 que lo hicieron en el foro de 2017 – firmaron junto con Xi un comunicado, elaborado con mucho cuidado, en el que se comprometen a trabajar juntos en la fase que ahora se inicia y entre los nuevos signatarios de la Iniciativa se hallan Portugal, Austria, los Emiratos Árabes, Singapur y Tailandia.
Josep Borrell, ministro español de Asuntos Exteriores, viajó a Pekín como enviado especial de Pedro Sánchez – al primer foro, hace dos años, asistió el entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy. El canciller español volvió a expresar la opinión del Ejecutivo español de no suscribir, al menos por ahora, la iniciativa china, y, en caso de estampar acuerdos en el futuro, hacerlo al hilo de la estrategia de la Unión Europea, aunque, durante la visita a Madrid de Xi Jinping, en noviembre de 2018, España firmó un acuerdo para fortalecer la cooperación en terceros mercados y para facilitar la participación de empresas españolas en proyectos dentro del marco en la Ruta de la Seda, actualmente muy escasa, buscando siempre reciprocidad pues, añadió el ministro, España ha abierto sus mercados y China no ha correspondido en la misma medida.
Cuando se lanzó en 2013, la Iniciativa recibió toda suerte de críticas por la falta de controles financieros y la poca atención que parecía prestar al medio ambiente, además de las sospechas que despertaban como instrumento al servicio de los intereses de China, por lo que ahora, en este contexto, Pekín buscaba transmitir un cambio de imagen para atraer a los altos funcionarios presentes a dar su apoyo al gigantesco proyecto y Xi se esforzó en transmitir su compromiso firme a abrir los mercados de China.Principio del formula
En opinión de Shi Zhiqin, director ejecutivo del Instituto de la Franja y la Ruta, de la Universidad Tsinghua de Pekín, los proyectos ya han producido beneficios reales a los países socios lo que hace atractiva su adhesión al plan a otros países. Así, Shi pone como ejemplos, en primer lugar, el puerto ateniense de El Pireo, gestionado en la actualidad por la empresa estatal china Cosco y considerado una pieza clave en el plan, que se ha visto impulsado hasta el sexto lugar entre los 15 puertos con más actividad del mundo.
Luego en segundo lugar, Shi destaca el caso de la acerería Serbia Smederevo, que se hallaba al borde de la quiebra antes de que la comprara el grupo chino del hierro y el acero HBIS en 2016, y que se ha convertido ahora en una de las principales fábricas exportadoras del país lo que, en su opinión, pone de manifiesto que la Franja y la Ruta producen beneficios tangibles y que Pekín no busca expandir su área de influencia sino una cooperación real, como bien ha notado Italia, añade, el primer país del G7 que ha decidido unirse a la Iniciativa.
Otros países no se han mostrado renuentes a transmitir los beneficios de su adhesión. Kenia anunció la firma de acuerdos de financiación por valor de 665 millones de dólares para un centro de datos que construirá Huawei y la renovación de la autopista entre Nairobi y su aeropuerto internacional.
La propia directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, reiteró su apoyo a la Iniciativa que, según ella, contribuirá a mejorar la financiación y los recursos tecnológicos de los más de 1.700 millones de personas que no tienen acceso a estos servicios.
El encuentro también sirvió para que Perú sellase su adhesión a esta iniciativa impulsada por su ya mayor socio comercial, con el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Edgar Vázquez, refrendando el acuerdo en la capital china.
Respecto a las acusaciones de que China está llevando a algunos países participantes a una espiral de deuda, Wang Yiwei, profesor de la universidad Renmin, manifestó su rechazó a tomarlas en consideración en la medida en que para crear infraestructuras es siempre necesario endeudarse, lo que no tiene por qué ser una trampa. Por su parte, Xi aseguró que trabajarán para mejorar los canales de financiación y para reducir los costes financieros, tras lo que invitó a instituciones extranjeras y multilaterales a participar en la cooperación para la financiación.
Probablemente el análisis más lúcido sobre la situación de la Iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda, lo ha hecho Lucrezia Poggetti, investigadora asociada del Instituto Mercator para los Estudios Chinos, de Berlín.
Para Poggetti, mientras crecía el interés por el plan de inversiones e infraestructuras de China, había un deseo creciente también para que los proyectos a cuyo amparo se desarrollaban se ajustaran a las normas y a las leyes internacionales. Después del foro de Pekín, del comunicado conjunto y del discurso de Xi – que duró apenas 15 minutos – ahora se trata de observar cuidadosamente lo que sucederá. No obstante, Poggetti cree que habrá que estar pendiente de lo que haga China en términos de la puesta en escena de todo lo acordado pues ha llegado el momento de cerrar la brecha entre la retórica y la acción.