Turbulencias en Corea del Norte

Surcoreanos abandonan el complejo industrial de Kaesong
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Madrid. Tras el lanzamiento del último nuevo misil norcoreano, Corea del Norte sigue en “pie de guerra” al designar como zona militar el complejo industrial en la ciudad fronteriza de Kaesong, clausurado por Seúl, luego ha reabierto el reactor de la Central Nuclear de Yongbyon, ha ejecutado, según distintas fuentes, al jefe del Estado Mayor, el general Ri Yong-gil, y ha provocado aún más tensión entre las dos Coreas y entre EEUU y China.

Corea del Sur como represalia por su último cohete lanzado por Pyongyang ha cerrado el polígono industrial de Kaesong, gestionado con el Norte en plena zona fronteriza con el Sur, que traerá consecuencias irreparables para la economía norcoreana, cuyo recinto es la principal fuente de ingresos para el Norte, que sufre dificultades financieras, mientras que el Seúl ha utilizado la mano de obra norcoreana, barata pero de calidad, donde operan una totalidad de 54.000 trabajadores en las 123 firmas surcoreanas lideradas por el conglomerado Hyundai, instaladas en ese lugar fronterizo.

Los efectos de su inactividad son muy graves para la economía del país, de hecho la paralización de sus actividades supondrá una gran pérdida ya que Kaesong, inaugurado en 2004, genera un comercio anual de unos 2.000 millones de dólares y las empresas surcoreanas proporcionan cerca de 100 millones de dólares en salarios (gran parte pagados al Estado y no a los trabajadores norcoreanos).

Corea del Norte ha pedido a todos los ciudadanos surcoreanos del complejo de Kaesong que abandonen de forma inmediata el lugar y ha decidido quedarse con todos los bienes y equipamientos como represalia por la suspensión del complejo por parte de Seúl, declarando la zona como militar y con ello originando más tensión entre las dos Coreas, en especial al cortar toda comunicación con Corea del Sur, cuya reacción ha sido inminente al cortar el suministro eléctrico y el agua del complejo industrial tras la expulsión de los trabajadores surcoreanos, lo que podría afectar a muchas familias norcoreanas de esa zona.

Las acciones del líder Kim Jong-un refuerzan su imagen dentro del país y fortalece su poder, pero sus dificultades dentro y fuera no se van a disipar si no cambia su política nuclear y su economía, donde de nuevo China vuelve a tener un importante protagonismo para que todos estos posibles cambios surtan efecto.

Al cierre de Kaesong se ha unido el fusilamiento del jefe del Estado Mayor, el general Ri Yong-gil, por corrupción, abuso de poder y “por desviarse de las líneas políticas del régimen”, resaltan distintas medios surcoreanos y extranjeros, cuando todavía no hace un año (30 de abril de 2015) también fusiló al ministro de Defensa, Hyon Yong-chol, bajo los cargos de traición y falta de respeto al joven líder, Kim Jong-un.

Una muerte que era una clara advertencia a sus “posibles” adversarios para que no le inquieten en el control del país, tal como sucedió con su tío Jang Song-Thaek, cuando en diciembre de 2013 lo fusiló por intento de derrocarle y de propiciar un golpe de Estado, pero está claro que cualquier mínima queja, protesta, insinuación o cometarios suponen el encarcelamiento o en su caso la pena de muerte.

Jang Song-thaek fue acusado de malgastar divisas en los casinos en su visitas al exterior o de consumir drogas, entre otras muchas acusaciones, en especial por intentar a apartar a Kim Jong-un del poder al ver que no hacía los cambios que necesita el país, sobre todo en lo económico, partidario de reformas al estilo chino, incluso su muerte produjo un considerable enfado de Pekín dada las buenas relaciones que tenía con China. Una rápida ejecución que debilitaba al país y fortalecía a su joven líder.

Todo está desbocándose de una forma que cada vez hay más tensión en la zona, sin embargo,  tras la confirmación por parte de Seúl de que el satélite lanzado por Corea del Norte entró en órbita con éxito, lo que confirma los adelantos de Pyongyang en materia nuclear, ahora el país comunista, al parecer, ha vuelto a poner de nuevo en marcha el reactor de la Central Nuclear de Yongbyon, inactivo desde 2007, ubicado a 100 kilómetros de Pyongyang, considerado la principal fuente de plutonio del régimen de Kim Jong-un para abastecer a su programa de desarrollo de armas nucleares, según señaló días pasados el director nacional de Inteligencia de EEUU, James Clapper.

La política nuclear de Corea del Norte está militarizando cada vez más la zona, una situación que puede debilitar a China si no reacciona con más vehemencia contra el régimen de Kim Jong-un y sobre todo cuando Seúl, Tokio y Washington coinciden en una mayor cooperación militar en esta área del nordeste asiático, en la que ya tanto Moscú como Pekín han protestado a EEUU por el inminente despliegue del sistema antimisiles estadounidenses THAAD en Corea del Sur.

Una realidad que refleja la lucha hegemónica entre China y EEUU por la zona, pues Pekín sabe que los  THAAD pueden detectar múltiples misiles a una distancia de 2.000 kilómetros y pondría a su alcance objetivos en el interior del territorio chino, pero también se opone Rusia, que tiene frontera con Corea del Norte.

Rusia ha expresado su preocupación por el despliegue de un sistema de defensa antimisiles estadounidense en Corea del Sur y acusa a Washington usar la acción de Corea del Norte para ampliar y ubicar estos misiles, lo que evidencia la tensión reinante y las intenciones de cada uno de los países involucrados en la crisis norcoreana, que son los mismos que componen las conversaciones a seis bandas.

En abril próximo habrá elecciones parlamentarias en Corea del Sur y los últimos sondeos dan la victoria a los conservadores, partidarios de facilitar la instalación del escudo antimisiles, mientras hasta el día 18 de febrero surcoreanos y estadounidenses realizan maniobras militares en las áreas de Pocheon y Osan, al norte y sur de Seúl, respectivamente, que siempre Pyongyang las consideró como intentos de invadir Corea del Norte, lo que evidenciará otros escenarios y otras situaciones de tensión entre las dos Coreas.

Lo mismo ha pasado con Japón, que mantiene litigios marítimos con China, pero Tokio ya ha desplegado baterías de misiles Patriot en la capital y en la isla de Okinawa, donde se ubican unos 27.000 militares estadounidenses, de los 47.000 que se encuentran en todo el país y que  están listos para disparar contra cualquier fragmento de cohete que suponga una amenaza a su territorio.

Tanto Seúl como Tokio y Washington ya han acordado intercambios de inteligencia sobre el proyectil lanzado los pasado días por Corea del Norte y armonizar una respuesta contundente al desafió de Pyongyang que está generando una mayor escalada armamentística en la zona, como se ha visto en estos días con el envío del submarino estadounidense de propulsión nuclear, USS North Carolina (SSN.777), que ya está de camino hacia Corea del Sur, una situación que Pekín considera el reforzamiento militar de EEUU en la zona.

China sufre una desaceleración en su economía, mantiene litigios marítimos en el mar de China Meridional y en el mar de China Oriental y ahora se le puede acumular otro problema generado por la crisis nuclear norcoreana cuando contempla como EEUU incrementa su presencia en la zona en su lucha hegemónica con Pekín, donde sus dos mejores aliados como Japón y Corea del Sur son proclives a las deseos militaristas de Washington, países que han ampliado sus sanciones a la República Popular Democrática de Corea (RPDC).

En definitiva, pese a que la “guerra mediática” la sigue ganando el régimen de Kim Jong-un, Pekín puede influir mucho más para ya no sólo convocar las conversaciones a seis bandas (Rusia, EEUU, China, Japón y las dos Coreas), encaminadas a detener su programa nuclear a cambio de reconocimiento diplomático, petróleo para suplir su falta de energía y ayuda humanitaria, sino que esta nueva realidad desatada por Pyongyang puede enfriar las buenas relaciones entre Seúl y Pekín y a la vez puede deteriorar aún más las actuales entre japoneses y chinos.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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