El Congreso del Partido de los Trabajadores diseña la estrategia de Corea del Norte (y II)

Monumento del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte
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Pyongyang tiene que fijarse tanto en lo que ha pasado en Vietnam como en lo que ha sucedido en China desde el punto de vista económico y así podrían darse más consumo, más mercados y sobre todo paulatinos cambios de tipo económico y en especial en Cuba, cuyo país está a punto de establecer relaciones diplomáticas con Corea del Sur y no sería una buena noticia para el régimen norcoreano.

Precisamente, las cámaras de comercio de Corea del Sur y Cuba firmaron esta semana un acuerdo para sentar las bases de la cooperación económica bilateral, lo que supone un avance para la normalización de las relaciones entre estos dos países que no mantienen lazos bilaterales y es bueno recordar que en los exitosos Juegos Olímpicos de Seúl-88, la mayor participación olímpica hasta entonces (159 países), La Habana se solidarizó con Corea del Norte y no participó en ese importante evento deportivo que supuso el comienzo del reconocimiento de Seúl por parte de los países de la Europa del Este.

El Congreso del PT ha fortalecido el liderazgo del joven Kim Jong-un, pero sólo interiormente, y al menos la nueva estrategia de cinco años para el crecimiento económico del país puede ser un buen principio si las autoridades norcoreanas deciden cambiar su sistema productivo.

La importante necesidad de mejorar los medios de vida de los norcoreanos y resolver la cuestión de la escasez de energía eléctrica, así como impulsar la moribunda economía del país, que vive las duras sanciones de las Naciones Unidas por su cuarta prueba nuclear y el lanzamiento de un misil de largo alcance, obligan al régimen –para evitar males mayores– un plan quinquenal de cinco años para el desarrollo económico estatal de 2016 al 2020.

En definitiva, un congreso que fortalece el liderazgo del joven Kim, más moderno con corbata, más a lo occidental, que ha ratificado que el programa nuclear es imprescindible para la supervivencia del país, y que ha querido mostrar a los 24 millones de norcoreanos el éxito de sus últimas pruebas nucleares, pero un congreso que debe servir al régimen que con su programa nuclear (ahora con el Byong-jin) no puede salir de su aislamiento y a la vez puede tambalearse el régimen si no aplica importantes medidas económicas, aunque todo hace indicar que por ahora habrá continuismo en el tema nuclear y veremos qué pasa en el asunto económico, tampoco con grandes cambios, pero lo más notable ha sido reforzar la figura de Kim, de 33 años, que fue al mismo tiempo nombrado presidente del Partido de los Trabajadores de Corea (PTC), lo que supone una medida destinada a reforzar su fuerte control del poder.

Pero el Congreso del PT también ha servido para que Corea del Norte vea lo que hace China, que no envió a ningún representante y el mismo canciller chino no quiso pronunciarse sobre la histórica cita del Partido de los Trabajadores, aunque eso sí, el Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) felicitó a su homólogo norcoreano, el Partido de los Trabajadores de Corea (PTC).

No obstante, más de 65 años después Pekín sigue siendo un importante socio económico para Pyongyang y su principal fuente de ayuda humanitaria, aunque las pruebas nucleares de Corea del Norte, a las que se ha opuesto China junto al resto de la comunidad internacional, han distanciado a los dos tradicionales aliados.

China, sin embargo, a través de su presidente, Xi Jinping, ha asegurado que su país “no permitirá el deterioro de la seguridad de la península coreana”, tras las últimas pruebas nucleares efectuadas por Corea del Norte y volvió a reiterar la importancia de regresar a las conversaciones a seis bandas.

En suma, las duras sanciones impuestas por la ONU a Corea del Norte evitó la presencia de personalidades extranjeras, cuyo congreso fue cubierto por 130 periodistas extranjeros desplazados a la capital norcoreana, aunque en la última jornada fue expulsado el corresponsal de la BBC, Rupert Wingfield-Hayes, previamente detenido cuando iba a abandonar Pyongyang, dado que sus textos fueron considerados “irrespetuosos para el país”.

Los periodistas extranjeros han estado controlados en estos días en los actos del PT pero aun así pese a visitas guiadas seleccionadas para ver lo que interesa al régimen o en distintos actos donde ver a personas felices para dar una imagen de normalidad, siempre es posible captar la profunda realidad del país más hermético del mundo, donde el tiempo juega en su contra si tímidamente no empieza a realizar cambios.

La apertura real que se produzca en el país será la obligada por las circunstancias, el país no puede seguir cerrado “a cal y canto” como lo viene haciendo desde siempre, además el férreo control que hace el régimen sobre su ciudadanía puede quebrarse en algún momento, que desconoce lo que ocurre fuera de sus fronteras, en especial en Corea del Sur y China.

La estricta vigilancia a sus ciudadanos y el extremado culto a la personalidad de su líder siguen reñidas para mejorar el nivel de vida de los norcoreanos, que no tienen acceso a Internet.

Y como referencia en el sexto congreso del PT, celebrado en 1980, asistieron un total de 177 delegados de 118 países, incluidos China y Rusia.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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