Kim Jong-un podría intervenir en la ONU y volver a citarse con Donald Trump

Consejo de Seguridad de la ONU
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Madrid. Todo va tan rápido en la península coreana que los propios acontecimientos políticos se suceden vertiginosamente en medio de una calma y sosiego que no se veían en la zona desde hacía muchos años y ahora para rematar la “faena” diplomática de Kim Jong-un se habla de una segunda cumbre con Donald Trump durante una previsible e histórica intervención del líder norcoreano en la Asamblea General de la ONU en septiembre próximo.

Donald Trump ha encontrado en Kim Jong-un a su mejor aliado, sobre todo cuando su política exterior está llena de altibajos con todo tipo de despropósitos y creando multitud de problemas, bien en su guerra comercial con China y la Unión Europea o “acosando” a los países de la OTAN para que incrementen sus presupuestos de defensa, pero el presidente estadounidense no descarta una nueva cita con el líder norcoreano que le compense en sus malas relaciones dentro de la comunidad internacional.

La visita que hace esta semana (la tercera) a Pyongyang el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, es una muestra más de apuntalar los logros de la cumbre de Kim y Trump y analizar otros escenarios como la posible intervención del líder norcoreano en la Asamblea General de la ONU en septiembre próximo.

Una actitud diplomática por parte de Pompeo más propensa hacia el entendimiento a Pyongyang en contraste con una línea más “dura” del asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, que siempre  fue más escéptico sobre la celebración de la cumbre entre los dos países.

No obstante, pese al optimismo reinante en la nueva política norcoreana y a distintas informaciones vertidas desde Estados Unidos sobre que Corea del Norte no pretende entregar todo su arsenal nuclear y a la vez estudia formas de ocultar el número de armas que posee no tiene sentido mermar todas las posibilidades posibles en aras de construir una nueva realidad en la región que nunca antes se había dado.

Corea del Norte entregue o no su total arsenal atómico sabe que ha dado un paso “monumental” para una nueva etapa no solo para el país sino para toda la región, incluso sabiendo que dar marcha atrás en su concepción del uso nuclear para salvar al régimen está lejos de la realidad ahora mismo, cuyas autoridades lo que desean es el levantamiento de las sanciones y septiembre puede ser el comienzo de un nuevo periodo histórico para los norcoreanos.

Ocultar o no el número de armas que pueda tener Corea del Norte es un aforismo que no conduce a nada, pues suponiendo que fuera de esta forma Pyongyang no está en la labor de llevar a cabo ni pruebas nucleares ni tampoco fortalecer su desarrollo nuclear cuando sabe que la salvaguardia del régimen no la tiene asegurada con su programa nuclear.

Kim Jong-un ha sorprendido a toda la comunidad internacional, además ha dejado perplejos a sus propios “enemigos”, al margen de los miles de problemas internos que tiene que solventar, pero es evidente que este cambio de estrategia diplomática por parte del líder norcoreano le traerá mejores resultados que desafiando al mundo con lanzamientos de misiles.

De momento, mientras el presidente de EEUU, Donald Trump, se vanagloria de que si no fuera por él, su país estaría ahora «en guerra» con Corea del Norte, Kim Jong-un sigue desarrollando su estrategia diplomática con resultados que a la larga serán determinantes y encaminados al levantamientos de las sanciones, de ahí que septiembre pueda marcar un comienzo novedoso para el país.

Eso sí, todo radica también en saber cómo llevar a cabo un desmantelamiento completo del programa nuclear que al menos podría tardarse unos diez años y con un coste en torno a los 20.000 millones de dólares, coste que obviamente no va a pagar Corea del Norte.

Las dos Coreas siguen en plena armonía de entendimiento, una luna de miel que nadie esperaba, la cual está sirviendo para analizar los graves problemas de deforestación que ha sufrido Corea del Norte o también para normalizar la comunicación entre sus navíos de guerra como parte de los acuerdos para facilitar el acercamiento y la desnuclearización de la península, entre otros muchos asuntos.

Al mismo tiempo, el buen clima reinante ha servido para que un alto cargo de Corea del Norte haya visitado Pekín con el objetivo de estrechar la cooperación bilateral económica, dos semanas después del viaje a China del líder norcoreano, Kim Jong-un.

Además, las dos Coreas preparan las listas de personas que desean ver a familiares con vistas a las inminentes reuniones de familias separadas por la guerra que ambos países han acordado celebrar en agosto, así como la suspensión de las maniobras militares entre EEUU y Corea del Sur, para facilitar la desnuclearización de la península coreana, forman parte de una realidad que no se vivía entre ambas partes desde 1948.

Kim Jong-un ha estrechado sus relaciones con China, ahora lo está haciendo con EEUU y pronto se verá con Vladímir Putin, quien se citará el 16 de julio en Helsinki con Donald Trump y con toda seguridad el tema de la desnuclearización de la península coreana será otro de los muchos asuntos que analizarán y todo ello a causa del cambio de la política efectuada por Pyongyang.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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