Por qué Corea del Norte quiere lanzar un cohete de largo alcance

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Madrid. El régimen comunista de Kim Jong-un, a punto de cumplir su primer aniversario en el poder, quiere celebrarlo por todo lo alto y no escatima esfuerzo alguno para hacer ver a sus civilizados ciudadanos y al mundo entero que Corea del Norte es y sigue siendo un país al que hay que respetar, y para demostrar su poderío y estabilidad no hay otra cosa mejor que el lanzamiento inminente de un cohete de largo alcance.
El heredero de la primera dinastía comunista del mundo, el “brillante comandante” (líder supremo), Kim Jong-un, no quiere pasar desapercibido ante el primer aniversario de la muerte de su padre, el “amado líder”, Kim Jong-il, fallecido el 17 de diciembre de 2011, y ya tiene preparado una serie de baterías propagandísticas para lograr que el mundo esté pendiente de Corea del Norte.A la República Popular Democrática de Corea no le inquieta, al menos de momento, que sus ciudadanos (24 millones de habitantes) sufran de hambruna, pero este capricho del niño mimado del Ejército norcoreano de llamar la atención con los peligros pertinentes con el lanzamiento del nuevo misil cuesta unos 850 millones de dólares, es decir, un año de alimentación para dar de comer a los norcoreanos.

Pero no hay que olvidar que el dinero invertido por Pyongyang en su programa nuclear y de misiles desde 1998 serviría para alimentar a todo el país durante tres años, según una fuente del Ministerio de Defensa surcoreano, la cual añade que el régimen comunista habría gastado entre 2.100 y 2.500 millones de euros desde que lanzara su primer cohete de largo alcance, una cantidad, como recoge la agencia surcoreana Yonhap, que serviría para comprar entre uno y diez millones de toneladas de maíz.

Sin embargo, en esta ocasión Corea del Norte no quiere fallos. Sus ensayos o pruebas nucleares en 2006 y 2009 no tuvieron el éxito esperado, como tampoco el lanzamiento de satélites o misiles en 1998, 2009 y 2012, pero sí sembró el pánico y el miedo, en especial a sus vecinos Corea del Sur y Japón.

Ahora quiere demostrar al mundo su poderío, consolidar su poder como máximo líder del país, reafirmar su autoridad satisfaciendo así a los militares, reforzar su régimen, fortalecer su imagen interna y externa, ofrecer a su pueblo enorme credibilidad y, sobre todo, mostrar al mundo, en especial a Corea del Sur y Estados Unidos, mucha firmeza y, al mismo tiempo, enseñar al nuevo gobierno que nazca de las elecciones presidenciales del 19 de diciembre en Corea del Sur que el régimen anda fuerte, confiado y unido ante cualquier amenaza que venga del exterior y que las negociaciones entre las dos Coreas no serán un camino lleno de rosas.

De ahí que el inminente lanzamiento de otro satélite espacial, sobre todo cuando el régimen comunista ya ha terminado de ensamblar el satélite que lanzará en los próximos días, haya servido para que Corea del Norte ya esté en la mente de todas las cancillerías del mundo, los distintos gobiernos muestren su preocupación y le adviertan de las consecuencias de llevar a cabo el lanzamiento del cohete.

Precisamente Pyongyang ya ha comenzado a manipular en la base de Dongchang-ri, a50 kilómetros al sur de la frontera con China, el combustible destinado al cohete de largo alcance que planea lanzar este mes, según una fuente militar surcoreana citada por la agencia Yonhap.

Corea del Norte ya ha llamado la atención mundial. Corea del Sur le ha advertido de que pueden peligrar sus intercambios bilaterales con Pyongyang si sigue adelante con el lanzamiento de otro satélite espacial, considerándolo una amenaza grave y directa a la seguridad nacional. Luego China ha pedido al régimen comunista “prudencia” y Pekín espera que las recomendaciones de la ONU a  Pyongyang sean en beneficio de la paz y la estabilidad de la península coreana. Lo mismo ha hechola Unión Europea y Rusia.

Mientras, la Fuerza Naval de Estados Unidos ha trasladado buques de guerra a la península coreana ante el próximo lanzamiento de otro satélite espacial por parte de Corea del Norte, Japón ha desplegado sistemas antimisiles en Okinawa (sur de Japón) como medida de prevención ante el plan norcoreano del lanzamiento inminente de un cohete de largo alcance, que podría sobrevolar una de las islas de ese archipiélago nipón.

En definitiva, Corea del Norte ya ha logrado parte de sus objetivos con el anuncio de un nuevo cohete, tal vez con dos fechas posibles: el 17 de diciembre –fallecimiento de Kim Jong-il- o el 19 de ese mes –elecciones presidenciales en Corea del Sur-, aunque, según el Comité de Tecnología Espacial de Corea del Norte, podría posponerse el lanzamiento para reajustar la fecha escogida por Pyongyang, pero la agencia surcoreana Yonhap afirma que el retraso se debe a problemas técnicos.

Y así, para asegurar en esta ocasión el éxito del lanzamiento del cohete, hay indicios de que técnicos iraníes han estado recientemente en Corea del Norte para aconsejar y asesorar a los norcoreanos y evitar otro fracaso similar al del pasado abril, cuando el “misil” cayó en pedazos en el mar Amarillo.

By Santiago Castillo.

 

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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1 respuesta

  1. 30 mayo, 2014

    […] En realidad, siempre prevalece lo económico, como estamos viendo diariamente con China, a la que no se le deja que su economía se resfríe por sus consecuencias, pero si en algún momento se elevara la tensión entre japoneses y surcoreanos por las islas en disputa, ¿qué hará EEUU cuando mantiene 28.500 soldados en Corea del Sur y unos 50.000 en Japón, en especial en Okinawa? […]

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