La reapertura del complejo industrial de Kaesong es una buena ocasión para que Pyongyang haga retoques económicos y políticos

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Madrid. Corea del Norte debe aprovechar la reapertura del complejo industrial de Kasesong para hacer pequeños retoques económicos y políticos que conduzcan al país a un mejor nivel de vida de sus ciudadanos, ni siquiera las maniobras militares conjuntas anuales de EEUU y Corea del Sur en la zona, que durarán hasta finales de agosto, deben ser obstáculo alguno para que Pyongyang afronte una nueva etapa, cuyo Gobierno acaba de proponer a Seúl mejorar las relaciones para resolver los asuntos pendientes entre ambos países.
La predisposición de Corea del Sur es total, incluso su presidenta Park Geun-hye también ha propuesto al Norte retomar otros proyectos interrumpidos entre las dos Coreas e incluso impulsar el importante asunto de las reuniones de las familias separadas por la guerra de Corea (1950-53) y a la vez establecer un parque memorial de la paz en la zona desmilitarizada fronteriza de Panmumjon entre los dos países.El diario Rodong, rotativo oficial del Partido de los Trabajadores, insta a terminar con la confrontación y desconfianza que han caracterizado las relaciones Norte-Sur en los últimos tiempos y añade: «lo importante es mantener una actitud según la cual todo sea resuelto por el propio pueblo coreano, y emplear esto para cimentar la confianza y la armonía sin injerencia extranjera».De esta forma, tras siete encuentros al final las dos Coreas llegaron a un acuerdo para reabrir el complejo industrial de Kaesong, cerrado desde el 8 de abril por las tensiones habidas a causa del lanzamiento de misiles y la tercera prueba nuclear. Una reapertura que se produce en un  momento de aparente acercamiento entre Seúl y Pyongyang que el régimen de Kim Jong-un no debe desaprovechar con vistas a la resolución de otros importantes asuntos que contribuirán a mejorar el bienestar de una sociedad contaminada por los estertores de un pasado político-militar que alimenta la “guerra fría” que aún existe en Corea del Norte.
Precisamente en este aspecto Seúl ha aceptado la propuesta de Pyongyang de celebrar en la zona fronteriza de Panmumjon conversaciones para concertar nuevas reuniones de familias separadas, un drama profundo que sigue sin resolverse que afecta a miles de personas de ambos lados, todos ellos ya muy mayores, y cuyos encuentros comenzaron tras la histórica cumbre de las dos Coreas en el año 2000, que marcó el periodo de mayor distensión entre las dos partes,  y lo que ahora se trata es de llegar a acuerdos mostrando con ello una buena señal de que las relaciones mejoran, aunque otro de los dramas a solucionar es la situación de los refugiados, cerca de 25.000, según fuentes surcoreanas.

Al mismo tiempo, Pyongyang quiere reanudar, dentro de este avance de entendimiento entre las dos Coreas, que debe servir también para reparar el deterioro de las relaciones entre los dos países, los viajes turísticos al monte Kumgang, cerrado desde hace cinco años tras la muerte de una turista surcoreana por un soldado norcoreano y que supone para el régimen de Kim Jong-un buena partida de divisas.

No obstante, el Ministerio de Unificación surcoreano no se opone a la reunión sobre Kumgang, así como a la de las familias separadas, pero Corea del Sur pide crear «un nuevo orden» en la península coreana, basado en la construcción de la confianza, en el marco del último acercamiento con el Norte para resolver cuestiones pendientes desde hace años. Ahora sólo falta determinar las fechas sin condiciones previas subrayando con ello la buena predisposición para lograr rebajar la tensión de los últimos meses.»Las dos Coreas albergan un alto nivel de desconfianza. De alguna manera podemos decir que no hay confianza, pero paradójicamente creo que es el momento adecuado para tomar la iniciativa y establecer un nuevo orden basado en la confianza», puntualizó el ministro de Unificación de Corea del Sur, Ryoo Kihl-jae.

Y una prueba del interés surcoreano en ese entendimiento con Corea del Norte ha sido la autorización por Corea del Sur a cuatro ciudadanos norcoreanos para que participen en un evento patrocinado por la ONUen la ciudad surcoreana de Gwangju (suroeste del país), lo que demuestra una inequívoca señal de Seúl por llegar a encontrar cauces definitivos de entendimiento y poner así punto final a una serie de años llenos de tensiones y conflictos entre las dos Coreas que no desea nadie.

No obstante, la advertencia indirecta lanzada por las autoridades norcoreanas, recogidas por Rodong, en el sentido de que depender de poderes extranjeros mientras se busca el diálogo tendrá efectos negativos ha sido interpretada por Seúl como una forma de protesta y queja de Pyongyang por las actuales maniobras militares conjuntas que realizan EEUU y Corea del Sur, pero que no deben entorpecer estos movimientos actuales de acercamiento.

Pese a esta coincidencia de los ejercicios militares anuales -que Pyongyang siempre ha considerado como un ensayo para la invasión de su territorio- con el desbloqueo de Kaesong y al parecer la “buena sintonía” del régimen comunista, está muy lejos, prácticamente imposible que estadounidenses y surcoreanos vayan a invadir Corea del Norte, incluso si se mantuviera este precoz optimismo y se lograra la confianza que no ha existido prácticamente nunca entre ambos países es posible que los futuros ejercicios militares tuvieran otra orientación e incluso hasta una suspensión provisional. La confianza da soluciones y progresos.

El cierre de Kaesong ha supuesto desde el 8 de abril unas pérdidas de unos 900 millones de dólares a las 123 empresas surcoreanas, mientras el régimen norcoreano ha dejado de percibir varios millones de dólares al no recibir el salario los 54.000 norcoreanos que trabajan en el complejo industrial.

Pero entre los importantes acuerdos para la reapertura de Kaesong, ubicado en la parte sureste de Corea del Norte, inaugurado en 2004 como un proyecto de cooperación económica entre las dos Corea, radica que no se volverá a cerrar de forma unilateral y el posible establecimiento de una serie de indemnizaciones a las empresas afectadas por la larga clausura. De hecho, ya los empresarios surcoreanos están revisando las instalaciones en el complejo industrial de Kaesong para su inminente reapertura.

La ONU ha visto en esta ocasión un buen momento para el entendimiento entre las dos Coreas, de ahí que su secretario general, Ban Ki-moon, (de nacionalidad surcoreana) se haya congratulado del acuerdo y se muestra optimista sobre una inminente colaboración entre Seúl y Pyongyang, pese a que aún espera la resolución final de lo que dictaminarán los expertos de Naciones Unidas sobre las armas cubanas en un buque norcoreano, pero, en definitiva, instó a la dos partes a apostar por el diálogo y la cooperación, a lo que nunca Corea del Sur se ha opuesto.

By Santiago Castillo, periodista y escritor, experto en asuntos del Nordeste asiático

 

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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5 Respuestas

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