Taiwán vence al coronavirus fuera de la OMS con métodos eficaces

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Madrid. La República de China (Taiwán) se ha convertido en una máxima referencia en la lucha contra el coronavirus al lograr contener la propagación de la pandemia con la estrategia de formar un equipo de informáticos para rastrear contagios y dar a los ciudadanos sistemas de alerta con todo tipo de información como un mapa en tiempo real con la red de suministros locales de mascarillas y las calles donde habían aparecido casos.

Taiwán, que está excluida de la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque China, que reclama la isla como parte de su territorio, exige que terceros países y organismos internacionales no lo consideren cómo se trata a estados independientes, se quejó a la OMS de no comunicar a tiempo sobre la transmisión del virus entre humanos, lo que, según Taipéi, ralentizó una mayor contundencia a la pandemia del coronavirus.

En Taiwán integraron su base de datos nacional de seguros de salud con su base de datos de inmigración y aduanas para crear un big data para análisis y al mismo tiempo se utilizó el escaneo de códigos de Respuesta Rápida (QR), además de los informes en línea del historial de viajes y los síntomas de salud para clasificar los riesgos infecciosos de los viajeros en función del origen del vuelo y de los detalles del viaje en los ciudadanos efectuado en los últimos 14 días.

Dos actores importantes. Por un lado, la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, quien desde el primer momento de los conatos de aparición de la pandemia, adoptó una estrategia gubernamental para afrontar el virus del COVID-19 y detalló que el país controló la primera ola de infecciones importadas, cuyos esfuerzos fueron altamente elogiados por la comunidad internacional.

Y, por otro, la joven ministra Digital taiwanesa, de 38 años, Audrey Tang, supo configurar un equipo de hackers para rastrear los contagios y facilitar a los ciudadanos sistemas de alerta en su lucha contra el coronavirus y así las personas que había viajado a la República Popular China (China continental), donde ya la pandemia se paseaba, fueron controladas en sus cuarentenas con una aplicación móvil que facilitó un bajo número de casos infectados.

Luego para evitar el desabastecimiento de mascarillas, el gobierno taiwanés reservó 44 millones y habilitó más de 1.000 salas de aislamiento en caso de que la pandemia se expandiera por la isla.

Ya en enero, cuando cada vez la pandemia tenía más notoriedad, se creó el Centro Central de Comando Epidémico (CECC), donde se celebran ruedas de prensa para desubicar el transcurso del COVID-19 y con estas y otras medidas como el desmentir rumores y fake news que circulan por las redes el país no tuvo necesidad de cerrar ciudades ni de crear alarmas, lo que ha supuesto menos contagios que otros países ya no solo el cercano como es China sino en Europa como Italia y España.

En Taiwán apareció el primer caso de contagio, importado desde China, el 17 de enero, pero pasaron unos 12 días hasta que el coronavirus fue contraído en la isla y fue entonces cuando todo el país se puso a trabajar para controlar la pandemia, donde en sus 23 millones de habitantes, hay 195 infectados (a 24 de marzo), 25 de los cuales se originaron en el extranjero y al parecer dos fallecidos por el brote, aunque uno de ellos era un hombre de 61 años, que padecía diabetes y hepatitis B, según datos oficiales del CECC. 

Taiwán, un pequeño país, una gran nación, su desarrollo tecnológico y sus avances científicos no pueden quedar fuera de la OMS, de ahí que países como Canadá o incluso Japón hayan solicitado que Taiwán se incorpore a la OMS

El Centro para el Desarrollo de la Biotecnología (DCB, siglas en inglés), una de las instituciones de investigación sin fines de lucro de Taiwán, ya anunció que el pasado 2 de marzo había sintetizado el medicamento conocido como favilavir, un fármaco experimental empleado en otros países contra el COVID-19.

El favilavir es el segundo medicamento antiviral que Taiwán logra sintetizar para combatir el COVID-19, siendo remdesivir el primero, pero la República de China no solamente ha incrementado su capacidad para producir medicinas contra el COVID-19, sino que también ha expandido su capacidad para realizar pruebas a fin de detectar este nuevo coronavirus.

Nadie duda en la comunidad internacional de la enorme calidad de sus productos, Taiwán tiene bien consolidada su democracia, con plenas libertades, y el triunfo en enero pasado de la actual presidenta, la independentista Tsai Ing-wen, que renovó su segundo mandato al frente del país, certifica su sistema político y al mismo tiempo tensa las relaciones entre Taipéi y Pekín. 

A Taiwán le quedan unos 15 aliados diplomáticos, pero, eso sí, sus “oficinas económicas” están repartidas por todo el mundo, y son muchos los países que beben de su calidad y progreso aunque no a escala de relaciones diplomáticas.

Y no olvidemos que Taiwán sigue manteniendo su superioridad frente a China en la industria de alta tecnología, y también la industria de semiconductores de la isla todavía va muy por delante de la de China continental. Y aun así en 2018 China fue el socio comercial número uno de Taiwán (24 por ciento del total de intercambios con el resto del mundo) y al mismo tiempo representó el 29 por ciento de las exportaciones y el 19 por ciento de las importaciones del país, según datos del Ministerio de Economía taiwanés.

Otro ejemplo a considerar ha sido el de Corea del Sur, que llegó a ser el segundo país del mundo más afectado por la pandemia, que ha logrado reducir y estabilizar el número de nuevos contagios en las últimas semanas gracias a su sistema de testeo a gran escala y rastreo exhaustivo de posibles contagios, que ha sido copiado por otros países afectados. Test serológicos que ya se están exportando. 

La pandemia del coronavirus sigue afectando a la economía y al comercio de todo el mundo, y ojalá pronto termine esta fuerte pesadilla que está arrasando sin control y con un peligro mortífero en una galopante crisis que no se vivía desde la Segunda Guerra Mundial.

El coronavirus ya ha ocasionado más de 574.000 casos en todo el mundo con más de 26.000 muertos en 188 países y la mayor parte de los fallecimientos se han producido en Italia, España y China, mientras Estados Unidos lidera el número de contagios a nivel mundial.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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