Corea del Norte y EEUU al borde de la ruptura de las conversaciones

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Madrid. Mientras el líder norcoreano, Kim Jong-un, anuncia que retira la desnuclearización del programa de negociaciones con EEUU, el presidente Donald Trump le advierte lo mucho que tiene que perder si aniquila el proceso de sus contactos diplomáticos con Washington, pero ambos dirigentes saben de la importancia que tiene la vigencia -interrumpida- del diálogo para Pyongyang en sus reformas económicas y para el inquilino de la Casa Blanca presentarlo como un “gran éxito” de su política exterior de cara a su campaña presidencial de 2020.

Kim Jong-un viene quejándose desde hace tiempo de cierta “dureza” de la diplomacia estadounidense y de los inexistentes resultados prácticos para recuperar la confianza perdida tras el fracaso en las negociaciones nucleares entre Washington y Pyongyang, celebrado el pasado 6 de octubre en Estocolmo, lo que luego originó que el régimen hiciera el lanzamiento de varios misiles de corto alcance hacia aguas del mar de Japón (mar del Este para las dos Coreas) con el objetivo de hacerle ver a Estados Unidos de la necesidad de desatascar el actual bloqueo que mantienen los dos países, cuya rutina frena cualquier avance práctico.

Kim Jong-un quería antes de finalizar el año una agenda más completa y un mayor compromiso por parte de Trump para recuperar la confianza y sobre todo establecer un programa de conversaciones en las que tanto la desnuclearización como las sanciones sobre el régimen fueran claves para retomar el diálogo, pero mientras Washington prioriza el desmantelamiento nuclear, Pyongyang reclama como vital la reducción de las sanciones económicas, vitales para sus reformas en el país.

Lo que está claro que sin el comienzo de una reducción de las sanciones económicas a Corea del Norte las dificultades para retomar las conversaciones con EEUU se harán más difíciles, pues si Pyongyang necesita sus reformas, de hecho, según el canal de televisión CNN, un experto en criptomonedas fue detenido al regresar a Estados Unidos después de hablar en una conferencia en Corea del Norte, donde dio una serie de consejos de cómo evitar las sanciones con el uso de bitcoins, y el equipo de Trump quiere garantías de la desnuclearización del programa norcoreano.

Una ruptura total de las conversaciones sería un grave error para ambas partes, dado que esta nueva realidad política que vive Corea del Norte nunca se había producido desde la fundación del país hace setenta años.

Sin embargo, Kim Jong-un ha llevado a cabo maniobras más serias que han inquietado a EEUU, sobre todo cuando hay una parte importante de la Administración Trump que se sigue oponiendo a un arreglo definitivo con Pyongyang, y claro una vez más las compañías estadounidenses del armamento, que siguen aumentando su dominio en el comercio de armas a nivel mundial, una estabilidad en la península coreana tendría sus consecuencias, sobre todo en Corea del Sur, cuya ciudadanía ve cada vez con menos sentido el enorme gasto militar por las bases estadounidenses y la compra de armamento o la situación “especial” en Japón, país que sigue “temiendo” un ataque nuclear norcoreano.

De esta forma, ahora que Corea del Norte anuncia que retira la desnuclearización del programa de negociaciones con EEUU, Pyongyang llevó a cabo este pasado fin de semana  un ensayo «de enorme importancia» en la Estación de Lanzamiento de Cohetes de Sohae, ubicada en Donchang-ri (noroeste del país), que, según expertos, sería un motor para misiles intercontinentales o lanzamiento de satélite.

No obstante, pese a este importante hecho, Donald Trump quitó hierro a la “presión” norcoreana y respondió con cierta calma, señalando que es Corea del Norte quien más pierde y aclaró: «Kim Jong-un es demasiado inteligente y tiene demasiado para perder, todo de hecho, si actúa de manera hostil», en respuesta a la prueba reciente en la base de lanzamiento de satélites de Sohae.

Por su parte, el régimen norcoreano se queja de que EEUU está usando el diálogo para avanzar en su «agenda política doméstica» y, por tanto, no es «nada más que un truco para ganar tiempo». «No necesitamos tener extensas conversaciones con Estados Unidos ahora, y la desnuclearización ya se ha quitado de la mesa negociadora», afirmó el embajador norcoreano ante la ONU, Kim Song, quien agregó que su país ya no discutirá con EEUU la posibilidad de suspender su programa nuclear y que cualquier conversación adicional en este sentido es innecesaria.

Corea del Norte ha reclamado a Donald Trump a abandonar su lenguaje «insultante» hacia el líder Kim Jong-un, y a «pensar dos veces» a partir de ahora, si no quiere ver «consecuencias catastróficas» y achacó los recientes comentarios beligerantes de Trump al «nerviosismo» y «miedo» del presidente, a medida que se acerca el plazo de finales de año que Pyongyang dio a  Washington para reconsiderar su postura en las bloqueadas negociaciones sobre la desnuclearización norcoreana.

Trump volvió a llamar burlonamente a Kim «hombre cohete», y Pyongyang respondió diciendo que volver a esos insultos suponía la «vuelta a las chocheces de un viejo chocho». En suma, una tensión que ha supuesto, de momento, que Corea del Norte haya retirado la desnuclearización del programa de negociaciones con EEUU.

Kim Jong-un contempla que no habrá progreso alguno en el tema del desarme nuclear en las conversaciones y de ahí, afirma el régimen, “hay que tomar un nuevo camino”, una realidad que ya había originado en las últimas semanas tensiones entre los dos países que recordaban a situaciones similares cuando el 29 de julio de 2017 Corea del Norte lanzó un misil balístico internacional de largo alcance (el ICBM, llamado Hwasong-14), podría alcanzar cualquier punto en la geografía estadounidense.

Para los expertos, Corea del Norte ha podido probar el pasado sábado (7 de diciembre) un motor de combustible sólido, más peligroso que uno que use combustible líquido, ya que permite cargar los proyectiles más rápido y mantenerlos almacenados así durante largas temporadas.

Mientras, el Comité Central de El Partido de los Trabajadores de Corea se reunirá a finales de diciembre “para discutir y decidir sobre cuestiones cruciales en línea con las necesidades del desarrollo de la revolución coreana y la situación cambiada en el país y en el extranjero”, pero obviamente el diálogo con EEUU será también tratado dada la importancia de no romper las conversaciones mantenidas, pese a los pocos resultados, entre los dos países.

En definitiva, Estados Unidos y su presidente, Donald Trump, tienen en Corea del Norte su mejor baza de cara a los comicios presidenciales de 2020, sobre todo tras la nefasta política exterior de la Casa Blanca y el régimen de Kim Jong-un la mejor oportunidad para llevar a cabo cambios vitales en la política, economía y en el aspecto sociológico, pero hay modificaciones necesarias que están condicionadas al levantamiento gradual de las sanciones y al firme compromiso de desnuclearización por parte de Pyongyang.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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