Japón pierde fuelle, la maquinaria económica no engrasa

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Madrid. La anemia económica persiste en el país del Lejano Oriente, siempre que no lo comparemos por ejemplo con lo que ocurre en España, que es de cuidados intensivos. Inmerso en políticas de estímulos monetarios desde mediados de la década de 1990, y más recientemente aderezado de planes expansivos, la economía japonesa no acaba de provocar el «sorpasso» definitivo que le aleje de su endémica deflación.

Yen, moneda oficial de Japón

Yen, moneda oficial de Japón

No basta solo con imprimir dinero y aumentar exponencialmente la masa monetaria, circunstancia que en buena medida solo beneficia al sector financiero y los más pudientes, sino de estimular la economía más realista, la de andar más por casa, por decirlo de alguna manera, la que sirva para una mejor y más racional redistribución de la riqueza.

Los últimos datos del PIB nipón apuntan a un débil crecimiento económico, un 1 por ciento interanual en el último trimestre del pasado año frente a la previsión de los factótum nipones  de crecimiento del 2,8 por ciento. Y el consumo privado, que compone más de la mitad de la economía nipona, avanzó un 0,5 por ciento intertrimestral, muy por debajo de lo esperado por los analistas sí tenemos en cuenta que el 1 de abril de este año entra en vigor una subida del impuesto sobre el consumo, del 5 al 8 por ciento y eso hubiera tenido que animar a los japoneses a gastar hasta finales de marzo, sobre todo automóviles.

El primer ministros nipón, Shinzo Abe, no ha tardado en salir a la palestra para espantar todos los malos augurios que teme el ciudadano japonés medio, y recuerda con insistencia que las cifras ofrecidas hasta ahora del PIB  son de carácter preliminar y que están sujetas a revisiones más profundas que en el resto de economías avanzadas.

Abe se comprometió cuando accedió al poder en diciembre de 2012 a sacar al país del alergatamiento económico que sufría desde hace dos décadas por lo menos con un programa innovador, conocido como abenomics, que apuesta por una flexibilización cuanto mayor mejor, un incremento del gasto público y una batería de reformas estructurales, a pesar de que siempre ha tenido un tasa de desempleo manejable.

Esta nueva ralentizacion en el crecimiento concede de nuevo bríos al banco de Japón (BoJ) a que impulse, uno más, un programa de estímulo monetario para intenta establecer una tasa de inflación sostenida en el tiempo en torno al 2 por ciento y que aleje el fantasma deflacionista, casi uno mas en la familia tipo del país.

Javier Arrolamendi, colaborador de asianortheast.com

 

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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4 Respuestas

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  2. 3 mayo, 2014

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  3. 30 noviembre, 2014

    […] de diciembre el primer ministro nipón desea mantener su apoyo a su plan económico conocido como “Abenomics”, sin olvidar otros dos aspectos claves en la recuperación económica del país como son el gasto […]

  4. 18 diciembre, 2014

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