Corea del Norte abre otro frente con la muerte del estudiante estadounidense Otto Warmbier
El fallecimiento del estudiante estadounidense Otto Warmbier, de 22 años, que estuvo preso en Corea del Norte durante más de un año y fue entregado la semana pasada en estado de coma a su familia, abre otro frente al régimen norcoreano al ser acusado de las lesiones neurológicas que Warmbier padecía a consecuencia de un paro cardio-respiratorio, que habría sufrido durante su internamiento en el país.
Otto Warmbier fue detenido en enero de 2016 por haber intentado robar una afiche (cartel) de propaganda, mientras se encontraba en Corea del Norte en el marco de un viaje organizado que al final la Corte Suprema de Justicia norcoreana lo condenó a 15 años de trabajos forzados, en un juicio que duró menos de una hora, en marzo de 2016, pero poco después el estudiante cayó en coma por causas aún desconocidas, aunque las autoridades norcoreanas señalaron que el joven estudiante padecía botulismo, los médicos estadounidenses no encontraron rastros de esa enfermedad. La tensión en la península coreana siempre se ve rodeada de incidentes nuevos, cada día aparece algo que origina más protagonismo, de hecho el presidente surcoreano, Moon Jae-in, consideró «lamentable» la muerte de Warmbier, mientras Donald Trump, acusó a Pyongyang de no tener «decencia humana básica». De momento, la primera consecuencia de este grave incidente ha sido la determinación de la agencia turística que contrató el viaje a Corea del Norte del estudiante Otto Warmbier, que ha decidido no organizar más viajes para ciudadanos de EEUU al país de Kim Jong-un.