Corea del Norte, obligada a cambiar de política mientras se disparan los rumores de su líder
Madrid. Corea del Norte afronta nuevos retos políticos para no verse anclada en un inmovilismo que cada vez le trae más problemas para abrirse al exterior, sobre todo cuando su líder, Kim Jong-un, lleva desde el 3 de septiembre sin dar señales de vida con toda clase de rumores en el país, y China ya es el primer socio comercial de Seúl, lo que ha obligado a Pyongyang a realizar una ofensiva diplomática para romper el aislamiento internacional del régimen comunista.
Las distintas especulaciones sobre la situación interna de Corea del Norte, que van desde un “golpe de Estado”, según algunos medios occidentales, de momento, bastante improbable, incluso desde Seúl y Tokio se dice que el Gobierno norcoreano está operando con normalidad, y pese a los rumores sobre la salud de Kim Jong-un, la caída del régimen o un cambio político para que todo siga igual es casi imposible.
Sin embargo, la retahíla de comentarios sobre la salud del joven “mariscal”, de unos 30 años, que cogió las riendas del país a finales de 2011, tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, se ha disparado de tal forma que van desde que puede padecer gota (acumulación de ácido úrico en el cuerpo), una presión alta o que tiene los tobillos fracturados sin ninguna confirmación oficial, ha coincidido con la nueva ofensiva diplomática de Corea del Norte en el exterior.
Corea del Norte ha visto como el presidente de China, Xi Jinping, visitó Corea del Sur en julio pasado antes que Corea del Norte, aliado tradicional de Pyongyang y contempla con preocupación que el intercambio entre Pekín y Seúl esté en unos 200.000 millones de euros, una cifra demasiado alta que los chinos no pueden dejar de atender cuando ven que el régimen comunista no modifica su política y sigue “gastando” demasiado dinero en el desarrollo nuclear en vez de hacerlo en el desarrollo del país.
Además, Corea del Norte necesita también a Corea del Sur para así romper su aislamiento económico, lo que le supone mejorar su imagen y credibilidad, en especial cuando aún no está funcionando a “tope” el complejo industrial de Kaesong (ubicado en territorio norcoreano, cerca de la frontera con el Sur) reabierto tras cuatro meses paralizado, pero todavía con muchas dudas de contactos diplomáticos con su vecina del Sur y eso que ya hay una compañía alemana que ha sido la primera en operar en ese lugar que puede significar un importante paso de cara a internacionalizar el único proyecto conjunto entre el Norte y el Sur con posibles beneficios económicos para Pyongyang.
Los recientes incidentes habidos entre las dos Coreas como el originado por unos disparos desde el lado norcoreano tras el lanzamiento de unos 200.000 globos de manifestantes surcoreanos contrarios al régimen de Kim Jong-un o el intercambio también de disparos en la demarcación de la Línea Límite del Norte (LLN) que divide a los dos países en las cercanías de la isla surcoreana de Yeonpyeong no deben empañar para nada la reanudación del diálogo entre las dos partes y más cuando ahora Pyongyang se está dando cuenta que con su política actual no puede avanzar.
La clausura de la XVII edición de los Juegos Asiáticos el pasado 4 de octubre en Incheon (Corea del Sur) tuvo una versión más política que deportiva cuando de forma sorprendente la delegación norcoreana la encabezó Hwang Pyong-so, considerado el número dos del régimen comunista, propuso a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, en ocasiones vilipendiada por Pyongyang, un encuentro entre las dos Coreas, que obviamente Seúl no se ha opuesto.
Desde febrero pasado no ha habido un encuentro de alto nivel entre las dos Coreas, pues durante todo 2014 las relaciones entre las dos partes han estado llenas de altibajos y con una serie de lanzamientos de misiles de corto alcance por parte norcoreana que han impedido un acercamiento más práctico de cara a dar un definitivo carpetazo a las tensiones en la península coreana que tuvo su mejor momento en febrero pasado con el encuentro de familiares separados tras la guerra coreana (1950-53).
El régimen norcoreano está moviendo fichas, aunque de momento no aparezca públicamente Kim Jong-un, y quién sabe si toda la nueva ofensiva diplomática norcoreana está encaminada a una mayor apertura al exterior y una mejora en las relaciones con Corea del Sur, dejando al líder en un situación secundaria.
Kang Song-ju, viceministro de Asuntos Exteriores norcoreano, considerado uno de los cerebros del desarrollo de armas nucleares de Corea del Norte, hizo a primeros de septiembre un viaje por Europa para «romper el aislamiento internacional» del país comunista que le llevó a Alemania, Suiza e Italia con todo tipo de reuniones con políticos de estos países.
Corea del Norte pidió recientemente a la Unión Europea (UE) que “suavice” su resolución ante la ONU sobre los derechos humanos, mientras que el presidente de la principal organización pro-norcoreana de Japón viajó a Pyongyang en septiembre pasado donde al parecer se trató el asunto de japoneses secuestrados por Corea del Norte, un asunto que sin su solución el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Tokio y Pyongyang será imposible.
El embajador norcoreano en Naciones Unidas, So Se Pyong, expresó la voluntad de su país para reanudar las conversaciones a seis bandas (China, Rusia, Japón, EEUU y las dos Coreas) sobre el programa nuclear de Corea del Norte, otro punto de inflexión sobre los nuevos avatares del régimen comunista.
Al mismo tiempo, el pasado 27 de septiembre el ministro de Asuntos Exteriores norcoreano, Ri Su-yong, se dirigió a la Asamblea General de la ONU por primera vez en 15 años, y aunque acusó al Consejo de Seguridad de ser un foco de mentiras y de medir con doble rasero, tras las duras sanciones que ha recibido su país por su programa nuclear y el lanzamiento de misiles, su presencia fue todo un síntoma de cara a romper el aislamiento internacional que padece el régimen comunista.
De momento, no hay certeza de que Kim Jong-un haya dejado el poder o le hayan obligado a dejarlo pese a llevar más de un mes sin aparecer en público, pero tanto Estados Unidos como Corea del Sur no han visto por ahora indicios de un cambio en la dirección política del país.
No obstante, fuentes oficiales del Ejército surcoreano afirmaron que el líder Kim Jong-un mantiene el poder sin grandes dificultades en Corea del Norte a pesar de que lleva más de un mes sin aparecer en público.
Santiago Castillo, periodista, escritor, director de Asianortheast y experto en la zona
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