Una odisea espacial india
Madrid. Durante las décadas de los 2000 y 2010 el gobierno indio adoptó una serie de iniciativas concernientes a su programa espacial, las cuales reflejaban tanto un entorno internacional de competencia por el dominio del espacio, como la creciente riqueza y capacidad tecnológica de la India.
Así, en 2013 enviaron un satélite de exploración a Marte, en 2017 obtuvieron el récord de mayor número de satélites posicionados en órbita en un solo despegue, y el pasado 22 de julio se inició su misión más ambiciosa hasta la fecha: transportar y aterrizar una sonda en el polo sur de la Luna.
El siguiente objetivo de la agencia espacial india es enviar a un humano al espacio entre diciembre de 2021 y enero de 2022, en la que será la primera misión tripulada de este país. Si logra alcanzar su objetivo, la India se convertirá en el cuatro país del mundo en mandar a un humano al espacio. Ahora bien, existe una gran división de opiniones con respecto a las posibilidades de éxito.
La cuestión menos clara del programa espacial indio es la de los viajes interplanetarios. Debido a la ausencia de fechas concretas para enviar misiones tripuladas a otros planetas, no parece que los planes para este tipo de misiones estén muy avanzados, existiendo así el riesgo de que el lanzamiento de 2021/2022 acabe siendo un mero show para que el primer ministro Modi se vanaglorie frente a sus seguidores, en vez del inicio de un programa de viajes tripulados a largo plazo.
Al mismo tiempo, hay mucha gente en la India que es muy crítica con respecto al programa espacial, y que a menudo se pregunta por qué el gobierno gasta grandes sumas de dinero en la exploración del espacio y no aborda problemas como la pobreza y la malnutrición generalizada que sufre el país.
La militarización del programa espacial indio
Otra de las iniciativas impulsadas por el gobierno indio se materializó el pasado 27 de marzo, cuando se llevó a cabo el primer ensayo de misiles antisatélite (ASAT) indio. Nueva Delhi ha sido históricamente cautelosa a la hora de posicionarse como una potencia agresiva, sin embargo, la prueba ASAT marcó un claro cambio en el programa espacial indio hacia una militarización progresiva del mismo.
La preocupación de que Pekín pudiera poner en peligro sus infraestructuras críticas llevó a Nueva Delhi a mostrar su propia capacidad de represalia como factor disuasorio. Tras la prueba, el gobierno ordenó la elaboración de un proyecto de doctrina espacial. Ello, junto con las recientes medidas adoptadas por China, Rusia y EEUU para crear fuerzas espaciales especializadas, podría derivar en la creación de una organización espacial militar india.
De hecho, Nueva Delhi realizará su primer ejercicio simulado de guerra espacial a finales de este mes, con el fin de contrarrestar las crecientes capacidades de China en este ámbito. La simulación ayudará a identificar las amenazas potenciales, el tipo de respuesta que la India puede adoptar con sus capacidades actuales, y también las áreas en las que deberá invertir para ampliar su capacidad de respuesta.
La comercialización del programa espacial indio
Al poseer el récord mundial de puesta de satélites en órbita, la India ha atraído la atención de múltiples empresas del ámbito de las telecomunicaciones deseosas de lanzar sus satélites a costes muy bajos, posicionándose así como el mejor país para el lanzamiento de satélites comerciales.
El enfoque de la India hacia la comercialización del espacio no es del todo nuevo, sino que deriva del plan del gobierno de hacer del espacio un motor económico y convertir a la India en la principal plataforma de lanzamiento de satélites del mundo. En este sentido, India ya ha tenido cierto éxito con el reciente lanzamiento de un satélite de navegación fabricado por un consorcio público-privado, pero quizá lo más interesante a largo plazo sea la empresa, Exceed Space, que construyó y lanzó con éxito su primer satélite, el ExseedSAT 1, en 2018.
Pero es en el lanzamiento de satélites grandes y pesados donde está el dinero. India ha lanzado varios de estos satélites con su Vehículo de Lanzamiento de Satélites Geo-sincrónicos (VLSG), pero hasta ahora sólo se ha utilizado para satélites nacionales. En los últimos meses, sin embargo, se han producido varias consultas con empresas estadounidenses y europeas para realizar lanzamientos a través del VLSG. Si la India puede empezar a llevar satélites pesados al espacio a bajo coste, podría monopolizar un mercado valorado en miles de millones de dólares.
¿Hacia un régimen del espacio ultraterrestre?
En los últimos años, se ha señalado que existen planes para extraer polvo lunar rico en Helio 3, para generar energía y transportarla de vuelta a la Tierra. Esto confirmaría que el futuro de la exploración espacial está en la minería de cuerpos celestes, y ello obligará a generar normas y reglas para la gestión de estas actividades.
Es probable que los temores de Nueva Delhi de quedar excluida del proceso de generación de estas normas la obliguen a adoptar medidas que amplíen sus capacidades de acción en el espacio, para garantizar así tener un asiento en la mesa de negociación de las normas de gestión del mismo. Todo esto demuestra que la India ha experimentado un cambio en su cultura estratégica. Su cambiante política espacial sugiere que está bastante dispuesta a atender sus intereses de seguridad, y a proyectarse como una potencia tecnológica en un club de Estados muy exclusivo.