Donald Trump y Toyota: ¿Hasta qué punto es real la amenaza?

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Madrid. Hace tan solo unos pocos días que Donald Trump ha oficiado su entrada en la Casa Blanca, no exenta de polémica. Uno de los motivos ha sido las palabras que el magnate le ha dedicado a varias y conocidas empresas del motor, como Ford, BMW o Toyota. A todas ellas les dirigió el mismo mensaje: o dejan de construir en México y trasladan la planta a Estados Unidos, o deberán pagar un arancel extraordinario.

Ford fue la que más ha seguido las palabras del ahora presidente, pero Toyota y BMW han respondido con sendos mensajes en sus Twitter oficiales. Ellos ya fabrican en Estados Unidos y cuentan con una cifra considerable de personal contratado en el citado país. Además, las relaciones con México siempre han sido fructíferas y piensan proseguir por esta vía. Toyota, por su parte, sigue adelante con los planes de fabricación de la planta en Guanajuato, pero el nuevo modelo de Corolla sigue adelante y se comercializará igualmente en los Estados Unidos de América.

Así lo define Enrique Centeno-Fragoso, responsable de Comunicación y Asuntos Corporativos de Toyota en España: «Toyota lleva operando en territorio estadounidense casi 60 años. Los volúmenes de fabricación en este país no van a verse afectados ni reducidos por la apertura de la nueva factoría en México”.

Optimistas se han mostrado también los presidentes de Ford, Fiat Chrysler y General Motors tras haberse reunido con Trump. «Estamos muy animados por el presidente y las políticas que está adelantando. Me gustaría destacar la decisión del presidente de retirarse del TPP», señaló Mark Fields, presidente de Ford.

El TTP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) al que hace referencia Fields fue una de las grandes apuestas económicas del gobierno de Barack Obama. Trump prometió durante la campaña electoral que sacaría a Estados Unidos del mismo y así lo ha llevado a cabo tan solo unos pocos días después de llegar al poder. Lo que para algunos, como el senador John McCain, ha sido una medida errónea; para otros, como los demócratas Bernie Sanders y la propia Hilary Clinton, ha resultado en la vía correcta para facilitar la creación de empleo para los trabajadores estadounidenses.

Sin embargo, el primer ministro de Japón, Shinzô Abe, junto a otros de los países firmantes del TPP, aún están seguros de poder sacarlo adelante. Mientras que Australia y Nueva Zelanda colocan sus miras en China, el país nipón todavía espera poder hacer recapacitar a Trump. Lo que Japón pretende evitar a toda costa es que su principal rival económico en la región, China, se lleve la mayor parte del TPP.

¿Cómo afectaría esto al mercado automovilístico nipón, entre ellos Toyota? Parece que aún es pronto para sacar conclusiones. Aunque la cotización en bolsa de Toyota bajase hasta un 3,26%  el viernes siguiente a la retirada de EEUU del TPP, Enrique Centeno se muestra tranquilo: «No prevemos ninguna modificación en los planes estratégicos de Toyota a nivel global en ninguna de las regiones en las que operamos. Nuestros planes industriales no se van a ver modificados, mantendremos las inversiones previstas tanto en México como también en EEUU.»

¿Por qué saltó la alarma, entonces? Todas estas medidas adoptadas por Trump se hallan dentro de su política proteccionista: todo para los estadounidenses y por estadounidenses. Fue algo que ya venía prometiendo desde su programa electoral, el cual se está apresurando en cumplir.

En medio de este panorama, la industria automovilística nipona o alemana no lo tiene aparentemente fácil. Por ahora, las relaciones se han tensado al menos en algunos vértices y compañías como BMW han respondido a los mensajes del presidente: «Somos un exportador neto en Estados Unidos, donde producimos y exportamos más autos que los que vendemos en el país, lo que es bueno para la economía», dijo el portavoz de BMW en Múnich.

¿Por qué la fijación de Trump en el mercado automotriz? Sencillamente, porque siempre ha sido una de las grandes virtudes de Estados Unidos dentro del mercado internacional, una marca de la casa. Dentro de su eslogan «Hacer América grande otra vez«, el magnate busca volver a obtener la gloria que alguna vez poseyera la industria dentro y fuera del país. O al menos, ese es el mensaje, puesto que durante la administración de Obama el empleo dentro del sector se vio aumentado hasta un 35%, según datos del propio gobierno.

Por ahora, a pesar de lo tumultuosa que está resultando la administración Trump en sus primeros días, el mercado automotriz de dentro y de fuera de Estados Unidos se sigue mostrando optimista. «Confiamos en que no haya un impacto negativo en nuestras ventas en el mercado de EEUU, donde Toyota es una marca muy reconocida, consolidada y valorada por los ciudadanos, con una cuota de mercado estable superior al 12%. (…) Es difícil prever los acontecimientos futuros, pero nuestra intención es seguir manteniendo nuestra presencia en EEUU y unas relaciones cordiales con el gobierno de este país, tal como hemos venido haciendo hasta la fecha.«, nos dice finalmente Enrique Centeno.

Algunas cifras relevantes aportadas por Enrique Centeno, responsable de Comunicación y Asuntos Corporativos de Toyota España, sobre las inversiones de la compañía nipona en EEUU y México:

  • En los últimos 30 años Toyota ha fabricado 25 millones de coches en los EEUU.
  • En 2015 Toyota exportó fuera de EEUU a 40 países más de 160.000 vehículos producidos allí  contribuyendo a las exportaciones nacionales.
  • La fábrica de Baja en México, suministra componentes a la fábrica de San Antonio (Tejas) donde se fabricaron más de 230.000 vehículos en 2016.

Ana Alonso Giménez

Licenciada en Historia (especialidad en antropología), directora de Fantasy Cloud S.L y colaboradora en varios blogs que versan sobre Japón

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