Corea del Sur censura las críticas a Kim Jong-un de desertores norcoreanos

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Madrid. Corea del Sur estudia prohibir a los desertores norcoreanos enviar desde la frontera mensajes contrarios a Kim Jong-un en globos de plástico ante la amenaza de Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano, de echar por tierra el deshielo entre gobiernos de los últimos años por culpa de las actividades “hostiles” de “escoria humana”.

La propaganda a pequeña escala hacia la mitad norte de la península tendría los días contados de salir adelante una ley sugerida por el Gobierno surcoreano para impedir la entrada por aire en territorio vecino de folletos críticos con la dinastía Kim en vísperas del 70 aniversario del inicio de la guerra de Corea, todavía a falta de un tratado de paz.

Kim Yo-jong, subdirectora del Comité de Asuntos de Estado, ha reprochado a Seúl que permita “la mala conducta” de “perros mestizos como basura” que “calumnian” a Corea del Norte en el “problema nuclear” al amparo de la “libertad de expresión” sin un ápice de discreción, según recoge la agencia estatal KCNA.

El nombre de lo joven Kim, de 32 años, sonó a finales de abril en las quinielas para suceder a Kim Jong-un ante los rumores de los problemas de salud que afectarían al líder norcoreano, desaparecido de los focos en la celebración del cumpleaños de su abuelo, el presidente eterno, Kim Il-sung, el 15 de abril, fiesta nacional.

“Es difícil entender cómo se tolera un acto de hostilidad tan sórdido y malvado en el sur”, apuntaba Kim, que advertía del “alto precio” a pagar: el cierre del complejo industrial de Kaesong, localidad próxima a la zona fronteriza de Panmunjom con facilidades de comercio a empresas extranjeras, o el abandono sine die de la ruta turística del monte Kumgang.

Según Kim, el envío de miles de miles de folletos desde territorio sureño contradice la voluntad de reconciliación, después de las hostilidades de la guerra fría, entablada hace veinte años en el encuentro entre Kim Jong-il y Kim Dae-jung en Pyongyang, que por vez primera vez reunía cara a cara a los máximos dirigentes de los dos estados.

Estas palabras servían para recordar a Seúl el compromiso alcanzado hace dos años para evitar tensiones en torno a la línea de demarcación de la frontera más militarizada del mundo.

Un propósito compartido por los surcoreanos que habitan cerca de la frontera y que se benefician del menor número de encontronazos, el último a fuego cruzado en el puesto de guardia de Cheorwon, que coincidió con la reaparición en público de Kim Jong-un tras tres semanas fuera del mapa.

Alcaldes de municipios fronterizos con Corea del Norte han reclamado al Gobierno del presidente Moon Jae-in paralizar con carácter urgente la campaña de desprestigio en contra de las autoridades de Pyongyang hecha por fugitivos norcoreanos en las filas de un grupo de activistas que aboga por el cambio del régimen juche.

En una carta al Ministerio de Unificación, una asociación de municipios encabezada por Jung Ha-young, regidor de Gimpo, al oeste de Seúl, pide una ley que ponga freno a la iniciativa de los desertores para asegurar la convivencia pacífica a uno y otro lado de la línea fronteriza que separa a las dos Coreas desde mediados del siglo pasado.

Desde el ministerio ven con buenos ojos esta demanda, avanzan que esos actos pueden acarrear detenciones y reprochan a los activistas el impacto en la contaminación de los folletos, luego recogidos del suelo por los habitantes de los alrededores.

Para el Gobierno, que ha anunciado que responderá con dureza si la campaña continúa, la difusión de estos panfletos pone en jaque la seguridad nacional y los acuerdos suscritos por Kim Jong-un y Moon Jae-in en 2018 para avanzar en la cooperación intercoreana aprovechando el acercamiento entre Washington y Pyongyang de la administración Trump.

Una mejora en las relaciones que quedó aparcada con el fracaso en febrero de 2019 de la cumbre en Vietnam para la desnuclearización de la península, el reclamo de Estados Unidos como paso previo a suspender las sanciones internacionales impuestas a Pyongyang.

La propuesta de ley ha recibido fuertes críticas de la oposición del Partido del Futuro Unitario sobre una norma que, a su juicio, castigaría a los surcoreanos en beneficio de Corea del Norte: «Estamos confundidos sobre si estamos en Corea del Sur o Corea del Norte». ¿De qué parte está el Gobierno?, se preguntan.

Mandar globos a la mitad norte con mensajes almacenados en pendrives es una iniciativa del movimiento de Luchadores para una Corea del Norte Libre, que prepara el lanzamiento de un millón de folletos para el próximo 25 de junio, efeméride de la apertura de hostilidades en 1950 de la guerra coreana a raíz de la invasión de la mitad sur por las tropas comunistas.

Park Sang-hak, responsable de la organización, ha reivindicado una campaña con quince años de experiencia que si fuera prohibida “podría infringir la libertad de expresión”.

Sergio Perea Martínez

Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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