Kim Jong-un reaparece en medio de un tiroteo fortuito entre las dos Coreas

Frontera de las dos Coreas. | Johannes Barre
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Madrid. La casualidad ha querido que dos sucesos relevantes hayan coincidido en la península coreana. Por un lado, la reaparición del líder norcoreano, Kim Jong-un, tras tres semanas desaparecido y, por otro, los Ejércitos de las dos Coreas intercambiaron multitud de disparos desde ambos lados de la ciudad fronteriza de Cheorwon, pero dentro de un tiroteo fortuito que no debe empañar para nada el actual momento de las relaciones entre Pyongyang y Seúl.

Una de las tareas más complejas sobre Corea del Norte es contratar las informaciones que se vierten en torno al país, de su líder, Kim Jong-un, o de cualquier otra circunstancia dado el enorme hermetismo que existe en el régimen, y claro, hemos dado por muerto a Kim cuando precisamente fuentes gubernamentales surcoreanas, bien asentadas, lo desmentían, luego  EEUU tampoco acertaba lo que le pasaba y Donald Trump sólo supo decir que le deseaba una pronta recuperación e incluso se aseguró que su hermana menor, Kim Yo-jongde 32 años, había sido designada para sustituirle.

Su larga desaparición dio para muchas teorías, desde una operación cardíaca por su obesidad y tabaquismo, una muerte que no se confirmaba dado que había que buscar un sucesor, un Kim aislado por temor al coronavirus, aunque Pyongyang siempre mantiene que no hay casos de la pandemia en el país, pero al final reapareció y al final también con tiros en la zona fronteriza. Pero su reaparición sirvió para hacer en otro momento el obituario y desmentir todo los rumores habidos sobre la desaparición del líder, que una vez más ha sabido ganar otra guerra mediática en torno a su persona y régimen.

Kim Jong-un no se sometió a ninguna cirugía durante sus casi tres semanas de ausencia de la vida pública y al final apareció como el ave Fénix sorprendiendo a todos y a la vez inaugurando una importante planta de fertilizantes fosfatados en Sunchon, a unos 50 kilómetros al noreste de la capital del país, Pyongyang, donde el líder norcoreano cortó la cinta de inauguración, en un acto en el que se encontraba junto a su hermana y consejera Kim Yo-jong.

El líder norcoreano no había hecho ninguna aparición pública desde el 11 de abril, cuando presidió el politburó y luego los interrogantes se dispararon por su ausencia en las celebraciones del 15 de abril, el día más importante del calendario político norcoreano porque todo el país conmemora el nacimiento del fundador del régimen, Kim Il-sung, su abuelo. 

El 21 de abril el Daily NK, un medio de comunicación digital dirigido principalmente por desertores norcoreanos en Seúl, daba la noticia de que Kim había sido sometido a un tratamiento urgente debido al tabaquismo, la obesidad y la fatiga y luego la cadena estadounidense CNN informó, recogiendo la noticia del Daily NK, que Kim Jong-un estaba en peligro de muerte después de su grave operación, y así hasta que ha reaparecido y ha vuelto a desmentir a todos los que le daban por muerto.

Por otra parte, la causalidad ha sido total cuando en la misma jornada del evento de Kim inaugurando la planta de fertilizantes fosfatados en Sunchon, las dos Coreas cruzan disparos en la frontera, un hecho que ha encendido todas las alarmas pero afortunadamente ha sido sin intención alguna, pero que sí ha creado tensión en la zona recordando viejos tiempos.

El incidente tuvo lugar cuando un puesto de guardia fronterizo del Sur ubicado en la zona desmilitarizada (DMZ), en Cheorwon, recibió múltiples impactos de bala procedentes del Norte, a lo que respondió disparando dos rondas de advertencia y con un mensaje de megafonía, según informó el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) en un comunicado. 

Todo parece indicar que ha sido un incidente, sin heridos, tal como señala el Ejército surcoreano, que añade que no parece una provocación intencionada del Norte, pero la fuente explicó que sí se vulneran los acuerdos militares bilaterales firmados en 2018 para poner fin a las hostilidades en la península en el marco del proceso de distensión intercoreana.

En años anteriores se habían producido varios intercambios de disparos en la DMZ entre los Ejércitos de ambos países en momentos de repunte de la tensión regional, el último de ellos en 2017 y coincidiendo con la espectacular deserción al Sur de un soldado norcoreano.

Lo que es obvio ahora mismo es que la inestabilidad en Corea del Norte no le interesa a nadie, el mundo anda ocupado en otra guerra como es la de derrotar al coronavirus, que ya lleva cerca de 250.000 muertos.

Es decir, está claro que actualmente ni a Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, China y Rusia (integrantes de las conversaciones a seis bandas, junto a Corea del Norte, suspendidas desde 2008, para desnuclearizar la península coreana) les interesa ningún cambio político en Corea del Norte.

La realidad es que las negociaciones con EEUU son imprescindibles para solucionar el tema nuclear y el levantamiento de las sanciones que pesan sobre el régimen, vitales para encauzar el nuevo periodo económico de Corea del Norte.

Y no hay que olvidar que las dos Coreas siguen técnicamente en guerra, puesto que el conflicto armado que las enfrentó entre 1950 y 1953 nunca fue sustituido por un tratado de paz, donde se mantiene vigente un armisticio.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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