Las maniobras militares y los misiles norcoreanos dificultan el diálogo nuclear

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Madrid. Corea del Norte lleva más de dos meses sin provocaciones ni lanzamientos de misiles, una situación que podría alterarse con las maniobra militares que Estados Unidos lleva a cabo con Corea del Sur en la península coreana y las que también realiza junto a Japón en la zona, que tratan de intimidar a Pyongyang y mostrar su poderío militar, pero que hasta ahora estos ejercicios no han servido para nada y además podrían justificar que Kim Jong-un lanzara un nuevo proyectil como mecanismo de defensa ante “una posible invasión de EEUU”.

Corea del Norte, que en abril y mayo pasados, lanzó un misil por semana, no ha vuelto a lanzar otro desde el pasado 15 de septiembre, cuando disparó un proyectil de alcance medio que sobrevoló Japón, y al mismo tiempo ha dejado que el Congreso del Partido Comunista de China y los importantes eventos de la Asean y la Apec se hayan celebrado sin sobresaltos y con cierta calma, pese al cruce de insultos entre el líder Kim y Donald Trump.

Ahora, por un lado, Corea del Sur y EEUU realizan grandes maniobras en torno a la península de Corea en las que participan tres portaaviones nucleares estadounidenses y, por otro, las fuerzas navales de Japón y Estados Unidos llevan a cabo maniobras navales conjuntas cerca de esa misma zona, y todos estos ejercicios militares tienen como objetivo disuadir a Kim Jong-un, pero habrá que ver si esta paralización de nuevos lanzamientos de misiles tiene como objetivo con la influencia de China para que Pyongyang abra la “puerta al diálogo”.

La paz en la península coreana a través de la fuerza como dice Trump es imposible y su estrategia de mostrar su capacidad de destrucción tampoco resolvería el problema norcoreano y eso que el presidente estadounidense en esta larga gira asiática ha tratado de crear un frente común contra Pyongyang, pero lo más llamativo ha sido la respuesta recibida, en la que el diálogo ha sido el eje primordial para encontrar al menos parte de la solución.

El pasado mes de octubre, Choe Son-hui, directora general del departamento de América del Norte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte, ya indicó que su país no regresará a las conversaciones a seis bandas hasta que resuelva los asuntos con Estados Unidos, y añadió que la crisis actual en la península coreana se debe a la política hostil de EEUU.

La posibilidad de que Corea del Norte dejara temporalmente su programa  nuclear es harto difícil pero mucho más complicado si las maniobras militares de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur sigue anualmente su curso con el único objetivo de disuadir a Pyongyang, de ahí que el régimen de Kim Jong-un tenga garantías de que nadie va invadir su país, hecho que no se producirá, y al mismo tiempo Washington cancelará provisionalmente sus ejercicios militares en la península coreana para facilitar el diálogo y la vuelta a las conversaciones a seis  bandas, una realidad que China y Rusia apoyan en tu totalidad.

La escenificación de tres portaaviones estadounidenses -USS Nimitz, USS Ronald Reagan y USS Theodore Roosevelt- en estos ejercicios militares en los que también participan los ejércitos de Corea del Sur y de Japón, junto con la intervención de siete  buques de guerra surcoreanos y después Tokio se suma con uno de sus dos portahelicópteros y dos navíos de escolta, lo  califica el régimen de Kim Jong-un intentos de “invadir Corea del Norte”.

Mientras un representante del presidente chino, Xi Jingping, ya está Pyongyang, en lo que supone el primer intercambio bilateral de alto nivel en más de un año y una visita marcada por la presión internacional para que Corea del Norte retorne al diálogo, toma cada vez más cuerpo retomar las conversaciones a seis bandas, también favorecidas en la necesidad de encontrar una “solución pacífica” con el encuentro en Seúl de los enviados para la desnuclearización de la península coreana de Corea del Sur y Estados Unidos.

En definitiva, tanto la visita a Pyongyang del director del departamento de relaciones internacional del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), Song Tao, como el encuentro de Seúl, donde además China como Rusia o Japón y la Unión Europea (UE) tienen el mismo objetivo de presionar a Corea del Norte para que restablezca un diálogo significativo y creíble hacia su desnuclearización.

Corea del Norte no va a ceder en su política nuclear mientras su régimen esté en peligro, pero la presión internacional es cada vez más fuerte y los hechos son los que deciden al final, pese a que ahora el régimen norcoreano ha acelerado su programa para «construir y desplegar» su primer modelo operativo de submarino capaz de disparar misiles balísticos, tal como se ha revelado en una serie de imágenes captadas por satélite.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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