Hong Kong, una gran prueba política para China

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Madrid. China asume con la crisis de Hong Kong su mayor desafío político desde los sucesos de la Plaza de Tiananmen en junio de 1989, ahora los estudiantes de la isla, colonizada por el Reino Unido hasta 1997, fecha en la que la recuperó el “gigante asiático”, piden a Pekín que deje de elegir por sufragio universal a sus gobernantes para 2017, tal como lo recoge el compromiso de autogobierno durante 50 años, que supondría un buen ensayo de libre democracia de cara a futuros retos políticos para la segunda mayor economía del mundo.

Pese a que el gobernador de Hong Kong, Leung Chung-ying, ya ha advertido que no cederá en lo que respeta a las elecciones, siguiendo la normativa de Pekín, está claro que las autoridades chinas calibran todos los mecanismos posibles para evitar un contagio democrático más allá de Hong Kong, pero lo que también está claro que Pekín sabe que esta nueva situación política en la isla no se le puede ir de las manos dando una mala imagen y sobre todo cuando la ex colonia británica es el segundo centro financiero más importante de Asia, de ahí que sea difícil que los manifestantes puedan ser dispersados por la fuerza.

Tal vez el cansancio de los manifestantes y las dudas de una intervención a la fuerza por parte de Pekín contribuyan a acercar posturas, sobre todo cuando en 2003 y 2004 hubo miles de personas que se manifestaron por las calles para pedir mayor grado de democracia y reformas en la Región Administrativa Especial de China, y entonces las autoridades chinas fueron más flexible, según analistas en asuntos chinos.

Ahora con la situación en la antigua ex colonia británica donde los manifestantes se preparan para una acción a largo plazo, mientras el Gobierno chino se debate cómo responder ante el desafío democrático hace presagiar que no será un acontecimiento como el habido en Tiananmen y más cuando la imagen del “gigante asiático” caería por los suelos. La posibilidad de que el Gobierno chino saque al Ejército es muy reducida.

Los manifestantes exigen, además de la dimisión de Leung Chung-ying, poder elegir al gobernador local en unas elecciones por sufragio universal y candidatos libres en 2017, sin embargo, China promueve un sistema electoral con candidaturas restringidas y controladas, que va contra lo establecido de un “país dos sistemas” cuando la isla fue devuelta a China.

El Gobierno chino no esperaba una realidad como la que se está viviendo ni una reacción tan grande, incluso ya en 2004 cuando Pekín aprueba cambios en las reglas electorales de Hong Kong provoca las primeras protestas en la calle con la imposición de nuevas reglas políticas, un “país dos sistemas”, esa fue la fórmula que adoptó entonces Deng Xiaoping para recuperar la isla en 1997, una fórmula inteligente que ahora no se cumple y que siembra dudas por ejemplo a la población de Taiwán para reincorporarse a una “gran china” como es el deseo del actual presidente chino, Xi Jinping.

Taiwán no sólo ha expresado su apoyo a los objetivos democratizadores de Hong Kong, sino que con la situación actual en la antigua isla británica surge el temor y la desconfianza de los taiwaneses para que se les respete su actual estatus de democracia en una eventual integración de todo el país.

Hong Kong tiene un estatuto autónomo especial hasta 2047 y cumplirlo es también una buena dosis de confianza para Taiwán, la otra isla que desea recuperar el presidente Xi Jinping para lograr una “gran china” bajo la fórmula de Deng Xiaoping cuando recuperó la ex colonia británica de “un país dos sistemas”.

El presidente de Taiwán,  Ma Ying-Jeou, ha rechazado la formula de la antigua isla británica, lo que será un nuevo quebradero de cabeza para unificar la “gran china”, y ahora con los acontecimientos en Hong Kong habrá que ver qué fórmula puede encajar en el complejo tablero chino, el cual tendrá que afrontar en un futuro inminente posibles conatos de movimientos predemocráticos en Macao, la otra isla portuguesa devuelta a China en 1999, cuyos ciudadanos quieren elegir a sus su máximo líder en 2019 por sufragio universal.

Cada vez son más los expertos que consideran que utilizar esta posible elección libre de los candidatos a presidir el futuro gobierno hongkonés (cuya población ronda los 7.200.000 habitantes) serviría como un gran ensayo para China, que aún sigue inmerso en muchas reformas de tipo político y económico.

Hong Kong es la imagen viva de una transformación total, su metrópoli debería convertirse en un auténtico laboratorio político para China, un país que no para de crecer y que sabe que su desarrollo es imparable donde cada vez tendrá más dificultades para controlarlo todo. Ni siquiera en esta crisis de Hong Kong pese a realizar un bloqueo en las redes sociales, entre ellas Weibo, el equivalente chino de Twiter, ya que de los siete millones de ciudadanos de la isla al menos cinco están usando Firechat, un servicio que permite comunicarse a través de Bluetooh sin Internet, el cual se ha convertido en una biblioteca virtual mundial que cada vez es más difícil de controlar.

China superará a Estados Unidos como primera economía mundial, aunque todo indicaba que sería en 2019, pero el “gigante asiático” va camino de ser el “rey del siglo XXI”, destronando a EEUU que lidera ese puesto desde 1872 cuando superó al Reino Unido.

Todo el mundo hace negocios con China, es la gran tenedora de la deuda occidental, pero aún así, las protestas en Hong Kong es un claro aviso a Pekín que no desea meterse en líos que den mala imagen del “gigante asiático” en el exterior.

Los negocios son los negocios y nadie desea enfrentarse a China ya no sólo por la situación en la isla sino más bien porque los intereses económicos y el respeto a la soberanía están por encima de cualquier otro reto que Estados Unidos o el Reino Unido puedan pedir a Pekín, aunque todo ello no significa que no se tenga en cuenta la importante situación que se vive en Hong Kong, que insisto puede ser un buen laboratorio político para China, un país que no para de crecer y que tendrá políticamente que hacer reformas.

 Santiago Castillo, periodista, escritor, director de Asianortheast y experto en la zona

 

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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3 Respuestas

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