El presidente chino viaja a Seúl antes que a Pyongyang y enfada a Kim Jong-un
Madrid. El presidente de China, Xi Jinping, realiza una visita a Corea del Sur esta semana y provoca un cataclismo político al no viajar antes a Corea del Norte, cuyo líder, Kim Jong-un, ha querido mostrar su protagonismo y enfado con el lanzamiento de varios misiles de corto alcance y balísticos para resaltar su “poderío militar” destinado a llamar la atención de la comunidad internacional.
El lanzamiento de misiles se produjo después de que Corea del Norte disparase el pasado día 26 de junio tres proyectiles de corto alcance hacia el mar del Este (mar de Japón) y supone el onceavo lanzamiento norcoreano de misiles de corto alcance y el cuarto lanzamiento de misiles balísticos en el presente año.
Xi estará en Corea del Sur el 3 y 4 de julio donde mantendrá conversaciones con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, cuyos temas centrales serán impulsar las relaciones bilaterales y sobre todo enfocar de forma definitiva el armamento nuclear de Corea del Norte, una visita que supone que por primera vez en más de dos décadas en que un presidente chino visite Corea del Sur antes que Corea del Norte, firme aliado de Pekín, aunque Xi visitó Pyongyang cuando era vicepresidente del “gigante asiático”.
Tal vez esté más molesto Xi Jinping con Kim Jong-un que éste con el jefe del Estado chino, quien constantemente reprocha al joven líder norcoreano sus “juegos nucleares” y la grave crisis económica del país que está haciendo mucho daño a sus 24 millones de ciudadanos, de los que al menos seis pasan hambruna y no sólo China sino toda la comunidad internacional no entienden cómo sigue el régimen norcoreano invirtiendo en sus pruebas nucleares con la grave situación económica en Corea del Norte.
De hecho, Kim Jong-un aún no ha sido invitado a Pekín desde que tomara posesión de su cargo en 2011 tras la repentina muerte de su padre, Kim Jong-il, en diciembre de ese año, quien se vio con el entonces presidente chino, Hu Jintao, pocos meses antes de su fallecimiento, mientras la presidenta Park se ha reunido con Xi en cuatro ocasiones desde que asumiera su cargo en febrero de 2013.
Todo ello demuestra el interés de chinos y surcoreanos por poner fin al desarrollo nuclear norcoreano. China es el país que más puede influir en Corea del Norte para que el régimen de Kim Jong-un desista de seguir amenazando al mundo con sus pruebas y ensayos nucleares y es al mismo tiempo su principal valedor económico, pero Pekín también es un importante socio comercial de Corea del Sur.
Corea del Norte no puede seguir con su actual política-económica dado que cada vez el país va a peor, incluso, según fuentes de la Oficina Comercial surcoreana Kotra, en los cinco primeros meses del presente año no ha habido exportaciones chinas de crudo a Pyongyang, lo que evidencia el termómetro de las relaciones entre los dos países.
No olvidemos que China proporciona anualmente a Corea del Norte, entre otras ayudas, arroz y carbón, es decir, al menos unas 300.000 toneladas de productos alimenticios y le facilita el 90 por ciento del combustible que consume el país, pero claro mientras no haya reformas internas, cuya renta “per cápita” está en torno a los 1.200 dólares, en comparación con Corea del Sur, que ronda en unos 28.000 dólares, y siga desarrollando su capacidad nuclear, el país puede entrar en un callejón sin salida, donde en unos años el régimen tendría problemas para sobrevivir.
Pero el dilema de China es que siempre se ha mostrado reacia a apoyar las sanciones contra Corea del Norte por temor a que presionar al régimen puede provocar un colapso y dañar sus propios interese nacionales, pero el “intríngulis” de Pekín es que también sabe que mantener en las actuales circunstancias a Kim Jong-un cuando un día si y otro también está creando incomodidad y al mismo tiempo los norcoreanos viviendo cada vez peor, es un riesgo que el tiempo determinará, cuya economía este año ha crecido a un ritmo más lento, cuyos efectos son notorios en todo el país.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, dirigió los ensayos de misiles teledirigidos y proyectiles que Pyongyang hizo la semana pasada, una nueva demostración de imagen para su pueblo, que sigue viviendo en un estado de guerra permanente, luego se vanagloria de que juzgará a dos de los tres estadounidenses detenidos en Corea del Norte, acusados de cometer delitos contra el Estado, que reafirma el desarrollo de armas nucleares como estrategia para disuadir a sus enemigos.
Todo una contradicción cuando poco antes de la llegada de Xi Jinping a Seúl, el régimen norcoreano ha propuesto a Corea del Sur cesar todas las «hostilidades militares» y ataques verbales entre ambos Gobiernos a partir de las 00.00 horas del 4 de julio, fecha en la que ya ha concluido Xi su visita surcoreana, pero no olvidemos que las dos Coreas se encuentran técnicamente enfrentadas desde la Guerra de Corea (1950-53), terminó con un armisticio que nunca se ha sustituido por un tratado de paz definitivo.
Lo que está claro que Xi Jinping y Park Geun-hye también tratarán la reanudación de las conversaciones a seis bandas (China, Japón, Rusia, EEUU y las dos Coreas) para la desnuclearización de Corea del Norte.
Santiago Castillo, periodista, escritor, director de AsiaNortheast y experto en la zona
3 Respuestas
[…] La reciente visita del presidente chino, Xi Jinping, la semana pasada, a Corea del Sur ha reforzado los vínculos entre los dos países y a la vez ha […]
[…] es clave en el mundo actual y no desea que la política de Corea del Norte le incomode cuando Pyongyang lanza misiles balísticos de corto alcance que luego caen en el mar del Este (mar de Japón) o […]
[…] en la Corte Penal Internacional (CPI) han saltado las alarmas en Pyongyang y el régimen de Kim Jong-un amenaza en realizar una nueva prueba nuclear en caso de que al final el plenario de las Naciones […]