La ciudad surcoreana de Busan, lista para ser elegida sede de la Expo Mundial 2030
Madrid. Todo un país se vuelca por empujar la candidatura de Busan, la segunda ciudad de Corea del Sur, para acoger la Expo Mundial 2030, un objetivo unánime sin grieta alguna en la ciudadanía surcoreana, que ve en este acontecimiento una nueva referencia para consolidar la cada vez más importancia de este país asiático en el escenario mundial. Ya queda menos. El próximo 28 de noviembre, en París, se designará la ciudad que albergará un evento en el que Corea del Sur, ya curtido en distintos acontecimientos, aprovechará para demostrar por qué es uno de los rincones mundiales con una tecnología de las más innovadoras del mundo y muy capacitada para afrontar los retos de la humanidad.
Los Estados miembros de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE, según sus siglas en francés), el organismo encargado de supervisar la Expo Mundial, elegirán a la ciudad anfitriona –entre Busan, Riad y Roma-. La designación como sede servirá a Corea del Sur en su posicionamiento en la carrera tecnológica por dominar la industria de los chips, dado que el país hará importantes inversiones en su transformación que repercutirán en todo el mundo, una oportunidad real para afianzarse como una de las naciones más prósperas y firmes de este mundo global.
Al final, Riad, la capital de Arabia Saudí, y Busan, además de Roma, la capital de Italia, son las tres ciudades que competirán para convertirse en la sede oficial de una Expo en la que la segundad ciudad surcoreana parte como favorita, al menos mediáticamente, por su infraestructura actual, la de un país modernizado a escala social, al margen de su enorme riqueza industrial. Es favorita para imponerse a Riad, cuyo lema «Era del cambio: llevar al mundo a un mañana brillante», ha tenido mediáticamente menos repercusión, aunque cuenta, eso sí, con un enorme poderío económico, y en tercer lugar parte Roma, detrás de las dos ciudades mencionadas.
Busan viene ejerciendo una estrategia eficaz para alcanzar su objetivo de ser la sede oficial de la Expo Mundial 2030. En la reciente cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), celebrada en San Francisco (EEUU), el ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Park Jin, buscó el apoyo a la candidatura de Busan en un último esfuerzo diplomático y aludió a que la designación de la segunda ciudad surcoreana serviría como un lugar ideal para celebrar discusiones sobre el cambio climático, la brecha digital, la desigualdad y otros desafíos global. Unas declaraciones que obviamente no pasan desapercibidas en un momento crucial de crisis global.
Al mismo tiempo, Soyeon, Winter y Liz, integrantes de los grupos femeninos de K-pop (G)I-dle, aespa y IVE, respectivamente, han publicado ‘Nobody’, un sencillo promocional de la candidatura de Busan para albergar la Expo, la cual se prepara para poder recibir a los 35 millones de asistentes de una exposición universal que se llevará a cabo en 2030 a lo largo de seis meses.
Busan ofrece una seguridad contrastada, dado que el país ya ejerció de anfitrión en acontecimientos notables que la han elevado a ser considerada. De esta forma, Busan, bajo el lema «Transformando nuestro mundo, navegando hacia un futuro mejor», se ve ampliamente arropada como una candidatura seria que despierta el interés global al ser un país experimentado, tras eventos internacionales como los Juegos Olímpicos de 1988, el Campeonato Mundial de Fútbol de 2002, los Juegos Asiáticos de ese mismo año o la cumbre de Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) de 2005 o también los JJOO de invierno de Pyeongchang de 2018. Una referencia nada baladí para el BIE en París.
Nadie discute que Corea del Sur está de moda. Su idiosincrasia global interesa a todos, su dinamismo social, cultural y tecnológico son muestras de un país que sabe que la designación de Busan como sede de la Expo Mundial le abrirá aún más las puertas a todos los campos posibles para convertir al país en una referencia mundial.
La segunda ciudad del país representa el símbolo del desarrollo surcoreano y futuro hogar de la primera urbanización flotante del mundo, un proyecto piloto en el que se prevé que residan 1.500 personas, de las que 300 formarán parte de un estudio para determinar si este tipo de ciudad es sostenible, en cuanto a energía o residuos que se generan, entre otros. Una idea que con esta Expo también contribuye a hacer frente al cambio climático y al aumento del nivel del mar.
Y sin olvidar que en esta ciudad portuaria se albergan proyectos ambiciosos donde se encuentran los taxis voladores, un sistema más conocido como Movilidad Aérea Urbana (UAM, por sus siglas en inglés), con los cuales buscan conectar esta metrópoli. Un medio eléctrico, automatizado y con capacidad de transportar a cuatro personas por vehículo. Una realidad de enorme progreso a la que hay que sumar el uso de trenes de alta velocidad que funcionan con hidrógeno, una iniciativa que, más allá de mejorar la movilidad, servirá para reducir la emisión de carbono.
Además de compañías como Daewoo o Hyundai, que apoyan a Busan, también tiene el importante apoyo de Samsung, que apuesta por el desarrollo de nuevas tecnologías y productos innovadores como herramientas para abordar estos retos. De hecho, recientemente en Madrid, el embajador de Corea del Sur en España, Bahk Sahnghoon, ha mostrado su apoyo a Busan con diversos actos, entre ellos el Samsung Store Experience en la multinacional del El Corte Inglés en la capital de España y que se pudo contemplar en la conocida Plaza de Callao, en una pantalla gigante exterior en la que se proyectaron imágenes y vídeos con la candidatura de Busan.
Y para rematar el apoyo a Busan, Corea del Sur llevará a cabo sus últimos esfuerzos para la candidatura del país a fin de acoger la Expo Mundial 2030 y así esta misma semana el presidente del país, Yoon Suk-yeol, viaja a París para apoyar la candidatura, tal como ya hizo previamente el primer ministro, Han Duck-soo, todo con el objetivo de dar más empuje a la campaña para que la ciudad surcoreana sea la designada. Una Expo que sucederá a la que se celebrará en Osaka (Japón) en 2025.
Corea del Sur espera que durante seis meses, entre el 1 de mayo y el 31 de octubre de 2030, la Expo Mundial de Busan sea la referencia de un nuevo concepto global, dado que el país acumula una amplia y variada experiencia con enormes eventos internacionales y con ventajas geográficas por su situación entre Eurasia y el Pacífico. Busan está lista y preparada.