Muere a los 119 años la japonesa Kane Tanaka, la mujer más anciana del mundo

Kane Tanaka, en una imagen tomada en torno al año 1923. | Wikimedia
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La persona más mayor del mundo, la japonesa Kane Tanaka, falleció el pasado 19 de abril en Japón a los 119 años de vida. Había nacido el 2 de enero de 1903 en la región nipona, al suroeste, de Fukuoka, siendo la séptima hija y cuyo nacimiento coincidió en el mismo año en el que los hermanos Wright volaron por primera vez un avión y Marie Curie se convirtió en la primera mujer en ganar un Premio Nobel, Física en 1903 y luego Química en 1911.

Kane Tanaka sobrevivió al cáncer dos veces, a dos guerras mundiales, a la «gripe española» de 1918 y a la pandemia de la COVID-19. Fue seleccionada para portar la antorcha olímpica de los Juegos de Tokio 2020, pero su participación se canceló debido al coronavirus. Y además ha sobrevivido a cinco épocas en la historia nipona, desde la era Meiji hasta la era Reiwa.

El alcalde de la ciudad mostró sus condolencias a la familia: «Aprendí el secreto para vivir mucho y bien». Por su parte, el gobernador de la prefectura de Fukuoka, Seitaro Hattori, declaró que le «dio esperanza y alegría por la longevidad». Se reconoció sorprendido por la «repentina noticia» y mostró su dolor.

Tanaka se casó con el propietario de una tienda de arroz a los 19 años, Hideo Tanaka, y trabajó en la tienda familiar hasta los 103 años. Dirigió varios negocios, entre ellos una tienda de fideos y una de pasteles de arroz. El matrimonio tuvo cuatro hijos y adoptó a un quinto. Tuvo nietos, y una de sus nietas, Junko, agradeció a quienes «han apoyado» a la familia tras esta pérdida.

Tanaka tenía confirmado en 2019 por el Libro Guinness de los Récords que era la persona viva de mayor edad. El relevo a Tanaka ha caído ahora en una monja francesa, que recientemente celebró su 118 cumpleaños con su habitual cóctel de oporto y chocolate. Se trata de Lucile Randon, que nació el 11 de febrero de 1904 en Alès (sur de Francia), una década antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Ahora vive en una residencia de ancianos de Toulon, en la turística Costa Azul francesa.

«Está feliz», indicaron desde la residencia, pero «es solo una etapa, ya que su objetivo es derrotar a» Jeanne Calment, agregaron, en referencia a esta francesa, que murió en 1997 a los 122 años en Arles. Aunque ningún organismo oficial, al margen del Guinness, otorga el título de decana de la humanidad, la religiosa francesa, que dispone de un certificado con la fecha de bautismo que acredita su edad, se convierte así en la persona más anciana. De lejos le sigue una polaca de 115 años. En España, el pasado enero murió el hombre más viejo del mundo, el leonés (norte) Saturnino de la Fuente, con 112 años.

 

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